¡Primero de mayo día de lucha internacional de la clase obrera! ¡Derribemos al capitalismo!

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Se cumple un aniversario más de aquella huelga heroica de los y las trabajadoras en el Estado de Illinois en los Estados Unidos en el año de 1886, conocida como revuelta de Haymarket, con un lamentable saldo de 5 compañeros llevados a la horca, centenares de heridos y presos, una contienda que duro 3 días, y un acontecimiento que no solo marcó la historia de la clase obrera mundial. Siete años más tarde, en Illinois, se reconoció que el juicio a los Mártires de Chicago no había respetado el derecho de los acusados, y el gobernador John Altgeld indultó a los sindicalistas que estaban detenidos. En París, en 1889, durante un congreso de la Segunda Internacional (asociación de partidos socialistas, laboristas y anarquistas de todo el mundo), se estableció el 1 de mayo como Día del Trabajador para conmemorar a los Mártires de Chicago.

De allí se desprende la conquista de la jornada laboral de 8 horas que a más de un siglo se sostiene y que es un precedente fundamental para la clase en búsqueda y lucha por mejorar sus condiciones de vida materiales, y la conquista de sus derechos.

135 años han pasado desde entonces, no hay rincón en el mundo, ni nación donde la clase trabajadora no tenga algo que contar y aportar en este gran camino de conquistas y luchas, por sus derechos, contra las crisis, golpeando con fuerza para sobrevivir al sistema capitalista que hunde a la civilización en la barbarie. Hoy el primero de mayo nos encuentra en un escenario de profunda crisis capitalista mundial (una que se desarrolla desde 2008, cuyos efectos se han vuelto insostenibles hasta en los países centrales) sumado a un acontecimiento inédito como lo es la pandemia de la enfermedad de COVID-19 que está teniendo alcances devastadores, siendo el mayor evento después de las dos guerras mundiales, en donde la contradicción entre la vida humana y la barbarie capitalista no había sido tan palpable, donde las burguesías y los Estados no logran ni en sus mejores intentos garantizar la vida de sus pueblos, en el que los ricos han multiplicado sus fortunas produciendo en el otro polo mayor pobreza, y arrojándolos a la absoluta miseria y la muerte.

A la vista de los actuales acontecimientos se hace más que oportuna la frase de Lenin: “El capitalismo es horror sin fin”, la clase trabajadora se ve forzada a sobrevivir al hambre pero al mismo tiempo ello implica exponerse a un virus mortal, que ha impactado como ninguno en la historia de la humanidad, que no solo  atenta contra la vida e integridad de quien sale a trabajar sino también a sus familias, esto en el mejor de los casos suponiendo que dicho trabajador o trabajadora conserve el empleo, miles ni siquiera cuentan con los medios, ni esa ínfima y cruel opción para poner un pan en la mesa al final del día.

El proceso de descomposición social al que nos somete el capitalismo se está acelerando por mil, provocando una violencia contenida, el proceso de colapso del sistema capitalista azota la humanidad con tal fuerza que genera respuestas desde los de bajo como es el caso de Paraguay, Perú, Myanmar, el tremendo malestar por abajo en Chile y tantos otras conflictos y movilizaciones en diferentes países. En Argentina 19 millones de personas son pobres, 6 de cada 10 infantes se encuentran por debajo de la línea de la pobreza, datos más que alarmantes si contextualizamos que se trata de un país con reservas, que salen por los puertos, que pueden alimentar a más de 450 millones de personas. Pero el azote de la deuda externa y el intento de gestionar la crisis capitalista ubica al gobierno del Frente de Todos en tomar medidas que giran en la expansión monetaria, generando mayor inflación y pulverización del salario. Intentando sin mucho éxito sostener o sortear esta profunda crisis, con apenas ayudas sociales y subvenciones al sector privado y productivo. El escenario para los países “pobres” o más pobres en todo caso es devastador.

