Apoyemos con todo a los trabajadores del Garrahan

0
124

La lucha de los trabajadores del hospital pediátrico Garrahan se encuentra en un momento decisivo. La dirección del hospital y los representantes del Gobierno lo intentaron todo para doblegar la voluntad de lucha de los trabajadores: con insultos, intimidaciones, calumnias, amenazas de cesantías, contratación ilegal de personal, denuncias judiciales, etc. La lucha del Garrahan está dando una muestra incomensurable de la capacidad de esfuerzo, sacrificio y heroísmo de que es capaz la clase obrera cuaa cuando se decide a luchar por sus intereses.

Hay que extender el conflicto a todos los sectores en lucha

La lucha de los trabajadores del hospital pediátrico Garrahan se encuentra en un momento decisivo.
Lo primero que hay que decir es que, independientemente de cómo termine este conflicto, la lucha del Garrahan ha dado una muestra incomensurable de la capacidad de esfuerzo, sacrificio y heroísmo de que es capaz la clase obrera cuando se decide a luchar por sus intereses.
La dirección del hospital y los representantes del Gobierno lo intentaron todo para doblegar la voluntad de lucha de los trabajadores: con insultos, intimidaciones, calumnias, amenazas de cesantías, contratación ilegal de personal, denuncias judiciales, etc.
Aunque la exigencia de los trabajadores era de un sueldo básico mínimo de $1.800 para todas las categorías, los trabajadores se mostraron incluso dispuestos a destrabar el conflicto, aceptando en primera instancia el aumento de un 20% en los haberes propuesto por el Ministerio de Salud, pero exigiendo que este dinero se redistribuya igualitariamente entre todas las categorías, en torno a $600 igual para todas, de manera que las categorías más bajas se acerquen al objetivo de un básico de $1.800. Pero incluso esto fue rechazado por el Gobierno. Luego, ¿quién quiere prolongar el conflicto? ¿Quién especula con la salud y la atención de los chicos?
La razón es que el Gobierno teme que el conflicto del Garrahan estimule al resto de sectores estatales a romper el techo salarial impuesto por el gobierno a los salarios públicos. Además, pretende quebrar la lucha para desembarazarse de las nuevas conducciones sindicales combativas que están apareciendo, como las del Garrahan.
La lucha del Garrahan es doblemente emblemática porque desnuda la hipocresía de este gobierno que pretende hacer una bandera de su preocupación por los chicos internados, mientras destina miles de millones de dólares cada año al pago de la deuda externa en lugar de dedicar esos recursos al sistema nacional de salud y a otros gastos sociales como Educación, vivienda, etc.
En todo este conflicto fue vergonzoso que los dirigentes de ATE no diseñaran un plan nacional de lucha unificado, con paros nacionales en la salud y otros sectores estatales, no sólo en solidaridad con la lucha del Garrahan, sino para unificar los reclamos de los trabajadores de la salud y estatales de todo el país por el salario y por más recursos en el sistema de salud, en lugar de dejar que todas estas luchas se atomicen y se agoten sectorial y geográficamente. Por eso se justifica hoy más que nunca la construcción de una Corriente Sindical de oposición en la CTA y CGT para luchar por un sindicalismo combativo y una nueva dirección al frente de los sindicatos.
El conflicto del Garrahan ha tenido un indudable impacto nacional. Los trabajadores han recibido el apoyo solidario de miles de trabajadores, no sólo de Argentina sino también internacionalmente
Mientras dure, es vital rodear de la máxima solidaridad la lucha del Garrahan y extender el conflicto al resto de sectores de salud y estatales que están actualmente en lucha si la dirección de ATE no lo quiere hacer, y volcarse en la calle con volantes, petitorios y el Fondo de Huelga para ganar el apoyo del pueblo trabajador, como se está haciendo. Así se evita el aislamiento, viendo las posibilidades de convocar huelgas y movilizaciones conjuntas, los mismos días, al mismo tiempo, organizando marchas en común como las que hubo con los docentes y estudiantes universitarios, desocupados, y otros sectores en lucha, sacando el conflicto de dentro del hospital para llevarlo a la calle. No hay otro camino.