Comienzo de clases: TODOS A LA ESCUELA A LUCHAR

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Con el comienzo de las clases renace el conflicto docente. Luego de años de congelamiento salarial y empeoramiento de las condiciones laborales (aumento del número de alumnos por aula, incremento de las horas de trabajo, pérdida de capacidad de acción ante el ministerio, etc.), los docentes encuentran que por las presiones del Fondo Monetario Internacional el presupuesto nacional no contempla ya el llamado Incentivo Docente.

La lucha por el incentivo docente

Con el comienzo de las clases resurgió el conflicto docente. Luego de años de congelamiento salarial y empeoramiento de las condiciones laborales (aumento del número de alumnos por aula, incremento de las horas de trabajo, pérdida de capacidad de acción ante el ministerio, etc.), los docentes se encontraron con que las presiones del Fondo Monetario Internacional hicieron que el presupuesto nacional no contemplara más al llamado Incentivo Docente. Si esta suma fija no remunerativa (lo que significa que el mismo estado paga en negro!) no se recibe, significa en los hechos una reducción salarial, mientras los artículos de la canasta familiar cuestan el doble. Hay que recordar que con los pavorosos niveles de desocupación, muchas maestras mantienen su hogar al tener a sus esposos desempleados.

Además el gobierno utiliza las escuelas para asistencialismo y para contener a los menores. Subordina la educación a la política de seguridad para que en la desesperación a la que se los ha llevado no salgan a robar. Recordemos que tres cuartas partes de los menores son pobres. De lo específicamente educativo el gobierno ni se acuerda.

Ante la amenaza de paros, movilizaciones y la reinstalación de la carpa blanca, el gobierno primero intentó medidas represivas con un vallado policial en el lugar de las protestas. Y días después impulsó la aprobación por parte del Congreso de una ley que destina el futuro (y supuesto) excedente del impuesto al cheque al pago del incentivo. El sindicato parece dispuesto a aceptar esta propuesta.

Por una movilización masiva y participativa de todos los docentes, padres y alumnos

Si se vuelven a incumplir las promesas, volverán los conflictos. Y en ese caso es de esperar que no se repitan las maniobras de la dirigencia sindical, con sus medidas efectistas y mediáticas (huelgas de hambre de altos dirigentes sindicales, festivales con actores y cantantes conocidos) que no consiguieron ninguna reivindicación en varios meses de implementadas. Con esas medidas "desde arriba" se dejaba en manos de la dirigencia la protesta y no se impulsaba la participación y movilización de los trabajadores, ni su extensión a los numerosos docentes no sindicalizados. Tampoco se favorecía la integración de los trabajadores de la educación con la comunidad educativa.

Sólo con la participación masiva en reuniones y asambleas en las escuelas por parte de docentes, alumnos y padres (toda la comunidad educativa) podemos asegurar una lucha decisiva para conseguir la solución a los problemas presupuestarios, a los bajos salarios de los trabajadores docentes y no docentes y a la consecuente caída en la calidad de la educación.