Un delicado equilibrio inestable

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Un delicado equilibrio inestable

Ya van más de 90 días desde que asumió el gobierno de Fernández/Fernández y las dificultades de la economía y la miseria generalizada caminan a sus anchas. El intento de recomponer una economía tan desarticulada, golpeada y desmontada por los cuatro años de macrismo, encuentra no sólo una caja estatal desbastada, el peso de la deuda externa que pende como espada de Damocles sobre las cabezas de los millones de mujeres y hombres que día a día padecen desocupación y malos salarios, sino además una crisis del capitalismo a escala mundial. Si hubo momentos en que las crisis cíclicas sacudieron a diferentes países o a nuestro país, en esta ocasión no podemos analizar nuestra realidad sólo frontera adentro ya que las turbulencias de las economías muestran una crisis generalizada. El lunes negro, 09 de marzo será recordado como la antesala de una recesión que los economistas del mundo caracterizan más profunda y virulenta que la del 2008. La caída de todas las bolsas del mundo, la caída del crudo a nivel mundial marca una nueva fase de la crisis del capitalismo. El coronavirus se ha convertido en el catalizador de los mercados bursátiles. Desnudando la profunda enfermedad del sistema capitalista.

Entonces, pensar una solución a los grandes problemas que padecen millones de trabajadores en una economía que no funciona o que se encuentra en un proceso de agonía, su recuperación literalmente es en un marco de escasez o subsistencia y es lo que estamos presenciando. Recientemente Juan Grabois aliado del Frente de Todos declaro: “las políticas públicas para pagar la deuda social todavía no se sienten en el territorio”.

El punto de inflexión que se produjo a partir de la crisis de 2007/2008 no tuvo retorno.

Los capitalistas en el mundo inyectaron miles de millones de dólares, y ni un sólo dólar fue a la producción, sino más bien a la compra de acciones, fusiones de empresas, etc. Y aunque si hubiese ido, sólo hubiese realentado la crisis estructural del sistema. Entonces, en este contexto, pensar una recuperación real de Argentina, es pensar en un marco en donde los trabajadores tengamos nuestro destino en nuestras manos.

La clase dominante temerosa

No cabe dudas del esfuerzo que han realizado y hacen todos los sectores capitalistas y sus representantes políticos en el Parlamento Nacional para mantener quietos a los de abajo.

No solo estamos hablando del fantasma que sobrevuela del 2001 y el estallido popular de aquellos años, que tan fresca se encuentra en la memoria no sólo de la burguesía argentina sino del propio imperialismo y sus organismos internacionales de crédito, sino también de los conflictos en la región que vieron, antes de la asunción de diciembre al futuro presidente Alberto Fernández con una clara vocación de colaborar para apaciguar los ánimos en la región. Chile, Ecuador, Haití, Honduras y Colombia fue y es el marco regional en donde se desarrolla la crisis de Argentina.

Las masas han dicho basta a la ofensiva capitalista que se descargó durante los últimos años sobre sus condiciones de vida y trabajo. El proceso molecular de la revolución en la región y el resto de países será visto como un momento de cambio fundamental, un punto de inflexión en toda la situación. No hace mucho tiempo, esta afirmación parecía estar objetada por los hechos, pero en el momento en que vivimos es todo lo contrario.

Este es el miedo de las clases poderosas que temen perder sus privilegios, es el miedo que se expresa en políticas represivas de un país a otro.

Un sistema que no levanta

“Se proyecta que el crecimiento mundial, que según estimaciones fue de 2,9% en 2019, aumente a 3,3% en 2020 y a 3,4% en 2021; es decir, una revisión a la baja de 0,1 puntos porcentuales para 2019 y 2020 y de 0,2 para 2021, en comparación con las cifras presentadas en la edición de octubre de Perspectivas de le economía mundial (informe WEO). La revisión a la baja se debe principalmente a resultados inesperados negativos de la actividad económica en unas pocas economías de mercados emergentes, en particular India, que dieron lugar a una revaluación de las perspectivas de crecimiento correspondientes a los próximos dos años. En unos pocos casos, esta revaluación también tiene en cuenta el impacto del mayor malestar social.” FMI Predicciones de crecimiento hacia el 2020 Informe WEO

Esta lenta recuperación de la economía mundial que apenas aumenta 0,3 puntos porcentuales en 2020 y 0,1 punto porcentual al 2021 ejemplifica no sólo la débil recuperación sino que la tendencia general año a año del crecimiento negativo del capitalismo es en la totalidad del planeta.

Si tomamos a Latinoamérica y el Caribe el informe de la CEPAL del mes de febrero nos dice que “La economía de América Latina y el Caribe cierra 2019 con un magro crecimiento del 0,1 por ciento, y las cifras del período que comenzó en 2014 reflejan en conjunto la peor actuación de la región en las últimas siete décadas”.

