Proyecto Sur: Aportes para el debate sobre organización y democracia interna

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El Movimiento Proyecto Sur propugna la construcción de una organización de nuevo tipo. En la medida que el movimiento crece en envergadura, crece también el interés de la militancia por asegurar un funcionamiento democrático de la organización, donde no sólo san escuchadas todas las posiciones existentes sino que también se lleve a la práctica la voluntad democráticamente expresada de la mayoría de los militantes en cada ámbito de implantación: barrial, local, regional, provincial y nacional.

El Movimiento Proyecto Sur propugna la construcción de una organización de nuevo tipo. En la medida que el movimiento crece en envergadura y comienza a conseguir los primeros representantes electos en el Congreso, y en las legislaturas provinciales y municipales, crece el interés de la militancia por asegurar un funcionamiento democrático de la organización, donde no sólo san escuchadas todas las posiciones existentes sino que también se lleve a la práctica la voluntad democráticamente expresada de la mayoría de los militantes en cada ámbito de implantación: barrial, local, regional, provincial y nacional.

Hemos visto en numerosas oportunidades cómo diputados o funcionarios elegidos con el voto popular son presionados, amenazos o perseguidos (cuando no cooptados o comprados) hasta que pasan a instrumentar medidas contrarias al interés popular. Y esto produce un desaliento inmenso en las bases y largos períodos de retroceso.  

Proyecto Sur viene proponiendo un modelo social distinto a esta "democracia" formal que esconde la dictadura del gran capital, y que permite a todo el mundo decir, más o menos, lo que quiera bajo la condición de que quienes decidan sean los grandes empresarios y los monopolios imperialistas. Debemos apostar por una "democracia obrera y popular", donde los trabajadores podamos elegir y remover directamente a nuestros representantes en cualquier momento, donde los representantes populares no tengan un sueldo superior al de un trabajador calificado (para impedir la llegada a la política de arribistas y trepadores interesados en hacer carrera), donde haya rotatividad de los cargos entre toda la población adulta por turnos (para evitar la consolidación de una burocracia), y donde sea abolido el ejército permanente separado de la sociedad para evitar que sea utilizado contra el pueblo, y que las armas permanezcan bajo el manejo y el control popular.  

Desde nuestro punto de vista, estos mismos criterios democráticos también deberían ser el fundamento de la organización interna en Proyecto Sur para asegurar la participación activa y permanente de las bases. Nos parece conveniente crear instancias de dirección con compañeros elegidos en asambleas plenarias en los distintos ámbitos (nacional, provincial, regional y local) y en los lugares de trabajo y los barrios. Y en esos ámbitos deben discutirse también todas las propuestas que se vayan a impulsar, y evaluar lo que se va realizando para que los militantes puedan controlar y rectificar las políticas que se llevan adelante, incluida la posibilidad de remoción y reemplazo de nuestros compañeros representantes, en el caso de que otros puedan desempeñarse mejor en esa labor.

Creemos que Proyecto Sur debe ser un movimiento amplio, donde haya plena libertad para que las fuerzas, agrupaciones e individuos que lo integran puedan defender honesta y fraternalmente sus puntos de vista, y que puedan propagandizarlos por sus propios medios (prensa, web, volantes, folletos, etc.), al mismo tiempo que ayudan a desarrollar la organización y se comprometen con el desarrollo de las tareas comúnmente acordadas y a defender las cinco grandes causas que conforman los principios del movimiento: Igualdad y justicia social; recuperación de los recursos naturales y defensa del medio ambiente; democratización de la vida social; desarrollo cultural y educativo que respete la dignidad humana; y la reconstrucción del patrimonio público, industrial, de servicios y científico-técnico con vistas  a la integración latinoamericana.

Creemos que la experiencia política señala que la forma más democrática de funcionamiento es sobre la base de un padrón único de militantes en cada circunscripción local, regional, provincial y nacional, sustentado en la afiliación individual y personal de cada miembro del movimiento (independientemente de la fuerza o agrupación política de la que forme parte dentro del mismo). En este sentido, pensamos que debería ir superándose gradualmente el funcionamiento actual del movimiento, donde cada fuerza que integra Proyecto Sur se reúne separadamente, y sólo una o dos veces al año se da la oportunidad de juntar la militancia en plenarios generales.

Pensamos que los integrantes del Movimiento, independientemente de cuales sean las fuerzas donde participan al interior de Proyecto Sur, deberían convivir políticamente de manera regular en reuniones orgánicas semanales o quincenales, y juntos organizar y diseñar las tareas y debates cotidianos de nuestro movimiento. De esta manera se dará un real y saludable intercambio de ideas y de experiencias para conformar el Movimiento Proyecto Sur como una fuerza transformadora de masas.