No a la reforma laboral de Kirchner

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Volante de El Militante

La reforma laboral que se aprobará en los próximos días mantiene los peores aspectos de la ley anterior. Se mantiene el período de prueba (3 meses) donde el trabajador puede ser despedido sin indemnización, la indemnización por despido sin causa es de un sueldo por año (la mitad que antes de la Ley Banelco), se reducen hasta un 50% los aportes patronales en las empresas de hasta 80 trabajadores (la inmensa mayoría), se mantienen los convenios de empresa con menos derechos laborales que los convenios de actividad o de ámbito nacional, se introducen recortes en el derecho de huelga con la inclusión de las “guardias mínimas” en caso de conflicto gremial, y lo que es una burla: cualquier empresa puede ser excluida temporariamente del convenio alegando una mala situación económica. Tampoco se plantean medidas para efectivizar a los contratados y precarizados.

La única medida que molestó a la patronal fue la reintroducción de la ultraactividad, es decir, que los convenios se prorrogan hasta que se firme uno nuevo. Pero como la mayoría de los convenios de trabajo actuales son regresivos para los trabajadores, esto no introduce una mejoría fundamental. Lamentablemente, todas las dirigencias sindicales sin excepción se sumaron a avalar este nueva reforma laboral, sin pedir su opinión a las bases ni a los trabajadores en las empresas.

Balance del plan de lucha de la izquierda y del movimiento piquetero combativo

La izquierda y el movimiento piquetero combativo estuvieron a la altura de las circunstancias convocando marchas y movilizaciones contra esta nueva ley, apareciendo como la única oposición a la misma. Sin embargo, aunque estas movilizaciones contaron con la participación activa del movimiento piquetero y de los desocupados, es verdad que no tuvieron el mismo eco entre los trabajadores ocupados. Por eso creemos que estas movilizaciones se debieron complementar con otras que nos permitieran aumentar las bases de apoyo de la izquierda dentro de los sindicatos y de los trabajadores ocupados.

En concreto, creemos que la izquierda debió tomar la iniciativa de convocar un Plenario abierto de activistas sindicales y gremialistas combativos con el fin de realizar una campaña audaz de explicación y denuncia dentro de los sindicatos y las empresas, planteando entre los trabajadores de su centro de trabajo o en su sindicato la votación de resoluciones exigiendo a las dirigencias sindicales que se pronunciaran contra esta ley y que aprobaran un plan de lucha para restaurar los derechos laborales perdidos en los últimos años, ligándolo a la lucha por la recomposición salarial y contra el empleo "en negro", y dándoles la máxima publicidad a estas resoluciones para estimular la idea de la movilización entre el conjunto de la clase trabajadora.

Además, se podría haber organizado el reparto masivo de volantes a las puertas de los centros de trabajo explicando estas ideas, contando para ello con la colaboración activa de los compañeros piqueteros, reforzandose así la unidad de la clase.

Creemos que además de las marchas y del corte de ruta, la lucha contra la reforma laboral creó las mejores condiciones para organizar una oposición de izquierda en el interior de los sindicatos, coordinada y unificada, que desarrolle y acreciente su influencia entre el movimiento obrero organizado, única manera de recuperar los sindicatos para los trabajadores y de terminar con las direcciones burocráticas que frenaron y malograron durante años las luchas de los trabajadores en la defensa de sus intereses.