A pesar de que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe proyecta un crecimiento de 1,3% para la región en 2020, dice también que no será suficiente para corregir lo sucedido en los últimos 7 años.” Diciembre 2019 CEPAL

Estos datos vienen a explicar los acontecimientos y movilizaciones de masas que vemos en la región en los últimos seis meses.

Por su lado, el flagelo de la deuda externa sea con el FMI o con los acreedores privados no tienen precedentes en la Argentina. Los préstamos otorgados al gobierno de Cambiemos solo fueron para la timba financiera y más del 90% como entró, salió del país.

El gobierno de F y F mantiene un discurso de que fueron los amigos del macrismo los que se llevaron la plata del préstamo del FMI, claro, es cierto, esta facción realizó enormes negocios, pero hay una intencionalidad expresa de presentar a esta gente como vaciadores, como si esto no fuera la conducta o el comportamiento del conjunto de “nuestros amigos” capitalistas.

La deuda es un mecanismo de sometimiento perpetuo en lo económico y de subordinación del país en lo político. Pero los acreedores no comen barro. Tienen una caracterización acertada de las condiciones sociales en la que se encuentran los millones de trabajadores y la juventud. Saben de la rabia acumulada y saben que de alguna forma deben parar una posible explosión social. El acuerdo de Kristalina Ivanova Gueorguievay el gobierno de Fernández y Fernández es un acuerdo de salvataje al país y sobre todo al capitalismo criollo.

Somos los que ponemos el hombro

Como es habitual los capitalistas comienzan a tejer una salida que sea sostenida en un 95% por los trabajadores.

La movilidad y sustentabilidad del sistema previsional es uno de los objetivos junto al salario y las condiciones contractuales, las paritarias y, lo que viene siendo la lógica de estos años de crisis, la cláusula gatillo están siendo cuestionados no solo por el gobierno sino además por los líderes sindicales.

El gobierno no le acierta a una salida seria a la crisis, pareciera que hilvanara sobre una manta deshilachada.

Los amagues de Axel Kicillof como del propio gobierno nacional sobre la deuda terminaron indefectiblemente con un acuerdo que estaba cantado a los cuatro vientos. Hay una aceptación de una quita por el lado del FMI y que el mismo organismo medie con los acreedores privados.

Ya dijimos que los acreedores que no comen barro, saben que si no hay plata en caja no se cobra, si hay estallido social no se cobra. Entonces la propuesta de F y F es, paremos la pelota, acordemos algo que podamos pagar y que genere nuevamente confianza en las instituciones, confianza o credibilidad en la democracia, esta democracia tan desgastada, vapuleada y que sigue siendo la mejor cáscara o cubierta del capital, de los grandes patrones para seguir con las pingües ganancias.

La diferencia en nuestro caso, es que nos encontramos ante una economía desbastada, por lo tanto, lo que se propone desde el gobierno nacional es una economía de subsistencia, achatar la pirámide, con salarios pautados sobre si hay o no hay para que se pague.

La devaluación encubierta del salario es una constante, la aprobación de la Ley de Góndolas es papel mojado y lo que prima son los aumentos que en una primera instancia fue del 30% (trasladando a los precios el impuesto País) que los capitalistas propietarios de las cadenas de comercialización y distribución de alimentos aplicaron.

¿Gobierno débil?

Hay una suerte de idea que circula cada vez más en el activismo de F y F que el gobierno se encuentra en una situación de debilidad, entonces debemos ponerle el hombro, debemos aceptar lo que hay, y lo que hay es que soportemos la inflación, soportemos los salarios magros, los aumentos que indefectiblemente vendrán de las tarifas después de estos 180 días de “paz social”, que debemos aguantar al país. Y nos ofrecen controlar lo que históricamente no se puede controlar, el capitalismo. Pareciera que la experiencia pasada de los 12 años de kirchnerismo no contaran, donde por una serie de factores, la situación económica era mucho más favorable y poco se avanzó sobre los privilegios de los grandes patrones.

Lo que sí debemos destacar es que la supuesta “debilidad” no es tal, tan solo pensar la autoridad que aún mantiene Cristina Fernández e incluso Alberto Fernández, tan solo pensar el urnazo de agosto de 2019 que dejó perplejo al conjunto de la burguesía, y particularmente al propio Mauricio Macri.

Es acá donde queda en claro los límites del programa reformista de F y F.

¿El campoasediaal gobierno?

En vez de esta pregunta hay que responder primero ¿la burguesía argentina y el imperialismo tienen una figura de recambio para remover a F y F o eventualmente juegan a presionar al gobierno?

