VI Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT)

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Próximamente tendrá lugar la VI Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT), conformada por el Bloque Piquetero Nacional (Polo Obrero, MTL, y otros), el MIJD de Castells, diversas asambleas populares y otras agrupaciones minoritarias. Sin duda, las resoluciones y conclusiones que acuerden los compañeros que participan en esta asamblea van a ser decisivos, tanto para conseguir romper el cerco al que la burguesía y Kirchner tienen sometido al movimiento piquetero combativo como para avanzar en el objetivoque se proponen los adherentes de la ANT de convertirla en el referente político revolucionario que necesita la clase trabajadora argentina

Los desafíos del movimiento piquetero

Próximamente tendrá lugar la VI Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT), conformada por el Bloque Piquetero Nacional (Polo Obrero, MTL, y otros), el MIJD de Castells, diversas asambleas populares y otras agrupaciones minoritarias.

Un balance de la lucha piquetera

El movimiento piquetero desplegó un gran coraje en los últimos años, situándose a la vanguardia de los luchas en nuestro país. Aunque nació luchando por trabajo genuino para todos los desocupados, en el último año el movimiento piquetero reorientó parte de sus demandas a la exigencia de bolsones de comida y al mantenimiento de los "planes", lo cual fue inevitable ya que de ello dependía la supervivencia de miles de familias desocupadas.

Pero aunque temporalmente se impone como una necesidad la lucha por los bolsones y los planes, deben advertirse los peligros que se desprenden de que la ANT quede convertida en un mero frente único de organizaciones que administran la miseria social (incluso peleándole al gobierno).

Uno de los problemas que enfrenta el movimiento piquetero es su dispersión y fraccionamiento. Para muchos activistas resulta desmoralizador ver cómo cada semana, en días distintos, cada grupo se moviliza independientemente por reclamos propios. El último ejemplo de lo estéril y contraproducente de estas tácticas fue la ocupación del Ministerio de Trabajo por el MIJD de Castells y el MST "Teresa Vive" quienes pretendieron resolver por sí solas problemas que afectan al conjunto del movimiento (la caída de 252.500 planes a nivel nacional) al margen del resto de organizaciones y sin lograr ninguna de sus reivindicaciones.

Frente a este tipo de experiencias que nos desgasta en pequeñas batallas estériles, debemos apostar por las movilizaciones masivas, accionando todos unidos por los intereses comunes del movimiento, como se hizo estos meses en diferentes convocatorias.

Un paso adelante sería la fusión del movimiento piquetero en una sola organización común, democrática y de masas, donde cada tendencia política tenga el derecho a plantear sus ideas, consignas y programa, mientras que lucha por cada paso adelante y reforma que pueda aliviar las condiciones de los desocupados. Las organizaciones piqueteras que componen la ANT podrían dar el ejemplo, y estamos seguros que inevitablemente otras organizaciones combativas que se mantienen por afuera de la ANT se les unirían.

La ANT y los trabajadores ocupados

Correctamente, la ANT plantea que, dada la profundidad de la crisis del capitalismo argentino, la lucha por empleo digno para todos está indisolublemente ligada a la lucha por la transformación socialista de la sociedad. Pero encarar esta tarea pasa por la unidad en la lucha de los trabajadores ocupados y desocupados. No hay otro camino. Los compañeros también acuerdan con esto. Pero no es suficiente con proclamarlo, se trata de ver si las tácticas aplicadas son las más correctas para avanzar en este objetivo.

La lucha contra la "reforma laboral" ofrecía una oportunidad extraordinaria para incrementar la influencia de la ANT entre los trabajadores ocupados en un tema que los afecta de manera decisiva.

¿Cuál es el balance que se puede hacer? Es verdad que la ANT y los grupos de izquierda fueron los únicos que movilizaron contra esta ley. Sin embargo, debemos reconocer que aunque estas acciones agruparon a muchos activistas (20.000 ó 30.000 personas cuando más) quienes participaron fueron fundamentalmente desocupados, jóvenes estudiantes, asambleístas y militantes de partidos de izquierda. Pero tuvo escaso eco entre los trabajadores ocupados. Y no podía ser de otra manera cuando se intenta de manera mecánica trasladar el método de lucha común entre los piqueteros (el corte de ruta y las marchas) al conjunto del movimiento obrero.

El corte de ruta, las marchas, e incluso la huelga, deben ser el colofón de un periodo previo de agitación y organización entre los trabajadores. No es suficiente con fijar en el calendario el día, la hora y el lugar para marchar y concentrar, si no se crean previamente mecanismos para llevar el debate y la agitación a los trabajadores ocupados para hacerlos conscientes de la necesidad de movilizarse contra esta u otra ley patronal.

Desde El Militante propusimos ya en el mes de diciembre la necesidad de que la ANT y la izquierda tomaran la iniciativa de convocar un plenario abierto de sindicalistas y activistas gremiales combativos para diseñar una campaña en el interior de las empresas y los sindicatos contra la reforma laboral, convocando asambleas de trabajadores para votar una resolución contra la reforma de Kirchner y para exigir a las dirigencias sindicales que convocaran un plan de lucha contra la misma. También propusimos el reparto masivo de volantes explicativos en las puertas de los lugares de trabajo para lo cual se podría haber contado con la colaboración activa de los compañeros desocupados. Sin embargo, nada de esto se hizo. Independientemente de los resultados de este accionar qué duda cabe que las posiciones de la izquierda y la ANT en las empresas y los sindicatos se habrían reforzado y habríamos organizado en la práctica mecanismos de solidaridad y unidad entre los trabajadores ocupados y desocupados.

La otra falencia que existe en la ANT es la ausencia de una política para desarrollar un trabajo en el interior de los sindicatos. Formalmente, la ANT se marcó el objetivo de pelearle los sindicatos a la burocracia sindical, pero en la práctica poco se hace en este sentido. Creemos que se parte de un error de método. La cuestión no es hacer un llamamiento a los trabajadores para que vengan y se organicen a través de la ANT (un organismo que la mayoría de los trabajadores apenas conoce) sino ir allá donde se encuentren los trabajadores para ganarlos para nuestras ideas.

El trabajo en los sindicatos

Los sindicatos constituyen en la Argentina las organizaciones de clase más importantes y donde se agrupa el movimiento obrero organizado. Guste o no, no es posible ganar a la mayoría de la clase obrera para las ideas de la revolución y el socialismo si no creamos fuertes puntos de apoyo en el interior de los sindicatos y si no conseguimos ganar los gremios clave para una política socialista revolucionaria.

Para ello es necesario que la ANT se proponga organizar una corriente de oposición dentro de los sindicatos, coordinando y unificando a los activistas sindicales combativos en todo el país, no solamente para denunciar el rol de la burocracia sino también para participar como tal oposición en las luchas cotidianas de los trabajadores y así aparecer como una alternativa de dirección en los sindicatos cuando la inevitable ofensiva de la clase trabajadora cree las condiciones para llevarlo a la práctica.

Sin duda, las resoluciones y conclusiones que acuerden los compañeros que participan en esta asamblea van a ser decisivos, tanto para conseguir romper el cerco al que la burguesía y Kirchner tienen sometido al movimiento piquetero combativo como para avanzar en el objetivo que se proponen los adherentes de la ANT de convertirla en el referente político revolucionario que necesita la clase trabajadora argentina.