Su moral y la nuestra

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En cada guerra de la historia, Dios está siempre de nuestro lado. Eso es lo que Tony Blair y George W. Bush creen fervorosamente. Y mientras los ejércitos de los Estados Unidos y el Reino Unido de Gran Bretaña se amontonan en el Golfo, preparando elnegocio serio del holocausto masivo en Irak, el Todopoderoso está siendo movilizado para el servicio de la guerra, junto con todos los demás a la vista y fuera de ella.
¡Vosotros hipócritas! ¿Es una broma la vuestra?
¿Asesinando a los hombres y dando a Dios gracias en muestra?
¡Desistan por vergüenza! No continúen esta suerte;
Dios no aceptará vuestras gracias por Muerte

(Robert Burns, On Thanksgiving for a National Victory -Sobre la Acción de Gracias por una Victoria Nacional.)

En cada guerra de la historia, Dios está siempre de nuestro lado. Eso es lo que Tony Blair y George W. Bush creen fervorosamente. Y mientras los ejércitos de los Estados Unidos y el Reino Unido de Gran Bretaña se amontonan en el Golfo, preparando el negocio serio del holocausto masivo en Irak, el Todopoderoso está siendo movilizado para el servicio de la guerra, junto con todos los demás a la vista y fuera de ella.

La máquina de propaganda está trabajando horas extras para condicionar a la opinión pública en el aumento de las hostilidades contra Irak. La primera pregunta, por supuesto, es si Dios es musulmán o cristiano. En el mundo musulmán el ataque propuesto contra Saddam Hussein se vé como un ataque contra el Islam, a pesar de las protestas de George Bush y Tony Blair en sentido contrario. El Presidente norteamericano no está muy al tanto de las sensibilidades de los musulmanes. Él sabe que Dios es norteamericano (¿acaso la Biblia no está escrita en inglés?) Incluso se refirió, bien temprano, a todo el negocio como una cruzada, lo que inmediatamente confirmó las sospechas profundas de muchos musulmanes.

George Bush mostró su ignorancia de costumbre haciendo semejante comentario. En Occidente las cruzadas se retrataron siempre como una misión gloriosa para recuperar la Tierra Santa de los infieles y llevar la sagrada llama de la civilización cristiana a los inesclarecidos pueblos de Oriente. En realidad, estuvieron entre las guerras más depravadas y sanguinarias de pillaje y exterminio que tiñen de negro los anales de las historia humana – un hecho que todavía no es generalmente conocido en el "civilizado" Occidente.

Tanto Blair como Bush se ven a sí mismos como los cristianos más devotos. Como señaló The Independent (21 de febrero de 2003), en "la atmósfera religiosa de invernáculo en la Casa Blanca, muchos en la administración norteamericana ven el conflicto en términos maniqueos sobre el bien y el mal – y ven su papel como una misión mesiánica. El problema con esto es que quienes reclaman una alta razón moral en tales asuntos probablemente sean aquéllos que padecerán de ilusiones sobre su propia rectitud. Entonces la moralidad se vuelve simplemente una materia de opinión."

El "argumento moral" para la guerra

Después que dos millones de personas marcharon en protesta por las calles de Londres, el Sr. Blair decidió cambiar sus razones por el argumento moral para la guerra. La ruidosa sofistería de Blair provocó la respuesta de los dos mayores arzobispos de Gran Bretaña, cuestionando la legitimidad de su lógica. Incluso antes de que fuera nombrado, el nuevo Arzobispo de Canterbury hizo pública, junto con otros 200 líderes religiosos, una petición de Pax Christi que insistía en que no podría haber "guerra alguna sin una resolución de la ONU". Importantes figuras de la iglesia en los Estados Unidos y en muchos otros países hicieron lo mismo.

Todo esto fue muy mal recibido por el Sr. Bush y el Sr. Blair. "Obviamente tienen derecho a dar sus opiniones," dijo un vocero de Downing Street sobre los arzobispos. El problema es que no es su opinión la que ellos están expresando; es, para muchas personas, la de Dios". Sí, y todos sabemos que Dios está de nuestro lado.

Los comentarios críticos del establishment religioso fueron una turbación para los Sres. Blair y Bush, pero no han cambiado notoriamente su posición notoriamente sobre la guerra. El sábado pasado Tony Blair fue a Roma a encontrarse con el Papa, posiblemente para postular su nombre para una futura beatificación, pero de paso para convencer al Santo Padre de que la mejor manera mejor de salvar las almas de los iraquíes malos es bombardeándolos hasta la llegada del Reino de Dios.

