Salta: epidemia de dengue, concentración de tierras y el atraso crónico capitalista

biodiversidad

El Departamento de Orán se ubica en el noreste de la provincia de Salta, dentro de un área intertropical rica en biodiversidad, leñosas y recursos hidrocarburíferos. No obstante Orán-a pesar de su riqueza y notorios servicios ambientales que brinda a su población-, en sus áreas de selva de piedemonte, periurbana y urbana es una locación de arraigada pobreza, inequidad y desigualdad social.

En estos días el hospital público de la ciudad homónima, se encuentra en un estado catastrófico ya que el Estado no ofrece ninguna ayuda dejando sin los recursos más elementales para brindar salud gratuita y de calidad, con falta de médicos y desbordado en su capacidad de carga: cuenta con pacientes en total abandono arrojados literalmente en el suelo del nosocomio. Con una epidemia de dengue –a escala nacional-, esta enfermedad infecciosa virósica está causando estragos en la ciudad norteña, con 5 muertos confirmados y más de mil infectados por la virosis. Entre tanto, el imperturbable paso de inspección del Gobernador Juan M. Urtubey y sus ministros hace unos días, durante un recorrido por el hospital público, dejó de manifiesto la decisión política con respecto a la Salud Pública, es una señal clara de la gravitación del Estado sólo en las clases oligárquicas de Salta.

Urtubey, la crisis capitalista le sienta bien

Urtubey, quien va por su tercer mandato, ha respondido con celeridad y motivación a los pedidos de “políticas públicas” funcionales para con sectores económicos concentrados en Salta. Desde las transnacionales mineras y sus escuetas retenciones y deberes fiscales y socio-ambientales para con la provincia, asegurándole el Gobierno de Salta al sector, la maximización de ganancias mediante el saqueo en pos de la mentada competitividad y seguridad jurídica. Dos trillados y falaces conceptos, que esconden desde su pretendida lógica cientificista desarrollada en las escuelas de mercado norteamericanas, la legitimación y naturalización del extractivismo y el saqueo -en sí mismo-. De la misma manera ha respondido durante el año 2015, estableciendo “emergencias agropecuarias”, que significarán el financiamiento con fondos públicos de los sectores más concentrados de los agro-negocios -salvando sus ganancias y asegurando la protección del sector de los zares del Mercado, de justamente éstos, los paladines del Libre Mercado-. Entre los que se cuentan como beneficiarios, el Grupo Macri –del actual presidente de la Nación-, a quien Urtubey ha protegido y legitimado en su afán de concentración de la tenencia de tierras, en detrimento de comunidades indígenas Wichis y Avá-Guaraníes y campesinas criollas en Hickman, o en Embarcación en la región chaqueña de la provincia. Sin embargo, la política de Estado es dejar hacer por cuenta de los privados y sólo existe la aseveración dogmática y atemporal de falta de recursos financieros estatales y sólo la posibilidad del endeudamiento y el crédito internacional para “potencialmente” llevar a cabo políticas públicas profundas y bien establecidas en salud, ambiente, educación y obras de infraestructura que beneficien a las masas populares. El “cambio” que se pregonaba a voz en cuello desde Nación con Mauricio Macri –como flamante presidente-, o el cliché efectista ideado por un publicista ecuatoriano de Cambiemos, el “si se puede”. Está demostrado acentuadamente que en Salta es posible, “si se puede” concentrar mucho más los medios de producción, si se puede concentrar más la tenencia de la tierra, y si se puede deforestar más y desplazar masas enormes de pueblos originarios y campesinos de sus territorios, a niveles que superan al nefasto Gobierno de Juan C. Romero de hace una década atrás. Y mucho más “si se puede”, dinamizar aún más las políticas provinciales hacia la perpetuación de un capitalismo atrasado con ribetes de colonialismo histórico en Salta, que es lo que realmente provoca la enorme desigualdad social y mata a las masas populares y no, el subproducto que es la pobreza estructural y el dengue.

