La criminalización del movimiento piquetero

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Detrás de esta campaña maliciosa del gobierno se esconden desnudos intereses de clase. Para el gobierno de Kirchner y la burguesía argentina resulta inaceptable que las organizaciones de izquierda puedan estar al frente de un movimiento de masas como es el movimiento piquetero combativo. La burguesía quiere evitar a toda costa cualquier referente político anticapitalista que pueda ser visto como una alternativa para los trabajadores y por el otro lado, también necesita "paz y orden" en la sociedad: nada de luchas, nada de huelgas, nada de cortes de ruta y manifestaciones que puedan poner en peligro los beneficios y privilegios que extraen de la explotación de los trabajadores y de los subocupados. Por último, los capitalistas, en lugar de invertir en tecnología para mejorar la competitividad de sus mercaderías, prefieren usar mano de obra barata para enfrentar a la competencia del exterior. Eso es lo que explica la caída vertiginosa de beneficiarios en los Planes Jefes de Hogar en los últimos meses (cerca de 300.000) para así obligarlos a trabajar por $300 ó $400 en lugar de pagarles un salario decente con el que puedan mantener a sus familias en condiciones dignas. Y lógicamente resulta extremadamente molesta la existencia de organizaciones de desocupados combativas que denuncien y se opongan a estos manejos.

Kirchner pretende "estatizar" al movimiento piquetero convirtiéndolo en cómplice de esta política de emparchar la situación angustiosa de decenas de miles de desocupados, bien haciéndolos trabajar con salarios de miseria a manos de los patrones, o bien con los llamados "microemprendimientos" mediante la autoexplotación de los desocupados en pequeñas cooperativas que serán barridas mañana de la escena por la competencia capitalista o por un agravamiento de la situación económica. Es muy de lamentar que para este fin se hayan prestado los dirigentes de la FTV-CTA, CCC, Barrios de Pie y otros grupos piqueteros más chicos, aunque es el resultado necesario de su programa político "nacional y popular" de paz entre las clases y de hermandad de intereses entre los patrones y los obreros, "porque todos somos argentinos".