“Trabajadores del mundo uníos” más que una consigna una acción urgente

Si algo se ha hecho evidente y palpable a raíz de la pandemia del Covid-19 es que la clase trabajadora es una sola en el mundo, somos quienes construimos el mundo con nuestras manos, no se enciende una luz sin la intervención de los y las trabajadoras, somos los y las imprescindibles en la humanidad, pero al mismo tiempo los más explotados, los más expuestos ante las grandes crisis del capital, los que ponemos los muertos y el trabajo.

Se agudiza la lucha de clases producto de la mayor concentración de la riqueza que se encuentra en manos de un puñado de capitalistas, sus representantes políticos en los gobiernos son los que llevan adelante el ajuste, independientemente de sus intenciones, ya que deben adecuar las cuentas de los Estados en estos momentos de crisis, son administradores de la crisis, siendo las mediaciones políticas, junto a los jefes sindicales, los que logran muchas veces y con mucho esfuerzo “mantener” a las masas encarriladas. Por su lado las multinacionales hacen morder el polvo a los “reformistas” que sin grasa en las arcas del Estado no tienen posibilidad de reforma. A esto se suma el peso de la deuda que, en un caso u otro, ante el hambre y desolación de las masas, deciden honrarla.

Tenemos por delante la defensa de la vida, las familias obreras son empujadas a una suerte de normalidad que los lleva al contagio y a la posibilidad de la muerte mientras se salvaguarda a capital. Por su lado la inmensa mayoría de trabajadores y trabajadoras en el mundo quedan sujeta a la voracidad de las farmacéuticas que desarrollan las vacunas. Los que antes eras detractores acérrimos de la intervención del Estado y todo quedara sujeto al mercado, hoy son los que piden a gritos que sea el Estado quien los salve.

Aunque para muchos la realidad se presenta desoladora, en la misma simetría y con una fuerza esperanzadora la clase trabajadora en el mundo se organiza, se levanta y se solidariza, a pesar de la crisis y la pandemia. Poco a poco la experiencia viene mostrando los horrores del capitalismo y que no puede satisfacer las demandas más básicas para la vida.  No podemos ni debemos olvidar la revuelta popular más grande de los últimos tiempos en el centro del capitalismo (EEUU) provocada por el asesinato de George Floyd que logró una repercusión y solidaridad mundiales. Myanmar donde la clase obrera se levantó contra la dictadura, la lucha de los trabajadores chilenos por el tercer retiro, la reciente marcha y huelga multitudinaria en Colombia contra el paquetazo de Duque, así como la lucha que dieron las y los trabajadores de la salud con apoyo de las masas en la provincia de Neuquén.

El Que hacer

Una de las tareas fundamentales que tenemos los revolucionarios a escala planetaria es la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista, para resolver el factor subjetivo y que las masas puedan construir su camino hacia la revolución, es necesario construir este partido verdaderamente revolucionario, un partido que agrupe y dirija toda la fuerza con la que está despertando la clase obrera y su vanguardia.

En un momento de clara agudización de la lucha de clases es fundamental un fuerte llamado a la construcción del partido que oriente a las masas, explicando pacientemente, pero con firmeza la importancia que tiene poner en pie un centro mundial, un partido mundial de los y las trabajadoras, una unión que evidencia, en contraposición al capitalismo, la gran fuerza que tenemos como clase y el propicio momento histórico en el que nos encontramos para desterrar este sistema de la humanidad y concretar la revolución.

El 1ro de mayo es un recordatorio y un precedente de lo que sucede cuando nos unimos.

El 1ro de mayo es la conmemoración internacional que representa la fuerza inquebrantable, la llama de la lucha de la clase trabajadora que no han podido ni podrán doblegar ni apagar.

El 1ro de mayo es la confirmación mundial que somos los mismos por encima de las culturas, nacionalidades, y cualquier otra particularidad con la que intentan dividirnos.

El 1ro de mayo es el día de toda la clase trabajadora te encuentres donde te encuentres, en cualquier rincón, si vives de un salario, si no eres dueño de los medios de producción este es tu día; un día para reflexionar, para luchar y para golpear con fuerza contra la barbarie capitalista.

¡El 1ro de mayo viene a ser el recordatorio que hoy más que nunca como lo expresaba Marx “trabajadores del mundo uníos”!