Desgraciadamente, el Papa (que difícilmente sea considerado el político más progresista del mundo) ya ha puesto su cara contra la guerra y ha anunciado: "La guerra nunca es sólo otro medio que uno puede escoger para arreglar diferencias entre las naciones". Pero de eso se trata precisamente una guerra, según lo explicó el viejo Clausewitz hace tiempo, cuando él señaló que la guerra es sólo la continuación de la política a través de otros medios.

Democracia burguesa

En una democracia burguesa formal, un puñado diminuto de personas adineradas que poseen y controlan los medios de producción siempre toman las decisiones más importantes. Naturalmente, "todos tenemos derecho a dar nuestras opiniones" en un sistema así. Después de todo, ¿acaso no es esto lo que nos distingue de Saddam Hussein? ¡Sí, es cierto! La diferencia es que con Saddam Hussein, la dictadura es abierta y descarada, mientras que en Gran Bretaña y EE.UU la dictadura de los banqueros, los monopolios y los barones petroleros se ejerce más sutilmente, de una manera oculta, hipócrita.

Es decir, normalmente se ejerce de semejante manera. Pero la guerra no es un estado de cosas normal. Una guerra tiene muchos rasgos negativos para tantos pobres que pierden sus vidas. Pero tiene esta ventaja por lo menos: que en una guerra todo lo que estaba oculto se vuelve abierto, todo lo que estaba disfrazado se pone evidente. Los antagonismos de la clase en la sociedad aparecen agudamente. La máscara sonriente se corre para revelar la cara cruda y fea de la violencia y la opresión.

Es un hecho simple que la gran mayoría de las personas en el mundo se oponen al acto de violación militar que está planeándose contra el pueblo de Irak. Eso va para Gran Bretaña, y, a decir verdad, también para los Estados Unidos. La contestación de Blair a las manifestaciones masivas eran predecibles: ¡por lo menos nosotros vivimos en un país donde se permiten las manifestaciones – después de que el gobierno haya hecho todo lo posible para evitarlas! Aún así los gobiernos "democráticos" de estos países han mostrado su completa desconsideración por las opiniones de la mayoría. Han expuesto la esencia de una democracia formal burguesa: todos podemos decir lo que nos guste, con tal de que los grandes bancos, los monopolios, los barones petroleros y los generales decidan lo que ocurra.

Esto es precisamente la razón por la que el Presidente norteamericano y el Primer Ministro británico se sintieron forzados a invocar la ayuda del Todopoderoso. Después de todo, ¿qué le queda por hacer a uno cuando puede encontrar tan poco consuelo en la Tierra? Ya que millones de simples mortales se oponen a la guerra, es necesario dirigir los ojos de uno a los cielos y apelar al Señor para tener un poco de apoyo. Ahora se dice que la guerra contra Irak es de inspiración divina.

Alguien dijo una vez que el patriotismo es el último refugio de un canalla. Ahora debemos agregar: la religión y la moralidad en los labios de los guerreristas son el último refugio de un hipócrita.

Por supuesto, nosotros aceptamos que exista tal cosa como una guerra justa. Los marxistas nunca hemos sido pacifistas. La guerra de Espartaco contra Roma era una guerra justa – y también lo fueron todas las demás guerras en las que los esclavos, los siervos, los pueblos coloniales y la clase obrera, tomaron las armas contra sus opresores. Ésas fueron guerras justas que nosotros apoyamos incondicionalmente.

Pero las guerras emprendidas por los esclavistas contra los esclavos, de los señores contra los campesinos, de los capitalistas contra los obreros, de los imperialistas contra las colonias, son guerras reaccionarias por definición, y el movimiento obrero y cualquiera con la más vaga idea de luchar por el progreso humano debe oponerse a ellas con vigor. Desde todo punto de vista, Bush y Blair han fracasado abyectamente en construir una razón coherente para la guerra contra Irak. El engaño aquí es tan ruidoso que nos vemos obligados a exclamar, en palabras de Shakespeare,: "Estas mentiras son como el padre que las engendra: crasas como una montaña, abiertas, palpables."

