SOLIDARIDAD CON LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DEL SUBTE

Los trabajadores del Subte están de nuevo en lucha por aumento de salarios y para exigir mayores inversiones para mejorar la seguridad en el transporte de los usuarios. Después que éstos mostraran su buena voluntad para alcanzar un acuerdo con METROVÍAS dejando en suspenso las medidas de fuerza durante un mes y medio tras obtener satisfacción a algunos reclamos menores y a la espera de una oferta razonable por parte de la empresa en los reclamos fundamentales, ésta ha vuelto a mostrar su actitud prov provocadora ofreciendo la ridícula y miserable oferta de un 1% de aumento de los salarios.

Por aumento de salarios y mayores inversiones en seguridad e instalaciones

La actitud provocadora de METROVÍAS

Los trabajadores del Subte están de nuevo en lucha por aumento de salarios y para exigir mayores inversiones para mejorar la seguridad en el transporte de los usuarios. Después que éstos mostraran su buena voluntad para alcanzar un acuerdo con METROVÍAS dejando en suspenso las medidas de fuerza durante un mes y medio tras obtener satisfacción a algunos reclamos menores y a la espera de una oferta razonable por parte de la empresa en los reclamos fundamentales, ésta ha vuelto a mostrar su actitud provocadora ofreciendo la ridícula y miserable oferta de un 1% de aumento de los salarios.

No hay que olvidar que los trabajadores del Subte llevan 9 meses exigiendo sus reclamos, recibiendo a cambio la completa indiferencia de la empresa.

Los trabajadores reclaman un aumento del 53% en el básico y un 2% en concepto de antigüedad. Hay que tener en cuenta que el sueldo de un boletero es de 681$, mientras que la empresa acusa a los trabajadores de cobrar sueldos entre 1.500$ y 2.000$. La realidad es que la empresa miente y que los salarios de los trabajadores están muy por debajo de esa cifra, pero lo que no se puede ocultar es que los principales directivos de METROVÍAS reciben ingresos de entre 20.000$ y 40.000$ cada mes, por eso se niegan a hacer públicos los balances contables de la empresa como reclaman los trabajadores del Subte, dinero además que se apropian de los $65 millones que el Estado aporta cada año a METROVÍAS. Además la empresa no invierte en el mantenimiento de los trenes ni de las instalaciones con grave riesgo para la seguridad de los trabajadores y, principalmente, de los usuarios debido al peligro de descarrilamiento, incendios, etc.

Los trabajadores exigen un salario digno

Según el INDEC, el salario medio de un trabajador argentino es de 645$ (uno de los salarios más bajos de América Latina medido en dólares). Según un estudio del 2003 elaborado por la OIT y el Ministerio de Trabajo, y que apareció publicado en Clarín el 2 de septiembre de ese año, el poder adquisitivo de los salarios equivale actualmente al 40% del salario que se cobraba hace 30 años, en 1975. Es decir, que para tener el poder de compra que teníamos los trabajadores argentinos hace 30 años los salarios actuales deberían ser en promedio de $1.570 al mes. Luego, incluso la demanda de los trabajadores del Subte (como la del resto de los trabajadores argentinos) de cobrar salarios dignos cercanos o en torno a esa cantidad no es ningún despropósito ni un crimen. Es la demanda justa de las familias obreras de querer vivir dignamente, en la medida que somos los trabajadores los que creamos la riqueza y hacemos funcionar los servicios públicos, a diferencia de los grandes empresarios y directivos parásitos, como los de METROVÍAS, que reciben haberes de $20.000 ó $40.000 cada mes sin mancharse un solo dedo de la mano y por el único hecho de figurar como propietarios de la empresa. Una empresa, además, que era de propiedad pública y daba beneficios antes de la privatización, y que ahora está descapitalizada, ofrece un servicio deficiente, mientras que recibe subsidios anuales del Estado (es decir, de los usuarios contribuyentes) de cerca de $65 millones.

Una lucha que interesa a toda la clase obrera

El mérito de los trabajadores del Subte es que ellos han decidido enfrentar el chantaje de una política consciente de las empresas y el gobierno que tiene como eje perpetuar salarios bajos y condiciones de trabajo precarias para la mayoría de los trabajadores aprovechando el alto nivel de desempleo y los salarios de miseria que padecemos. Por el lado del empleo, gracias a la jornada laboral de 6 horas conseguida por ellos tras una dura lucha hace 1 año, el Subterráneo ha podido emplear a 500 personas más, lo que demuestra el carácter progresista de la reducción de la jornada laboral para terminar con la desocupación. Por otro lado, los trabajadores del Subte han dicho que no están dispuestos a que se sigan degradando las condiciones de vida de sus familias, siendo los trabajadores la única clase realmente productiva de la nación, y que cualquier familia obrera debe aspirar a salarios dignos que permitan acceder a la canasta familiar promedio estimada en $1.500, según la CTA.

Tenemos que romper la lógica que nos quiere imponer el Capital y el gobierno que pretende asustarnos por la pretensión de los trabajadores de ganar $1.000 ó $1.500, cuando de lo que debemos asustarnos es de que los trabajadores recibamos en promedio un salario de miseria de $645 que no da para vivir.

METROVÍAS sí puede pagar

Los trabajadores del Subte han demostrado con datos, cifras y argumentos que METROVÍAS puede asumir perfectamente el aumento del 53% en los salarios y mantener una política adecuada de inversiones en materia de seguridad. La masa salarial total representa menos del 20% de la facturación por venta de boletos (sin contar los otros ingresos de la empresa como los subsidios estatales, publicidad, servicios de fibra óptica, alquiler de locales, etc). El aumento salarial pedido por los trabajadores equivaldría al 6% de la venta de boletos, que es el mismo incremento que la empresa espera tener en el número de pasajeros durante el 2005, con lo que las ganancias de la empresa apenas se verían afectadas.

