La arremetida de Macri contra los trabajadores y el movimiento social. Va a estar bueno Buenos Aires … ¿para quién?

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Macri ha arremetido, con frialdad y determinación, con todas sus fuerzas para achicar el Estado, favorecer a los de su misma clase social con negocios fabulosos, profundizar la precarización del empleo público, y reprimir el movimiento social, transformando la capital del país en una ciudad “ordenada”, “limpia” y sin protesta social para beneficio y beneplácito de la burguesía. Buenos Aires va a estar bueno… pero para los negocios de los ricos, para recrear su vista y ocio, su depravada ostentaciónación, su doble moral de espacios públicos puros, y piedra libre para negocios turbios, un gran Puerto Madero for export. Con el comienzo del mes de Marzo, Mauricio (el que vive de Franco) volverá a la carga sobre los trabajadores del Gobierno de la Ciudad, para “revisar” los despidos y sumar muchos más todavía (¡18.000!)
Mientras tanto, y para despuntar el vicio, se entrega a la ardua tarea de algún desalojo por aquí, una represión por allá. Mientras tanto, por no acelerar obras (porque no le interesa), cientos de escuelas públicas no podrán empezar las clases, igual que el teatro Colón que no abrirá hasta el 2010.
Macri ha arremetido, con frialdad y determinación, con todas sus fuerzas para achicar el Estado, favorecer a los de su misma clase social con negocios fabulosos, profundizar la precarización del empleo público, y reprimir el movimiento social, transformando la capital del país en una ciudad “ordenada”, “limpia” y sin protesta social para beneficio y beneplácito de la burguesía.
Buenos Aires va a estar bueno… pero para los negocios de los ricos, para recrear su vista y ocio, su depravada ostentación, su doble moral de espacios públicos puros, y piedra libre para negocios turbios, un gran Puerto Madero for export.
Para ello se ampara en su caudal de votos y en la abstracción de hablar de parte de los “vecinos”, que son, se ve, una forma más respetable y glamorosa de denominar la voluntad popular, pero con identidad oligárquica. Además, se rodeó de un equipo de personas notables (dejamos a discreción del lector adjetivar “notables”) provenientes de empresas privadas, gerentes y gente bien. Así espera contar con chances en las próximas presidenciales para librarse de los nacional-populares e irascibles de los Kirchner.
Y a pesar de tratar de expulsar la pobreza y la exclusión más allá de la General Paz, no puede echar a los trabajadores que producimos la riqueza, de la que viven los empresarios. Por eso, seremos los trabajadores los que podremos y tendremos que derrotar a Macri, y con él las aspiraciones de lo más recalcitrante de la burguesía por aplastar en el futuro, desde el gobierno nacional, el ascenso de la clase obrera.

Unidad de los trabajadores y que Macri se joda

Por ello, los trabajadores de la ciudad tienen una lucha muy importante por delante. Serán sus puestos y sus condiciones de trabajo lo que atacará Macri, no sólo por esa dichosa y antojadiza revisión de despidos, sino por las condiciones que intentará imponer al conjunto de los trabajadores, sean de planta o contratados.
Pero esta pelea exige ir por más, para asegurar un triunfo sobre el nido de reaccionarios que gobierna la ciudad: el fin de contratos laborales bajo la figura de “locación de obras y servicios”, pase a planta permanente de todo el personal, control democrático de la Obra Social por parte de sus trabajadores, desarrollo de la Carrera Administrativa, y prohibición de contratar trabajadores por parte de funcionarios de manera discrecional, serían los pilares de una lucha por las más amplias conquistas de los derechos del trabajador estatal en la ciudad, y claro en el país.
Hoy no sólo no hay menos ñoquis, sino que además el macrismo sumó los suyos para bronca de la mayoría de los honestos y precarizados trabajadores de la ciudad. Destina más dinero que antes a estos sueldos (¡hasta $6.000 por ñoqui!) y encima declara sin ninguna culpa –luego del incendio de varios depósitos clandestinos en Once ¡que tardaron 3 días en apagar!- que no hay suficientes inspectores para localizar infractores de todo tipo (empresarios inescrupulosos) en la ciudad. No está claro que haya aprendido la lección Macri, que le debe a Cromañón, su ascenso descarado.
Es necesaria la más amplia unidad de los trabajadores del Estado, sin diferencias entre contratados y los de planta, afiliados o no a los sindicatos, afiliados ya sea a SUTECBA o ATE, aun cuando reconocemos el papel progresivo e importante que juega ATE, porque sabemos en definitiva que la burocracia de SUTECBA pactará con Macri la suerte de sus trabajadores a cambio de sus privilegios. Pero si ATE no hace prevalecer sus mejores métodos, sus claros objetivos e intereses de clase y honestidad al conjunto de los trabajadores del Gobierno de la ciudad para ganar su confianza, perderá un tiempo valioso buscando siempre la distancia y diferenciación de SUTECBA (que es válido hacer) pero alejándose de sus afiliados.
La Asamblea democrática es el método; la huelga, la herramienta; y la unidad inquebrantable, el motor del cambio.