Blair cambia su melodía

Como un delincuente que intenta establecer una coartada para un crimen, Blair ha cambiado su historia varias veces en el espacio de unos meses. Comenzó declamando que la razón para la guerra era que los iraquíes poseían cantidades grandes de armas de destrucción masiva (ADM). Pero como ninguna de éstas fue encontrada, cambió su melodía.

El segundo argumento fue que Saddam Hussein estaba ligado a Al Qaeda. Esto era tan ridículo que cayó por su propio peso. Un año y medio después del 11 de septiembre nadie ha podido encontrar lazo alguno entre el ataque a las Torres Gemelas e Irak – un hecho que el mismo Blair tuvo que confesar. Es bien conocido que el régimen secular del partido Baath en Bagdad y los fundamentalistas como Al Qaeda siempre han sido enemigos. El esfuerzo de Bush por mostrarnos la más reciente cinta grabada por Bin Laden acabó en farsa cuando se señaló que en esa misma cinta, el propio líder de Al Qaeda atacaba a Saddam Hussein como infiel.

El siguiente esfuerzo por establecer una coartada, citando un "nuevo expediente de la Inteligencia británica" también acabó en farsa, cuando fue revelado que el documento era una falsificación cruda basada en una tesis de doctorado de un estudiante norteamericano. ¡Esto no le impidió a Colin Powell citarlo como evidencia clave en su discurso en el Consejo de Seguridad!

Por ese entonces, Blair realmente se estaba desesperando. Raspando el fondo del barril, salió con el argumento de que el régimen iraquí era un Régimen del Mal, y por consiguiente debía eliminarse. Pasamos por alto el punto obvio de que no se suponía que el "cambio de régimen" fuera la razón para esta guerra, y que esto había sido negado firmemente por el gobierno británico desde el principio, y que éste es todavía otro salto mortal que el Sr. Blair ha realizado en sus esfuerzos para agradar al Presidente norteamericano, mientras engaña al público británico.

¡Y entonces, habiendo recorrido todas las opciones posibles (así como algunas imposibles), el Sr. Blair se ha reducido a apelar a… la moralidad! Esto sería realmente divertido si las consecuencias no fueran tan serias. Este caballero absolutamente cristiano, con su cara inmutable, nos informa que los mejores intereses del pueblo iraquí serán servidos bombardeándolos hasta el infierno e invadiendo su país.

¿Dónde se encuentra la "autoridad legal" al hacer declaraciones de guerra? ¿Es real que Irak representa un "peligro real y presente"? Pero la política anterior de "contención y disuasión" era lo bastante suficiente como para mantener a Saddam Hussein bajo control. Un país aplastado con un ejército destruido y una población hambrienta no era ninguna amenaza para EE.UU., Gran Bretaña ni nadie más.

Si Irak sólo tuviese cocoteras y camellos, no habría guerra alguna. Pero Irak está se levanta sobre las segundas reservas más grandes de petróleo del mundo. Nadie duda que el argumento "moral" para atacarlo se encontrará principalmente en sus pozos petrolíferos.

No hay ni la menor duda de que esta guerra producirá muchos más males que los que removerá. Causará caos tanto en Irak como en todos los países circundantes. Significará décadas de hostilidad del mundo musulmán hacia Occidente. Será la oficina de reclutamiento más eficaz para Al Qaeda y el punto de arranque para los nuevos ultrajes terroristas.

Todos esto es bastante irrelevante para fundamentalistas como Blair y Bush quienes están conectados por línea directa con Dios, que ha contestado todas estas cuestiones para su completa satisfacción. Tony Blair y George W Bush se ven a sí mismos como cristianos devotos y feligreses regulares. Ambos hacen una pareja muy buena, con su celo verdaderamente evangélico por la guerra contra el pueblo de Irak, que ellos están ávidos presentar con la luz de la moralidad. Ellos no tienen ninguna duda: ¡Dios está de su lado!

El último sermón de Blair

Por lo tanto el próximo asalto contra Irak está moralmente justificado. Consideraciones tan crudas como el petróleo no tienen nada que ver con esto. Ése fue el texto del discurso pronunciado por el reverendo Tony a la conferencia de primavera del Partido Laborista en Glasgow que se desarrolló al mismo tiempo que las manifestaciones masivas contra la guerra. La cosa más notable de este discurso es que fue pronunciado sin inmutarse, por lo que cualquier tendencia por parte del público a reírse fue fuertemente desalentada.

