Crisis inmobiliaria y amenaza de recesión: Perspectivas para la economía mundial

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Lenin explicaba que la política es economía concentrada. El estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos a comienzos de agosto ha revelado la enorme inestabilidad que sacude a la economía mundial y que se transmite regularmente al mercado de valores de todos los países (las Bolsas). Ahora muchos economistas burgueses hablan de que la economía de EEUU puede entrar en una recesión severa a fines del año. Y sus temores no son infundados. Lenin explicaba que la política es economía concentrada. El estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos a comienzos de agosto ha revelado la enorme inestabilidad que sacude a la economía mundial y que se transmite regularmente al mercado de valores de todos los países (las Bolsas). Ahora muchos economistas burgueses hablan de que la economía de EEUU puede entrar en una recesión severa a fines del año. Y sus temores no son infundados.

La crisis inmobiliaria

Para conjurar el peligro de la recesión, en el mes de agosto los bancos centrales de Europa, EEUU, Japón, Canadá y Australia inyectaron más de 400.000 millones de dólares en el sistema financiero para evitar la quiebra de bancos privados y otras entidades de crédito ante el impago de los créditos hipotecarios. Simultáneamente, las bolsas de todo el mundo se desplomaron durante semanas. Se estima que el valor de las acciones de las compañías en las bolsas mundiales descendió en cerca de 200.000 millones de dólares. De esta manera el sistema capitalista consume las grasas acumuladas en los años de boom.

La cuestión central es que aquellos factores que tuvieron un efecto en prolongar el boom no han resuelto las contradicciones básicas del capitalismo. Y ahora se han convertido en su contrario. En EEUU y Europa los tipos de interés descendieron a niveles históricos en los últimos 15 años, lo que estimuló una borrachera de préstamos de todo tipo, engordando una especulación gigantesca con el boom inmobiliario. Pero desde hace dos años los tipos de interés están subiendo, elevando el costo de los créditos y reduciendo el consumo de las familias, lo que incrementó el número de créditos impagos en los EEUU, llevando a la quiebra a multitud de entidades financieras. Ahora, por miedo a que los créditos no se devuelvan, los bancos reducirán sus préstamos lo que afectará negativamente a la inversión de las empresas, reduciendo la actividad económica, el consumo y el empleo.

¿Puede China evitar la recesión?

En los últimos 20 años no hubo crisis severas, debido al auge económico prolongado que experimentaron el sudeste asiático y China, que actuaron como un mercado importante para las mercancías de los demás países.

Pero esta vez no va a ser el caso. Ahora China se ha convertido en una potencia industrial importante, y no sólo recibe mercancías sino que, en mayor medida aún, está inundando con sus mercancías baratas el mercado mundial.
La economía mundial también se benefició en la última década de la incorporación de China, India, Rusia y Europa del Este al engranaje del mercado mundial, incorporando una masa enorme de asalariados para la producción de mercancías, que tuvo el efecto de presionar a la baja los salarios en todas partes. Este estancamiento en los salarios a nivel mundial, se vio compensado hasta ahora con una baja inflación. Pero eso está cambiando debido al incremento de los precios de los alimentos y del petróleo, por las demandas de China a India y el incremento en la producción de biocombustibles. Esto atizará la lucha de clases en un país tras otro.

EEUU sigue siendo la principal economía mundial, pese a que su industria está en declive. Alemania y China superaron a los EEUU como los principales países exportadores del mundo. China produce más autos que EEUU y Toyota superó a General Motors como principal fabricante de autos en el mundo. Más importante aún, China está creciendo tres veces más rápido que los EEUU.

Estos datos han conducido a muchos economistas a predecir que los EEUU serán superados por China como potencia económica. Pero tales predicciones carecen de una base científica. Las mismas cosas se decían de Japón antes de que la economía japonesa colapsara y tardara 15 años en recuperarse.

Mucho antes de que China pueda superar a los EEUU, su economía experimentará una crisis seria –como le pasó a Japón. La masiva inversión en la industria china produce una cantidad espectacular de mercancías que no pueden ser absorbidas por el mercado chino, pese a que éste se está expandiendo rápidamente. China se está dirigiendo a una crisis clásica de sobreproducción de mercancías en el período que viene y que preparará acontecimientos explosivos en este país.

China depende de la venta de sus mercancías en EEUU, y toda Asia depende de China. Una recesión en los EEUU –o incluso una desaceleración económica prolongada- precipitará una depresión económica en China que tendrá consecuencias serias en Asia y a una escala mundial.