Dengue, desplazados sin tierra y deforestación: el problema es el sistema

Entre marzo y abril del corriente año 2016, la puja por los territorios ha aumentado. Los desalojos y persecución de campesinos y originarios-ocultada por los medios gráficos provinciales y nacionales- ha tenido mayor inercia. Las luchas campesinas contra el gobierno de Urtubey han ido adquiriendo mayor gravidez política y social. No obstante, el estado parapolicial establecido por la dirigencia oligárquica se hizo sentir con violenta represión durante las últimas marchas alrededor de la Plaza 9 de Julio, en el casco histórico de la ciudad de Salta. Las conquistas sociales logradas en la última década van menguando, sólo el pulso social y una dirección que conecte con el sentimiento y sufrimiento de las masas populares pueden detener estos retrocesos. A merced de los fuertes intereses de las transnacionales de los agro-negocios, es esperable que pronto se erosione el ordenamiento territorial y la ley de protección de los bosques nativos del 2007. La lucha campesina, y el avance de enfermedades virósicas también van aunados a la pérdida de biodiversidad, territorio y servicios ambientales. En todo caso el problema es más profundo, tiene que ver con el sistema político y social, con un neocolonialismo indexado a un liberalismo político y económico que lleva décadas. Y que ha causado los altos índices en mortalidad infantil, desnutrición, precarización laboral y baja calidad de vida y estado de bienestar, en una de las provincias más ricas en biodiversidad y recursos naturales de Sudamérica.

Esta ofensiva de Juan M. Urtubey como representante político de los grandes latifundios o pollees de siembra y del agro-negocio, hacia los sectores nativos, la clase obrera y los sectores populares se encuentran en el marco de la crisis capitalista de sobreproducción. Que ha redoblado en todos los rincones del planeta su ofensiva y su descarga sobre las espaldas de los obreros.

De los avances que hubo en la década anterior en materia de salud pública, científica y socio-ambiental urge que desde el gobierno provincial no se continúe con la retracción estatal y la remoción de políticas públicas sociales. La conservación de los bosques nativos y su diversidad biológica (con el cumplimiento del ordenamiento territorial y las áreas de conservación, aumentando inclusive éstas), las inversiones estatales y el estímulo para el desarrollo de la agricultura familiar en las comunidades campesinas es clave en el estado de bienestar. La conservación de la biodiversidad y los recursos genéticos son primordiales para la lucha contra el hambre, la desertificación de territorios y epidemias y enfermedades tropicales. Dado que es la variabilidad genética la que responde positivamente a cambios ambientales y promueve la generación de anticuerpos contra cualquier elemento patógeno. Los bosques son productores no solo de alimento, agua, y mejoran considerablemente el estado de bienestar humano y animal sino que son productores también de antibióticos, antimicóticos y antivirósicos naturales. Así también, en Salud Pública es notoria una acentuada contracción de fondos para investigación en el Instituto de Enfermedades Tropicales durante estos últimos meses del gobierno de Macri, así como la degradación paulatina de los programas en la lucha contra el dengue. Estos programas, y el financiamiento estatal deben mantenerse, son decisiones políticas nefastas que implican transferencia de fondos públicos a sectores económicos concentrados y retraen la responsabilidad y gravitación del Estado en la sociedad en su conjunto. En este artículo, alentamos a las defensas de movimientos campesinos y piqueteros del Chaco salteño, en la salvaguardia del territorio y los bosques, y otros movimientos sociales en la lucha contra la precarización laboral, la trata de personas y el narcotráfico. En esta línea es necesario desarrollar un programa socialista que promueva una reforma agraria, la estatización de las tierras y expropiación de los latifundios con el freno urgente a la extranjerización territorial y un salario para la clase obrera en directa proporción con el costo de la canasta familiar.

Desde la Corriente Socialista Militante hacemos un llamamiento a la militancia, a la juventud obrera y universitaria a conformar un polo anticapitalista que debata el programa que necesitamos y que el mismo se materialice y sea fuerza organizada para derrotar a este gobierno del hambre.

El reformismo mostró sus límites, es la hora del Socialismo.