Blair dijo a la conferencia: "El argumento moral contra la guerra tiene una respuesta moral: es el argumento moral para remover a Saddam. No es la razón por la que nosotros actuamos. Eso debe ser según el mandato de las Naciones Unidas sobre las Armas de Destrucción Masiva. Pero es la razón, francamente, por la cual sí tenemos que actuar, deberíamos hacerlo con la conciencia limpia."

¡Allí lo tenemos! Se dice que la guerra contra Irak está "moralmente justificada" y por consiguiente, cuando los proyectiles empiezan a llover sobre las ciudades iraquíes, podremos dormir plácidamente en nuestras camas con la conciencia limpia. ¿No es acaso un mensaje perfectamente "cristiano"? Prosiguió:

"Sí, hay consecuencias de la guerra. Si removemos a Saddam por la fuerza, va a morir gente y alguna será inocente. Y tenemos que vivir con las consecuencias de nuestras acciones, incluso con aquéllas que son imprevistas. Pero también hay consecuencias por "detener la guerra"."

Es imposible leer estas líneas sin un sentimiento de náusea. Este hipócrita de clase media que va a la iglesia todos los domingos para rezarle a Dios está preparado para liberar a los perros de la guerra sobre 22 millones de personas para luego retirarse a la cama con una conciencia absolutamente clara. "Alguna" de esta gente morirá, dice, pero ¿qué importa eso?
Lo más extraordinario de todo, es que el primer ministro británico intentó justificar la guerra debido al daño hecho a la población iraquí por las sanciones impuestas sobre ella durante los últimos 12 años. Si yo escuchara a los manifestantes, dice el Sr. Blair:

"Si yo siguiera ese consejo, y no insistiera en el desarme, sí, no habría ninguna guerra. Pero todavía estaría Saddam. Mucha de la gente que marcha dirá que odia a Saddam. Pero las consecuencias de seguir sus consejos serán que él se quedará a cargo de Irak y gobernando al pueblo iraquí. Un país que en 1978, un año antes que él tomara el poder, era más rico que Malasia o Portugal. Un país donde hoy, 135 cada 1000 niños iraquíes mueren antes de los cinco años- el 70% de estas muertes es por diarrea e infecciones respiratorias que son fácilmente evitables. Donde casi un tercio de los niños nacidos en el centro y el sur de Irak tiene desnutrición crónica. Donde el 60% de las personas dependen de la asistencia alimenticia. Donde la mitad de la población de las áreas rurales no tiene agua segura."

¿No es esto completamente monstruoso? Los imperialistas norteamericanos y británicos, junto con sus cómplices delincuentes de las "Naciones Unidas" durante 12 largos años han impuesto un bloqueo criminal a Irak y lo han reducido a niveles espantosos de pobreza. Esto es lo que realmente ha llevado a las muertes de un millón de niños iraquíes por desnutrición, falta de agua limpia y medicamentos. ¿Y cuál es la solución del Sr. Blair? ¡Lanzar una guerra que matará muchos más niños iraquíes!

Las Naciones Unidas (por las que el Sr. Blair jura en cada frase) recientemente llegaron a la conclusión en un documento que se filtró a pesar del secreto de que medio millón de niños iraquíes morirán en el bombardeo a Irak, y que un millón y medio más morirán por las consecuencias de la guerra que destruirá la ya devastada infraestructura del país, privando a la población de comida, agua potable y medicamentos.

Sí, lamentablemente algunas personas morirán en esta guerra, y algunas incluso serán inocentes. ¡Qué vergüenza! Por supuesto, esto es "imprevisto", así que está todo bien. Y al final del día nos habremos librado de Saddam Hussein, y eso es mejor aún. Y el Sr. Blair tendrá su conciencia limpia. ¡Qué cosa tan hermosa debe ser tan devotamente religioso!

Extasiado por un paroxismo de indignación moral, el Sr. Blair continúa: "Cada año que pasa y en este momento, decenas de miles de prisioneros políticos languidecen en condiciones espantosas en las cárceles de Saddam y son ejecutadas regularmente. En los últimos 15 años han sido masacrados más de 150.000 musulmanes chiítas en el sur de Irak y kurdos musulmanes en el norte de Irak; con casi cuatro millones de iraquíes en el destierro alrededor del mundo, incluyendo 350.000 ahora en Gran Bretaña.

