Proyecto Sur: Balance de una experiencia malograda

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Active Image El fracaso electoral de Proyecto Sur en las primarias con apenas el 0.9 % de los votos, quedando así afuera de las elecciones presidenciales de Octubre, nos obliga a ratificar ciertas conclusiones que venimos sosteniendo desde hace más de un año.

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El fracaso electoral de Proyecto Sur en las primarias con apenas el 0.9 % de los votos, quedando así afuera de las elecciones presidenciales de Octubre, nos obliga a ratificar ciertas conclusiones que venimos sosteniendo desde hace más de un año.

Desde el propio nacimiento de Proyecto Sur allá en 2007 y hasta nuestro alejamiento de este espacio en 2010, tratamos de potenciar al mismo para que se estableciera, junto con la Constituyente Social impulsada por la CTA y los sectores de base democráticos y anti burocráticos de la CGT, como una herramienta política de los trabajadores, que recogiera las reivindicaciones de los sectores obreros y populares, una fuerza que expresara la unidad y la organización de la clase trabajadora.   

Si en un comienzo se apoyaron iniciativas importantes como las nacionalizaciones de Aerolíneas y de las AFJP, y se colaboró con la mejora de la Ley de Medios, luego no se continuó por ese camino. Lejos de eso, Proyecto Sur cometió error tras error, navegando políticamente en la dirección equivocada, hasta concluir en este desastre electoral. Pero las causas de este desastre tienen orígenes y razones muy claras.  

 

No faltaron advertencias

 

Mientras estuvimos en Proyecto Sur, y especialmente luego del triunfo electoral de Junio de 2009, fuimos advirtiendo cada vez con mayor preocupación el rumbo equivocado, decidido desde la dirección del movimiento, en relación a cómo posicionarse frente al gobierno de Cristina Fernández y a los ataques de la derecha. Sosteníamos que Proyecto Sur debía delimitar por izquierda con el gobierno nacional, apoyar las medidas progresistas impulsadas por el mismo y establecer una táctica de frente único contra la derecha, en una situación signada por la avanzada derechista contra el gobierno.  

Considerábamos que Proyecto Sur debía competir con el kirchnerismo en el combate a la derecha. Lamentablemente, Proyecto Sur eligió el camino opuesto: compitió con la derecha para ver quien le pegaba más fuerte al gobierno de Cristina Fernández, enredándose y confundiéndose cada vez más con esa derecha odiada por los jóvenes y los trabajadores. El persistente coqueteo con figurones que nada tienen que ver con los intereses de la clase trabajadora como Carrió, Binner, Stolbitzer y Juez, el saludo a Duhalde en la Expochacra, el posicionamiento a favor de Clarín y Fibertel, y el haber quedado confundido ante las masas en la conformación, y con los artilugios, del Grupo A en el parlamento sólo ayudaron a preparar el derrumbe actual.  

 

Nula democracia interna

 

Un elemento que pudo contrarrestar esos errores: la participación democrática de las bases del movimiento, fue sistemáticamente impedido desde la dirigencia de Proyecto Sur. Desesperaba ver cómo, semana tras semana, se alejaba a centenares de jóvenes que se acercaban atraídos por los principios y planteos que, de palabra, sostenía el Movimiento. Se les privaba de todo derecho democrático y sus aportes eran ignorados repetidamente, cuando no rechazados, desde la dirigencia.  Era evidente la contradicción entre este accionar interno y la proclamada ¨democratización de la democracia¨ de la propaganda. Sólo al comienzo desde las bases se lograron revertir las posiciones sobre la Resolución 125 y sobre la Ley de Medios, pero luego la dirigencia cerró aún más sus oídos a las bases y redujo de manera alarmante la militancia, funcionando mediante acuerdos de cúpulas de distintos pequeños grupos.

Lo más ridículo es que después de que Pino Solanas se pasara dos años implorándole a Binner y Stolbizer que conformaran un frente común, terminaron peleados por los puestos en las listas electorales y con el Movimiento Proyecto Sur escindido con la salida del grupo de Claudio Lozano y de los arribistas sin principios de Libres del Sur, que se fueron con Binner.

 

Ninguna autocrítica

 

Lamentablemente, vemos que se persiste en estos errores en la evaluación de los resultados de las primarias. Se busca culpar a elementos externos a la organización y se evaden las graves responsabilidades propias, con lo cual tampoco se brinda una guía para continuar.

Es necesario levantar un programa político que contemple las 5 causas del programa original de Proyecto Sur (basadas en la recuperación de los recursos y las palancas fundamentales de la economía, la democratización de la sociedad y la unidad latinoamericana) y, sobre la base de una orientación a la clase trabajadora, empalmar con la aplastante mayoría laboriosa y los jóvenes que hoy siguen al kirchnerismo, sin cuyo apoyo no es posible plantearse cambiar de raíz la sociedad.