Para enfrentar a la burocracia sindical, a sus patotas y a la patronal. Luchar no basta: Impulsemos corrientes opositoras en cada gremio

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Debemos abrir un debate en el activismo sindical sobre cómo enfrentar la ofensiva coordinada de empresarios y burócratas sindicales, muy particularmente de la CGT, contra los activistas obreros que pelean contra los abusos y la explotación patronal. Debemos abrir un debate en el activismo sindical sobre cómo enfrentar la ofensiva coordinada de empresarios y burócratas sindicales, muy particularmente de la CGT, contra los activistas obreros que pelean contra los abusos y la explotación patronal.
En los últimos meses hemos visto despidos, persecuciones y ataques físicos contra luchadores del Subte, Casinos Puerto Madero, la autopartista Dana, la textil Mafissa, Colectivos Monsa (Línea 60) de Capital, entre otros.
En todas estas empresas, los patrones y burócratas generaron conflictos artificiales para intentar sacarse de encima a la vanguardia de activistas que se plantan ante sus atropellos.
El aspecto más importante en nuestra opinión, es qué trabajo sindical nos damos, no sólo durante un conflicto, sino después de que éste termine, se gane o se pierda.
Las luchas se pueden dirigir mejor o peor, la coordinación de algunos conflictos podrá ser más o menos útil según las circunstancias, pero el desafío que presentan todas estas experiencias es cómo encaramos la organización del activismo sindical.
El factor más importante en la derrota de las luchas no es la intransigencia o la dureza patronal, sino el abandono o la traición de las luchas por parte de la dirección sindical.
La experiencia demuestra que la burocracia no actúa localmente o empresa por empresa, sino coordinadamente a nivel regional, provincial y nacional. En algunos gremios, como la UTA o SMATA, dispone de grupos móviles de patotas que desplaza de una empresa a otra, con la connivencia de la patronal, para amedrentar, marcar y provocar a los activistas combativos.
Estamos de acuerdo con la idea de la coordinación de las luchas, pero debe hacerse principalmente a nivel de sector; y la única manera de hacerlo es construyendo fuertes corrientes sindicales opositoras dentro de los gremios, formadas por decenas o cientos de activistas, que permita dar una respuesta solidaria y unificada (regional, provincial y nacionalmente) a cualquier ataque de la burocracia sindical y de la patronal.
Por ejemplo, creemos que el Cuerpo de Delegados del Subte debería haber emprendido hace tiempo la formación de una corriente opositora dentro de la UTA que le hubiera permitido conectar con aquellos activistas colectiveros que, más tarde o temprano, se hubieran hecho notar. Que existían, y que existen, condiciones para que esa iniciativa encuentre un eco lo demuestra lo ocurrido en la empresa Monsa, una de las empresas de colectivos más importantes de Capital. Aquí, los trabajadores levantaron una lista alternativa para la elección de delegados y corrieron a la patota de la UTA que intentó, a los golpes, imponer la lista de la burocracia. Hace unos días, las patotas volvieron a amedrentar a los activistas más destacados de la empresa.
Los compañeros del Subte deberían tomar la iniciativa (si no lo hicieron aún) de contactar a estos compañeros y dar pasos adelante en la conformación de esta corriente opositora que les permita aglutinar el malestar reinante de las bases del gremio contra su dirección corrupta y mafiosa; y los fortalecería ante los ataques futuros de los dirigentes de la UTA.
Esto también debería intentarse en el SMATA a partir de los compañeros de Dana, por los despedidos y los que quedaron adentro; deberían tratar de establecer contactos con activistas y delegados combativos de otras fábricas del sector para comenzar a articular, de manera prudente y paciente, una corriente opositora de este tipo. Lo mismo en textiles, a partir de los compañeros de Mafissa, etc.
La experiencia de los compañeros de la empresa de neumáticos FATE es también muy alentadora. Luego de ganar el control del Cuerpo de Delegados de la fábrica se lanzaron a la pelea dentro del sindicato SUTNA, ganando la importante regional de San Fernando y alcanzando un apoyo del 46% para la lista alternativa a la conducción nacional.
Los activistas del MIC deberían tomar la iniciativa a este respecto. En el sector docente han tenido bastante éxito dando pasos adelante en la conformación de una corriente docente con implantación nacional con la adhesión de sindicatos provinciales y regionales muy importantes. En nuestra opinión, este es el camino a seguir; y debería ser el cometido más importante que debería tomar en sus manos el MIC y el resto del activismo clasista.