"Éste no es un régimen con Armas de Destrucción Masiva que si no las tuviera sería benigno. Esto es un régimen que contradice cada uno de los principios o los valores en los que cree cualquiera de nuestras políticas. No habrá ninguna marcha por las víctimas de Saddam, ninguna protesta por los miles de niños que mueren todos los años inútilmente bajo dominio, ningún enojo ético por las cámaras de tortura que seguirán existiendo si él se mantiene en el poder."

Sí, el régimen de Saddam Hussein es un régimen inaceptable, que suprime el disenso y usa la tortura, el arresto arbitrario y el asesinato para mantenerse en el poder. ¡Pero esperen un momento! Estas cosas son ciertamente malas, pero no son para nada monopolio del régimen de Bagdad.

Permítamonos examinar por un momento la actuación de otros régimenes – incluso los miembros de la coalición de Bush. El registro de Arabia Saudita sobre derechos humanos es bien conocido, como es el caso de Turquía. En ambos países, la oposición se ha suprimido brutalmente, los disidentes encarcelados, torturados y ejecutados. También son régimenes malvados. Y sin embargo nadie todavía está proponiendo bombardearlos e invadirlos. Al contrario, ellos son nuestros aliados (es decir, socios en el crimen).

¿Qué hay de la Rusia del Sr. Putin cuyo apoyo están buscando EE.UU. y Gran Bretaña desesperadamente? La guerra de Chechenia ha sido la escena de las atrocidades más espantosas contra el pueblo checheno todo el tiempo que duró. El país ha sido reducido a escombros, sus civiles asesinados, torturados, violados y saqueados. Pero nada de esto es considerado malo por el Sr. Bush y el Sr. Blair. De hecho, ni merece la pena una mención. La única vez que el reverendo Tony Blair creyó correcto referirse a ello fue para alabar el manejo por parte de Putin de la crisis de los rehenes en Moscú, cuando las fuerzas rusas con su típica brutalidad causaron las muertes de un gran número de personas.

Podríamos seguir casi indefinidamente, pero sería un ejercicio superfluo. El punto es que el concepto del "mal" defendido por Bush y Blair resulta ser uno más bien flexible.

La escuela del "método" de actuación

Habiendo dado aire a su indignación moral, Blair entonces volvió todos los cañones de su desprecio hacia los manifestantes anti-guerra:

"Yo me regocijo que vivimos en un país donde la protesta pacífica es una parte natural de nuestro proceso democrático. Pero les pido a los manifestantes que entiendan esto. Yo no busco la impopularidad como una insignia de honor. Pero a veces es el precio del liderazgo. Y el costo de la convicción. Pero cuando vean las imágenes de la marcha en la TV, piensen en esto:

"Si hay 500.000 en esa marcha, eso es todavía menos que el número de personas de cuyas muertes Saddam ha sido responsable. Si hay un millón, eso todavía es menos que el número de personas que murieron en las guerras que él comenzó. [.]

"Saddam ha asesinado más de un millón de iraquíes durante los últimos 30 años, ¿están dispuestos a permitirle matar otro millón de iraquíes más? Saddam gobierna Irak usando el miedo – él encarcela regularmente, ejecuta y tortura a la masa de la población por absolutamente ninguna razón – esto puede ser difícil de creer y tal vez ni siquiera puedan apreciar la magnitud de tales actos de barbarie, pero créanme que les costará encontrar a una familia en Irak que no haya tenido un hijo, un padre, un hermano asesinado, encarcelado, torturado y/o "desaparecido" debido al régimen de Saddam."

¡Tan seria era la expresión en la cara del primer ministro cuando pronunció estas palabras que uno casi podía llegar creer que realmente creía en lo que estaba diciendo! Casi, pero no realmente. El discurso de Glasgow de Blair le recuerda a uno la famosa escuela de actuación del célebre director ruso Stanislavsky, conocido como "el método" en Occidente. Esto significa que cuando un actor actúa en su guión debe pensarse a sí mismo como involucrado en el rol que está actuando tan apasionadamente, que termine creyéndolo. Y cuando un actor realmente cree el guión que está actuando, el público queda tan fascinado que casi termina creyéndolo.

