Por un 1° Mayo unitario, clasista e internacionalista

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En este 1º de mayo nuestros hermanos de clase a nivel mundial dicen una vez más ¡Presente! en las luchas revolucionarias de Bolivia y Venezuela, en las huelgas de los petroleros de Colombia y Ecuador, contra las privatizaciones en Uruguay y México, en las huelgas contra los recortes sociales en Europa y Asia, contra la ocupación imperialista en Irak. En nuestro país, sectores importantes de la clase trabajadora han pasado a la acción. No es una casualidad la corriente subterránea de descontento que que anida en los trabajadores, que se manifiesta luchando por mejoras saláriales y laborales.

Es necesario organizar una oposición unificada de izquierda en los sindicatos

En este 1º de mayo nuestros hermanos de clase a nivel mundial dicen una vez más ¡Presente! en las luchas revolucionarias de Bolivia y Venezuela, en las huelgas de los petroleros de Colombia y Ecuador, contra las privatizaciones en Uruguay y México, en las huelgas contra los recortes sociales en Europa y Asia, contra la ocupación imperialista en Irak.

Los trabajadores ingresan a la lucha

En nuestro país, sectores importantes de la clase trabajadora han pasado a la acción. No es una casualidad la corriente subterránea de descontento que anida en los trabajadores, que se manifiesta luchando por mejoras saláriales y laborales.

En el mosaico de luchas reivindicativas y sectoriales, la victoria del Subte contiene preciadas enseñanzas: que los trabajadores tenemos el poder suficiente para doblegar a la patronal y a la burocracia, conseguir nuestros reclamos mediante la unión de las bases y con compañeros al frente que estén a la altura de las circunstancias.

La convocatoria apresurada del "Congreso" de la CGT para el 5 de mayo para lavar la cara con un recambio de dirigentes y la violencia patoteril de los matones que dirigen la UTA contra afiliados del sector del transporte de la CTA demuestran el creciente nerviosismo de la burocracia más podrida, que siente la presión de las bases cansadas de su política propatronal y entreguista, y que teme nuevos referentes.

Solamente a través de luchas y movilizaciones, por la determinación y coherencia que demuestren en las mismas, las nuevas direcciones que necesitamos los trabajadores se irán forjando para recuperar las organizaciones sindicales para nuestros legítimos intereses.

Hay una serie de luchas importantes, signadas por el abismo cada vez más notorio entre los trabajadores y las direcciones sindicales que miran para otro lado, como es el caso de los bancarios, que aún no consiguieron a pleno el reclamo de los $200. Pero, sobre todo, destaca la lucha de los estatales de ATE, junt a los docentes de provincias y capital, que junto a trabajadores de hospitales municipales luchan contra el congelamiento salarial, mostrando una extraordianria voluntad de lucha. Es nuestraobligación mantener la presión sobre nuestros dirigentes para obligarlos a luchar hasta el final.

La participación de la izquierda en las luchas de los trabajadores va creciendo, ya sea desde adentro como manteniendo una solidaridad activa con los obreros en lucha, como vimos en el SUBTE, en la Lista Naranja en Gráficos, en el Sindicato del pescado en Mar del Plata, en las luchas de los obreros de Paty y Pepsico Snacks, con la victoria de petroleros de Santa Cruz, en Transportes del Oeste, con los ferroviarios por el desprocesamiento del compañero Sobrero; en los obreros de Zanón, de Gatic, etc.

Organizar una oposición de izquierda

Desde El Militante creemos que la incidencia de la izquierda en las luchas del movimiento obrero es potencialmente superior, y que si mantenemos una política correcta ante las luchas que se avecinan, la oportunidad de torcerle el brazo a la burocracia y levantar una oposición organizada y unificada de izquierda en los sindicatos, es inmensa.

Las posiciones que van conquistando los compañeros de izquierda de diferentes organizaciones, necesitan enrolarse en una estrategia común que nos permita coordinar y unificar esfuerzos y experiencias, hay que tender puentes en las luchas de una fabrica y otra para romper el aislamiento, organizando asambleas en barrios y universidades para sacar fondos de lucha, incrementar la presión sobre las direcciones reacias a la lucha obligándolas a entablarlas. Por esto, creemos que apremia la convocatoria de un Plenario Abierto de activistas sindicales de izquierda y de gremialistas combativos para unificar y multiplicar esfuerzos, con libertad de tendencias y corrientes, para darnos un plan de acción y lucha común en un clima de democracia obrera.

Debemos tener en cuenta los intereses generales de los trabajadores y no simplemente nuestras conquistas, que por buenas que sean, por separado y lejos del resto de la clase, no ayuda a la tarea que el movimiento obrero tiene por delante: una campaña nacional por la recomposición salarial, contra el empleo en negro, precarizado y la "nueva" reforma laboral; una lucha gigante que en la practica serviría para recuperar los sindicatos para los obreros.

Este 1° de mayo, unitario y clasista, puede servir para estrechar lazos y preparar la ofensiva del movimiento obrero.