La Mesa de Enlace ha emprendido, luego de sentarse con el gobierno, una serie de medidas de fuerza, este paro se lanzó inmediatamente después de publicado el decreto 230/2020 en el Boletín Oficial, pero el conflicto de la protesta comenzó en diciembre, cuando el Gobierno avisó que podía elevar tres puntos más las retenciones a los granos.

En el conflicto actual, la Mesa de Enlace no cuenta con Federación Agraria, quien dio “libertad de acción a sus bases” ubicándose al lado del gobierno de F y F.

Y esto nos debe llevar a otra pregunta, ¿nos encontramos en presencia de una nueva 125 como sucedió en el 2008? Creemos que no, puede haber una serie de factores que hacen diferentes o similares a una y otra situación. Los grandes latifundistas están presentes, eso no cabe duda, no solo por la concentración de la tierra en pocas manos sino por la gran tecnología aplicada y en esto la rentabilidad extraordinaria de la tierra.

La concentración de la tierra en el país es obscena, “unas seis mil familias y sociedades (muchas de ellas extranjeras) que controlan por propiedad o por alquiler el 48 por ciento de la tierra cultivable argentina, tierras que se vuelven altamente productivas por la combinación de la siembra directa y el cultivo transgénico.” El Cohete a la Luna Horario Rovelli https://www.elcohetealaluna.com/pais-para-pocos-o-nacion-para-muchos/

Pero existe plena conciencia como dijimos más arriba que no hay una situación en la que la burguesía y el imperialismo pateen el tablero.

En el caso que así fuera debe encontrarnos en la trinchera correcta, pero explicando la inviabilidad del capitalismo y en esto las tierras, el monocultivo sojero, la depredación de la naturaleza y todos y cada uno de los problemas que aquejan al país. Solo será posible su resolución, en la medida que avancemos en las tareas de la expropiación de los grandes latifundios, los pooles de siembra y de comercialización, sumado al monopolio estatal del Comercio Exterior. Sino avanzamos en esto, el comportamiento de la oligarquía seguirá no solo siendo una sangría en términos económicos sino en lo político por el papel que históricamente jugaron estos sectores reaccionarios.

Necesitamos la revolución

La situación en todas partes es extremadamente volátil y fluida.

No cabe duda alguna que los problemas de hambre, desocupación, desarrollo de la industria, la viabilidad de una economía armoniosa con el medio ambiente impone la pregunta ¿es posible solucionar estos problemas dentro del sistema capitalista? La respuesta está a la vista, no hay lugar en que no veamos estallidos y movilizaciones.

Una economía socialista planificada no solo permitiría recortar la jornada laboral, sino también reducir la edad de jubilación. Devolver a la sociedad lo que un grupo de banqueros y empresarios se quedan con la riqueza que producimos la inmensa mayoría de la población, los trabajadores. Son nuestras manos y cabezas las que elaboran día tras día la riqueza y las que ponen en movimiento al mundo, no hay nada que no se mueva sin nuestro permiso.

Debemos tomar conciencia del poder que tenemos y construir nuestra herramienta.

No hay salida dentro del capitalismo, más temprano o más tarde la situación se radicalizará y como en otros países, retomará la senda de la lucha de clases. Vivimos momentos históricos y debemos superar este escollo.

Nuestras tareas

El proceso de radicalización se intensificará a medida que se desarrolle la crisis, provocando una polarización aún más aguda entre las clases y preparando el camino para explosiones revolucionarias aún más grandes. No hablamos solamente de Argentina, esta caracterización viene para la región y el resto del planeta. Como hemos explicado en otros escritos el capitalismo ha roto el equilibrio.

La creciente desigualdad en el mundo en la actualidad, el potencial para transformar nuestras vidas sobre la base de la tecnología moderna explica por qué tenés que unirte a la lucha por la transformación socialista revolucionaria de la sociedad.

Los marxistas somos optimistas por naturaleza, pero nuestro optimismo no es algo falso o artificial. Se basa en análisis y perspectivas serias. Nos basamos en la roca sólida de la teoría marxista.

Necesitamos construir nuestra herramienta, necesitamos poner en pie un partido de trabajadores que pueda contener al conjunto de nuestra clase. Debemos romper con la apuesta poli clasista, debemos dejar atrás esta concepción que nos ubica como furgón de cola de los capitalistas.

Construir esta herramienta se hace fundamental y cada vez más acuciante. Que agrupe a los trabajadores y los sindicatos en líneas de clase y que tenga como objetivo primordial los intereses históricos de nuestra clase.

Los marxistas debemos no solo llevar adelante esta tarea sino en simultáneo poner en pie las fuerzas del marxismo en argentina.

Manos en la obra