Lo que realmente se esconde detrás de la actitud de METROVÍAS es su intención de usar el presente conflicto como un chantaje ante el gobierno y la sociedad para forzar aumentos en la tarifa de los boletos o de los subsidios estatales para acrecentar sus ganancias. Esta es toda la verdad del asunto.

Que se abran los libros contables y se reestatice el servicio

METROVÍAS afirma que aceptar los reclamos de los trabajadores significaría llevar el servicio a la quiebra. Esto, además de falso, sería muy fácil de demostrar: QUE SE ABRAN LOS LIBROS CONTABLES DE LA EMPRESA para que sean inspeccionados por los trabajadores, el gobierno y el conjunto de los usuarios, y así no quede ninguna duda ante nadie. Pero no lo van a hacer porque tienen mucho más que ocultar que mostrar.

Lo que está sobre la mesa no es un simple conflicto gremial por aumento de salarios, sino el modo de gestión, de funcionamiento y de viabilidad de un importantísimo servicio público como es el transporte subterráneo de pasajeros que es usado diariamente por cerca de 1 millón de personas en la ciudad de Buenos Aires. La privatización del servicio hace más de 10 años con el único y exclusivo objetivo de perseguir ganancias millonarias para unas decenas de directivos parásitos y ricachones a expensas del dinero público, de la sobreexplotación de los trabajadores, de la deficiencia del servicio y de la seguridad para cientos de miles de personas ha demostrado su total fracaso. De lo que se trata es de ofrecer un servicio de calidad, donde los trabajadores desarrollen su labor en condiciones dignas y bien retribuidas, donde los excedentes financieros se dediquen a mejorar el servicio con las inversiones necesarias en seguridad. Pero esto último es totalmente incompatible con el objetivo mezquino de lucrar a un puñado de parásitos ávidos de ganancias para ellos solos. Si METROVÍAS no puede o no quiere afrontarlo lo que debe hacer el gobierno, y los trabajadores exigírselo, es quitarle la prestación del servicio.

De ahí que sea necesario exigir la reestatización del servicio de Subterráneos, cancelando la concesión a METROVÍAS sin ningún tipo de compensación que ya se embolsaron decenas de millones de pesos en todos estos años, y bajo el control democrático de los trabajadores y los usuarios. No existe otra alternativa para los intereses de los trabajadores y de los usuarios.

CGT y CTA tienen que rodear de solidaridad a los trabajadores del Subte

La lucha de los trabajadores del Subte es emblemática. Un triunfo de su lucha repercutiría favorablemente en el conjunto de la clase obrera que se vería estimulada en seguir la senda de reclamos iniciada por los trabajadores del Subte, en materia de jornada laboral y de aumento de salarios. Pero el desenlace de esta lucha extraordinaria no depende sólo de los trabajadores del Subte que ya demostraron suficientemente su disposición a la lucha y su capacidad de sacrificio.

Esta lucha compete al conjunto de la clase obrera. El mayor peligro que existe es que la lucha quede aislada, como conscientemente están intentado hacer la patronal y el gobierno para infligir una dura derrota a los trabajadores del Subte.

En este sentido, en este conflicto se echa de menos la presencia y una actitud solidaria de las cúpulas de la CGT y la CTA. Para miles de trabajadores resulta incomprensible que una lucha tan importante en un sector tan fundamental, como es el Subterráneo, no reciba un mínimo de interés y atención de los dirigentes de ambas confederaciones sindicales, a diferencia de la actitud que, al menos públicamente, mostraron en el conflicto de los trabajadores telefónicos, cuando llegaron a anunciar una jornada nacional de solidaridad con estos últimos si no se destrababa el conflicto.

Es por eso que los delegados sindicales en las empresas, los gremios combativos y los trabajadores conscientes y militantes de cada centro de trabajo debemos exigir a los dirigentes de la CGT y la CTA, empezando por sus federaciones y sindicatos del sector del transporte, la adopción de medidas de solidaridad con esta lucha, unificando los conflictos por el salario de las empresas en lucha, convocando marchas y paros unitarios para obligar a la patronal y el gobierno a aceptar los reclamos de los trabajadores.

Por su parte, los delegados del Subte deberían emplazar públicamente a los dirigentes de la CGT y la CTA a que lleven esto a cabo, votando una resolución en este sentido en las asambleas de trabajadores y haciéndolas llegar a todos los sindicatos y empresas importantes del país. Mientras que, al mismo tiempo buscan, como lo están haciendo, confluir con los trabajadores de otras empresas en lucha por reivindicaciones similares.

La lucha del Subte ha entrado en un momento decisivo. Ayudar a desarrollarla hacia delante, a rodearla de solidaridad y a hacerla triunfar es una obligación de todo trabajador y activista con conciencia de clase.

¡Por salarios y empleo dignos! ¡53% de aumento ya, más el 2% de antigüedad!
¡Que se abran los libros contables de METROVÍAS a los trabajadores para investigar qué hicieron los directivos con los cientos de millones concedidos por el Estado en concepto de subsidios desde la privatización!
¡No a la suba de tarifas ni aumento de los subsidios estatales!
¡Reestatización del Subte sin indemnización y bajo el control de los trabajadores y los usuarios!
¡Que los dirigentes de la CGT y la CTA lleven a la práctica medidas de solidaridad con los trabajadores del Subte para evitar el aislamiento de la lucha!
¡Por la unificación y extensión de las luchas por aumentos salariales y empleo digno!

Enviá mensajes de solidaridad a: prensa@metrodelegados.com.ar