Un análisis clínico de la lógica de esta parte del discurso muestra que está dividido en dos partes: 1) ustedes manifestantes deben considerarse afortunados de que los toleramos; en Bagdad ustedes estarían en la cárcel, y 2) ustedes podrán ser muchos, pero Saddam Hussein ha matado mucha más gente. Examinemos estas aserciones más detalladamente por un instante.

1) El himno de alabanza de Blair a las virtudes de la democracia británica sería más convincente si todo el mundo no supiera que él y sus ministros hicieron todo lo que pudieron para sabotear la marcha anti-guerra de Londres impidiendo el acceso a Hyde Park – el único lugar en la capital capaz de contener semejante cantidad de gente. Sólo se vieron obligados a ceder bajo presión. Está también el pequeño detalle de que su mensaje a los manifestantes era, más o menos: Ustedes se pueden manifestar todo lo que quieran, ése es su derecho. Mi derecho es ignorarlos a ustedes y a la mayoría de la nación británica – y eso es precisamente lo que pienso hacer.

2) Se conocían muy bien desde hace mucho tiempo las atrocidades perpetradas por Saddam Hussein contra el pueblo de Irak tanto en el gobierno británico como el norteamericano. Eso no fue un impedimento para apoyarlos, financiarlos y armarlos -hasta la invasión de Kuwait. Ellos le proporcionaron las bombas y el gas venenoso con los que atacó a los kurdos. Respaldaron a Irak entusiastamente en la guerra sangrienta contra Irán que fue cuando todos estos iraquíes fueron asesinados, y por lo cual el Sr. Blair está ahora tan indignado. Pero él (el escritor de sus discursos) ha olvidado todo lo referente a este pequeño detalle.

3) Claramente no hay ninguna equivalencia moral entre los números de las personas muertas en Irak en un período de 30 años (o cualquier otro periodo) y el número de aquéllas que se manifiestan para prevenir una nueva matanza contra el pueblo de Irak. Sin embargo todas estas inconsistencias no le impiden al Sr. Blair seguir con su línea argumental moral hasta el extremo:

"De esta forma si el resultado de la paz es que Saddam siga en el poder, sin desarmarse, entonces les digo que hay consecuencias que se pagan con sangre por esa decisión también. Pero estas víctimas nunca se verán. Ellas nunca aparecerán en nuestra TV ni inspirarán a millones a tomar las calles. No obstante ellas existirán. Librar al mundo de Saddam sería un acto de humanidad. Dejarlo allí sería en verdad inhumano [.]."

En el final, Tony Blair vocifera triunfantemente la conclusión: "Si la comunidad internacional no toma nota de la condición del pueblo iraquí sino que continúa tomándolo en cuenta sólo por casualidad, esto engendrará terrorismo y extremismo dentro del pueblo iraquí. No podemos permitir que esto ocurra."

Si hay una lección que sacar de la historia es ésta: el pueblo de Irak (y en particular los kurdos y los chiítas) no pueden esperar ni ayuda ni humanitarianismo, ni justicia ni democracia de los imperialistas británicos y norteamericanos. La causa de los kurdos ya fue entregada a la reaccionaria burguesía turca a cambio del uso de sus bases. Los chiítas también harían bien en recordar 1991, cuando George Bush padre, primero los incitó a rebelarse contra Saddam Hussein y, luego, cínicamente se recostó en su sillón observando cómo el levantamiento era hundido en sangre por la Guardia Republicana. Este tipo de cosas es lo que Blair considera política "humanitaria".

Aquellos políticos insensatos en el destierro que imaginaron que Norteamérica iban a hacer la guerra para restablecer la democracia en Irak también han recibido una buena lección sobre el valor de las promesas de Washington y Londres. Realmente ha quedado claro que luego del derrocamiento de Saddam Hussein no habrá democracia en Irak, sino simplemente una dictadura militar con un general norteamericano en el poder en su lugar. Esto tiene un nombre – es el buen colonialismo a la vieja usanza. En cuanto a las convicciones de Colin Powell de que los norteamericanos no quieren el petróleo iraquí – eso es suficiente como para matar de risa incluso a Donald Rumsfeld.

Una plegaria para el Sr. Bush

Estas damas y caballeros son hipócritas de la peor especie. Ellos imaginan que esta hipocresía pasará sin ser detectada. Están equivocados. Demasiada gente ya la ha visto a través de su máscara. En Europa simplemente produce un sentimiento de aversión, e incluso en los EE.UU., donde, por razones históricas, la religión es todavía una fuerza con la cual ajustar cuentas, un número creciente de personas es crítico con la política iraquí de la administración Bush y se opusieron a la guerra.

