El 19 de octubre de 2003, empieza el conflicto, motivado porque la empresa se niega a discutir puntos del convenio que ya había vencido en mayo de ese año; despide a más de 80 trabajadores, mientras las tareas de producción se llevaban adelante normalmente.
El 20 de octubre el Ministerio de Trabajo dicta la conciliación obligaotria; el 17 de noviembre termina el período de conciliación obligatoria, y nada a cambiado a favor de los trabajadores.
El convenio vencido fue firmado en 2001, imponía a los trabajadores una quita salarial del 20%,y la patronal argumenta que lo hacía para no generar despidos y mantener la estabilidad laboral, debido a la "caída en las ventas de la producción de vehículos y la situación recesiva que afecta al sector automotriz y el mercado de reposición, y el incremento de las importaciones en virtud de la caída de los precios de los neumáticos importados por la baja demanda mundial, así como la caída de las exportaciones".
Pero la industria del nemático se recupera de manera importante, y con ello Bridgestone-Firestone, que anuncia nuevas inversiones, pero no quiere tocar el convenio-basura.
Antes de los despidos, el gerente de RRHH, acciona psicologicamente contra los trabajadores envíando cartas amenazadoras a los obreros y a sus familiasy prohibiendo además, el ingreso de los representantes sindicales a la fábrica.
Además la empresa vacía las instalaciones de la planta de Llavallol, trasladando la producción a otro lugar (M. Chingolo) y contrata más personal de seguiridad; "prepara al personal más nuevo para producir los materiales y poder cumplir con los pedidos de Toyota, de quien es proveedora exclusiva; asegura un stock de neumáticos para asegurarse el abastecimiento en caso de un nuevo conflicto, y distribuyó a los grandes proveedores mercaderías para más de 20 días.
Hoy los trabajadores que conservan su empleo siguen trabajando, pero la actividad en la fábrica "no es normal" porque la empresa no ha reorganizado las tareas y tiene exceso de producción.
Los trabajadores despedidos instalaron una olla popular en la entrada de la fábrica y permanecen allí durante todo el día" (Av. Antártida Argentina 2715, Llavallol)
Las represalias patronales
El 17 de diciembre la empresa envía un telegrama a los trabajadores que asistieron a la Asamblea Informativa convocada por el SUTNA el dia 12 de diciembre en la sede del sindicato, en el que les anuncia la suspensión por un día de empleo y sueldo, a pesar de que esta asamblea fue convocada en tiempo y forma por el sindicato.
"El dia sabado 3 de enero, la empresa suspendió a los trabajadores que se solidarizaron con los trabajadores despedidos desde el portón de fábrica el dia 3-12 a los que previamente amenazó para que no participen de la Asamblea con Movilización informada por el SUTNA en tiempo y forma
Hasta el momento se recibieron dos tipos de sanciones".
Como vemos la empresa no solo está lejos de otorgar a los trabajadores lo que es suyo, sino que además intenta pasar a la ofensiva.
Por ello, desde El Militante creemos que es necesario el fortalecimiento de un comité de lucha, amplio y solidario, que divulgue el conflicto todo lo posible, que sostenga un fondo de huelga importante, y que a la par que sigue en negociaciones con la empresa y el Ministerio de trabajo (que ya falló a favor de los trabajadores) se apreste a presionar al SUTNA y la CTA, para endurecer las medidas (incluido un paro) para poder ganarle la pulseada a la empresa.