Por un Primero de Mayo Obrero e Internacionalista

El 1º de mayo tiene el sentido histórico de la reivindicación de la lucha internacional de la clase obrera y de los trabajadores como clase social, frente a la clase burguesa dueña de los medios de producción y de cambio. Nació de la justa aspiración de las luchas obreras por la conquista de la jornada de ocho horas de trabajo. Y tuvo su origen en el ajusticiamiento de ocho dirigentes anarquistas en Chicago en 1886. Si creéis que ahorcándonos podéis acabar con el movimiento obrero … ¡entonces ahorcadnos! Aquí pisoteáis una chispa, pero allí y allá, detrás de vosotros, frente a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán. Es un fuego subterráneo. No lo podréis apagar.
Augusto Spies (Mártir de Chicago)

El 1º de mayo tiene el sentido histórico de la reivindicación de la lucha internacional de la clase obrera y de los trabajadores como clase social, frente a la clase burguesa dueña de los medios de producción y de cambio. Nació de la justa aspiración de las luchas obreras por la conquista de la jornada de ocho horas de trabajo. Y tuvo su origen en el ajusticiamiento de ocho dirigentes anarquistas en Chicago en 1886.

No condenaban sus “crímenes” sino su ideales, su ideología, sus principios. La lucha de la clase obrera por la conquista de las 8 horas de trabajo data de 1829 en New York; más tarde, a mediados del siglo se formaron las Grandes Ligas de Ocho Horas en las grandes ciudades. La Legislatura de Minnesota encontrará “necesario imponer una multa de 25 a 100 dólares a cualquier funcionario o empleado de una compañía de ferrocarril que obligase a un maquinista o fogonero a trabajar más de diez y ocho horas diarias, salvo en caso de urgente necesidad”

La Federación de Gremios y Uniones Organizados de Estados Unidos y Canadá, antecesora de la Federación Norteamericana del Trabajo, aprobó una resolución presentada en ocasión de su Cuarto Congreso por Gabriel Edmoston por la que se resolvía “que la duración legal de la jornada de trabajo desde el 1de mayo de 1886 será de 8 horas” y recomendaba a las organizaciones sindicales de su jurisdicción a que trataran de “hacer promulgar leyes de acuerdo a esta resolución a partir de la fecha establecida”. La resolución despertó interés en la clase obrera y, en la medida que se acercaba el 1 de mayo de 1886, parecía acrecentarse la combatividad de los trabajadores.

A pesar de los editoriales de los principales diarios de Estados Unidos, donde trataban a esta medida de huelga del 1 de mayo como una locura, y a sus organizadores como agitadores “demagogos”, “vagos o truhanes”, etc., el 1 de mayo más de 300.000 trabajadores hicieron huelga en Estados Unidos por la reducción de la jornada laboral; otros encontraban satisfacción a sus demandas con la simple amenaza del paro, por lo que la medida fue todo un éxito.

Pero la burguesía no se quedaba quieta y no estaba en su perspectiva aceptar simplemente esta medida. El 3 de mayo en Chicago, 6.000 obreros madereros se reunían para escuchar las palabras del dirigente obrero, Auguste Spies, periodista y editor del diario de los Trabajadores de Chicago. Mientras Spies hablaba un grupo de obreros se desprendió del mitin para atacar a unos rompehuelgas que salían del aserradero. Fue en ese momento cuando se descargó la bestialidad policial fusilando a seis obreros e hiriendo a más de cincuenta.

El 4 de mayo, un acto donde participaron 15.000 obreros fue disuelto violentamente por la policía, luego de que una bomba mató a un policía e hirió a varios de ellos. El ametrallamiento de la manifestación dejó como saldo a 38 muertos y 115 heridos. “En la ciudad se declaró el estado de sitio y el toque de queda, el ejercito ocupó las barriadas obreras, saqueando los locales, destruyendo sus bibliotecas, imprentas, produciendo cientos de detenciones”. (L. Ceruti). Luego de la masacre, son detenidos y condenados a muerte en una farsa de “juicio”: George Engel, Michael Schwab, Louis Lingg, Adolph Fischer, Samuel Fielden, Auguste Spies, Oscar Neebe y Albert R. Parsons.

El 11 de noviembre de 1887 fueron ejecutados en la horca Spies, Fischer, Parsons y Engel. A los restantes les conmutaron la pena de muerte por prisión perpetua. El Congreso Socialista internacional, celebrado el 14 de julio de 1889 en París y presidido por Federico Engels, se pronunció sobre la legislación laboral internacional y la protección del trabajo, proclamando que “la emancipación del trabajo y de toda la humanidad puede ser lograda sólo por el proletariado organizado como clase y a escala internacional, que debe conquistar el poder político con el fin de realizar la expropiación del capital y transformar los medios de producción en propiedad social”, declarando al 1º de Mayo como Jornada Internacional de lucha de la clase obrera.

Las Tareas del 1º de Mayo de 2006

El mal endémico de la desocupación, la desnutrición, la ausencia de planes de salud, educación y vivienda que afectan a millones de trabajadores resultan la moneda corriente de esta época, que junto a las interminables jornadas laborales muestran el futuro de barbarie que el capitalismo nos ofrece.

Los procesos revolucionarios abiertos en Latinoamérica muestran de una manera contundente la diferente actitud de los trabajadores ante la profunda expoliación por parte del capital. Bolivia, Venezuela, Ecuador y sus movilizaciones callejeras, con obreros y campesinos asumiendo de manera directa la democracia obrera, insuflan nuevos vientos al pestilente veneno capitalista.

Las experiencias de las fábricas recuperadas y puestas en funcionamiento por sus obreros y trabajadores, planificando la producción con un contenido de democracia obrera, incuban el embrión de una sociedad nueva.

La economía mundial empieza a mostrar profundas contradicciones ya que los capitalistas de Europa y EE.UU. arremeten sobre las conquistas obreras. Las últimas movilizaciones en Canadá, Francia y España, por nombrar algunas, frenan la ofensiva de los gobiernos imperialistas.

Si en 1886 se desarrollaban luchas por jornadas más cortas de trabajo y mejoras salariales, las mismas se daban en un modo de producción capitalista que mostraba aún su fortaleza y vigor. En cambio, las luchas de hoy se desarrollan en un sistema con una profunda crisis estructural. El capitalismo poco puede ofrecer a las masas hambrientas, pero sí mucho de barbarie y destrucción. Todo este panorama genera contradicciones que avecinan luchas revolucionarias.

Construir la herramienta que emancipe a los trabajadores

Sí podemos hablar de un cambio de actitud de los trabajadores. Sus luchas así lo demuestran. Por lo tanto nos encontramos en una situación favorable para la construcción del Partido Revolucionario.

Se hace imperioso para todo aquel que se diga revolucionario luchar por la UNIDAD.
UNIDAD forjada en las mejores tradiciones del internacionalismo proletario. La UNIDAD del proletariado internacional es la negación al principio funesto de nacionalidad.

El mejor homenaje a los Mártires de Chicago y a los miles de luchadores del mundo que día a día enfrentan la impunidad de los explotadores es Construir el Partido Mundial de la Revolución Socialista