Por eso es falso, como afirman muchos economistas, que la recesión en EEUU tendrá una influencia menor en la economía mundial. El argumento de que Europa, China y Japón pueden impedir una recesión mundial no se sostiene. Toda la economía mundial depende del consumo de EEUU.

Nunca fue tan interdependiente la economía mundial; y a su vez tan frágil. Cualquier acontecimiento puede desatar la crisis. La crisis puede desatarse por las consecuencias del estallido del boom inmobiliario como comentamos antes, o por la retirada masiva de fondos de EEUU por parte de los países que sostienen la deuda pública norteamericana.

EEUU es líder mundial en todo tipo de deudas. Las familias están endeudadas, igual que las empresas y el Estado. El financiamiento de estas deudas depende del ingreso de divisas del exterior, porque la economía norteamericana no tiene los recursos suficientes para otorgar tanta cantidad de préstamos. Pero eso no puede continuar indefinidamente. Estas divisas del exterior fueron atraídas por el elevado valor del dólar. Pero el dólar lleva depreciándose cerca de dos años, porque EEUU necesita competir con China abaratando sus exportaciones. En un momento dado, los inversores extranjeros dirán que no merece la pena seguir invirtiendo en dólares porque les dejan ganancias menores. Y una salida masiva de divisas de la economía norteamericana hundirá a los EEUU en una crisis muy profunda porque no tendrá dinero suficiente para seguir sosteniendo sus gastos.

Crisis de sobreproducción

Todos los factores para una recesión severa están presentes. Debido a todas las distorsiones introducidas en la economía, no sólo a causa de sus leyes inherentes sino también por la irresponsabilidad del gobierno de EEUU, que se lanzó a recortar impuestos a los ricos y a incrementar los gastos militares, endeudando al Estado como nunca en la historia.

Pero la causa última de la crisis económica es la sobreproducción de mercancías y no, como argumentan algunos economistas, la tendencia a la caída del beneficio capitalista. De hecho, los beneficios capitalistas están aumentando, y descendiendo la parte de la renta destinada a los salarios.

La prolongación del boom económico en la última década fue causada por el incremento desaforado del consumo, estimulado por el crédito, que incrementó a su vez la producción de mercancías. Pero en la situación actual, con el descenso del consumo y la restricción de los créditos, gran parte de esas mercancías ya no van a encontrar mercado suficiente, originando la clásica crisis de sobreproducción que acompañó al capitalismo desde su nacimiento.

Esta crisis no se podrá resolver por métodos keynesianos; es decir, por medio del endeudamiento del Estado. EEUU no podrá hacerlo porque ya tiene una deuda histórica. La guerra de Irak le está costando 2.000 millones de dólares semanales. Por eso, los demócratas y también los republicanos quieren finalizar la guerra. También les pesa el gasto en salud, que se recorta día a día. Todo esto se está traduciendo en un malestar muy grande de la sociedad norteamericana. La gente está cansada de Bush, cuyo índice de popularidad ha caído muy bajo. Este malestar se expresa en el rechazo masivo a la guerra y a la ocupación de Iraq, en las protestas por la situación lamentable del sistema de salud, y en las movilizaciones de los trabajadores inmigrantes. El proceso molecular de toma de conciencia de las masas norteamericanas se está desarrollando.

Incremento de la lucha de clases

El punto fundamental es que el boom se sustentó en la superexplotación de las masas con un aumento obsceno de la desigualdad en todas partes. La brecha entre ricos y pobres aumentó 4 veces en la última década, según un informe de Amnistía Internacional (Clarín, 29 julio 2007).
Y este último factor es el más importante a considerar en nuestras perspectivas. El malestar de la clase obrera por sus condiciones de vida y de trabajo se está desatando en todas partes. En el último período hemos visto oleadas de luchas y huelgas generales en Francia, Italia, Grecia, Bélgica, Canadá, Islandia, Perú, Chile, Sudáfrica, Nigeria, Egipto e Israel. Esto es un anticipo de los acontecimientos que veremos en un país tras otro en el futuro.

La situación mundial, en la actualidad, no es una imagen bonita y tranquila. Todo lo contrario, en todas partes existe una situación explosiva. Se abrirán grandes posibilidades para las ideas del socialismo en todo el mundo. Comenzando por las capas más avanzadas de los trabajadores, la necesidad de poner fin a este sistema caduco y opresivo encontrará un eco de masas en todas partes.