La moralidad de Bush y Blair es una moralidad de clase. Según sus intereses de clase, y eso está bien. Es correcto y moral. Es bastante consistente. Para Bush y Blair, todo lo que sirve a los intereses de los grandes monopolios es justo y bueno.

En realidad todos esta hipocresía moral y estas tonterías religiosas no son más que una pantalla y una excusa para comprometer en actos de piratería y asesinato manifiesto. Ellos reinterpretan las enseñanzas de la religión bastante descaradamente como para justificar sus extremos. Más correctamente, ellos interpretan sus intereses personales a través del idioma de la religión y la moralidad. Y esto es bastante entendible. No muchos soldados se prepararían para luchar y morir por las fortunas del petróleo de las grandes corporaciones texanas o para conseguir la re-elección de George W Bush. Es necesario enviar a los muchachos al frente con un himno inspirador que suene en sus oídos y lágrimas en sus ojos, de ahí el alto tono moral de los discursos de Bush y Blair en días recientes.

Napoleón, que sabía un poquito sobre la guerra, señaló la importancia extrema de la moral (en el sentido de "estado de ánimo" o "espíritu", no la moral ética). Es necesario dar tanto a las tropas y al público algo valioso por lo cual luchar. Y eso no puede estar relacionado con los dólares. En la guerra la moralidad tiene su valor, tanto como muchos tanques, aviones, proyectiles, latas de porotos, bolsas de papas o latas de diesel. De hecho cotiza su peso en oro.

Tony Blair y su amigo George W, son ambos conscientes de la necesidad de que el Todopoderoso suba a bordo (o "en el mensaje" como lo dijeron en estos días) a buena hora. Han mostrado imágenes, incluso en las pantallas de televisión, de los líderes gubernamentales norteamericanos – Bush, Powell, Condoleeza Rice, y el resto de ellos – rezando sus oraciones antes de que ellos voten enviar Dios sabe cuántos norteamericanos jóvenes (para no hablar de iraquíes) a sus tumbas. Uno puede preguntarse en qué consiste el contenido de esta plegaria. Quizá sea algo así:

"¡Oh Señor, poderoso en la batalla, elévate y destruye el Eje del Mal! ¡Golpéalos con violencia en cadera y muslo! Háganse sus soldados como rastrojo para nuestras espadas, y destruye su semilla y no dejes ningún rastro sobre la faz de la tierra, para que nosotros podamos alabarte para siempre.
"Señor, derrama Tus bendiciones en nuestros bombarderos cuando ellos derramen sus bombas sobre las ciudades, pueblos y aldeas de Irak.

"Que alcancen su objetivo certeramente, para que ellas destruyan a nuestro Enemigo y al Tuyo en tiempo doblemente rápido, para no causar demasiado fastidio en Arabia Saudita que está próxima y tampoco demasiado daño a la infraestructura de la industria petrolera.

"Y permite solo un mínimo de sacos de cadáveres de nuestro lado para que nosotros podamos golpear con violencia a los demócratas y podamos morar para siempre en la Casa Blanca.

"Entrega a nuestras manos las ciudades y los pozos de petróleo de los Infieles para que nosotros podamos glorificar Tu nombre, y llena nuestros cofres sin aumentar los impuestos de los ricos que se regocijan por Tu vista.

"Llévame por grandes lagos de crudo y precios de otras materias primas en bajada. Restaura mi tasa de Ganancia y renueva mi Graduación de Crédito. ¡Sí! y dispara mi mercado accionario. Seguramente, la bondad y una baja tasa de inflación me acompañarán por el resto de mis días.

"Prepara una mesa en medio de mis enemigos y unta mi cabeza con óleo iraquí. Llena mi cáliz.
"Danos este día nuestra Segunda Resolución del Consejo de Seguridad, y no nos dejes padecer nuevas manifestaciones anti-guerra y líbranos del Veto francés.

"Porque TUYO es el Reino, el Poder y la Gloria. Pero NUESTRAS son las Segundas Mayores Reservas de Petróleo en el Mundo, por los siglos de los siglos. Amén."

Londres, 24 de febrero de 2003.