Las trabajadoras y trabajadores de Astillero Rio Santiago (ARS) se encuentran una vez más luchando contra un nuevo avance privatista, esta vez impulsado por Pedro Wasiejko, secretario de Interior de la CTA de los Trabajadores y presidente de los Astilleros, que plantea una vieja y conocida “salida novedosa” ya que existe una “oportunidad de negocios que hay que aprovechar”. En este sentido Wasiejko en declaraciones emitidas por el programa Lado P (Infocielo) dijo: “Se Puede plantear una Sociedad Anónima”.
La conducción gremial de ATE Ensenada, a través de su secretario general Francisco Banegas planteo: “Nuestra propuesta es otra. Se está trabajando en un proyecto de ley de Sociedad del Estado”. Si bien la Sociedad del Estado es una figura con características distintas en última instancia deja la puerta abierta para negocios privados y terciarización de trabajos ya que la misma adopta la forma externa de una sociedad privada al quedar principalmente sometida al derecho privado. Así la conducción de ATE en Ensenada busca plantear un régimen jurídico mixto, de derecho público y privado, buscando desmarcarse del planteo privatista de Wasiejko con una propuesta a mitad de camino.
Cabe destacar que ya en 2004 la asamblea de fábrica del Astillero rechazo abrumadoramente la posibilidad de avanzar en el cambio de figura jurídica hacia una Sociedad del Estado que impulsaba, el entonces Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá.
Por su parte los intendentes de Ensenada y Berisso junto a senadores y dirigentes políticos del Partido Justicialista, el Partido Frente Grande, el Frente Renovador, Kolina, el Partido Comunista Revolucionario, el Partido de la Victoria y el Partido Comunista agrupados en el Frente de Todos brindaron su apoyo a Pedro Wasiejko a través de una carta, en la que los firmantes plantean “la adhesión a la propuesta de reactivación y recuperación del astillero a partir de la actual gestión”.
Las compañeras y compañeros del astillero tienen una larga experiencia con políticos, dirigentes y gobiernos que llegan con promesas de reactivación para el ARS a cambio de apoyarse en planes privatistas. Estos planes en general suelen presentarse como “la solución” a los problemas de la fábrica, y siempre son acompañados de todo tipo de declaraciones, afirmaciones y juramentos de que el ARS seguirá siendo del Estado. Todos y cada uno de estos intentos han sido derrotados por los trabajadores y las trabajadoras garantizando así la defensa concreta de un astillero cien por ciento estatal y esta vez no será la excepción. Este martes 15 de junio trabajadores del astillero realizaron un acto en puerta de fabrica y una caravana a la Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en defensa de las conquistas históricas y contra todo intento privatizador.
El ARS hace historia
A comienzo de los años 30, como producto de la crisis capitalista de 1929, el modelo agroexportador entro en crisis empujando a una fracción de la oligarquía terrateniente a destinar una parte de la renta del suelo hacia la producción industrial y el comercio. En este contexto el Estado argentino decide construir por primera vez unidades navales que hasta ese momento se compraban en el extranjero, dando paso al desarrollo de una flota mercante. Es en esta periodo que se empieza a proyectar la primera etapa del astillero.
Terminada la “década infame” y durante el peronismo se profundiza el proceso de sustitución de importaciones y el desarrollo de empresas estatales por parte de sectores nacionalistas del ejército en un contexto de crisis estructural del sistema que se expresó en la Segunda Guerra Mundial entre las potencias más relevantes del mundo.
En junio de 1953 se crea Astilleros y Fábricas Navales del Estado (AFNE) al cual se le transfirió el Astillero Río Santiago. El Astillero vivirá épocas de auge durante el peronismo y posteriormente durante el “desarrollismo” de Frondizi. A partir de la década del noventa el ARS llegara al punto más bajo en cuanto al nivel de actividad, con un repunte parcial durante el boom económico de 2003-2011, y una nueva caída con la posterior crisis capitalista que aún continúa abierta.
Al calor de su surgimiento, su auge, su consolidación y su retroceso, los trabajadores y trabajadoras del Astillero escribieron paginas fundamentales de la historia de nuestra clase. Sus trabajadores fueron protagonistas de la resistencia al golpe de la “fusiladora” en 1955. En enero de 1959 apoyaron con huelgas y movilizaciones la lucha del frigorífico Lisandro de la Torre, cuyos trabajadores se encontraban en lucha resistiendo su privatización. Durante el auge revolucionario de la clase obrera de fines de los 60, los obreros de Astillero Río Santiago nutrieron las experiencias de las Coordinadoras interfabriles desde La Plata, Berisso y Ensenada.
La dictadura del 76 dejara una larga lista de mártires en el haber del ARS: 42 desaparecidos, unos 200 encarcelados, una decena de asesinados y varios que debieron partir al exilio.
En los 90 será el tiempo de la resistencia frente a la privatización Menemista que derivará en la gesta popular conocida como “Ensenadazo” donde unos 5.000 trabajadoras y trabajadores del astillero y de las empresas de la zona, evitaron la privatización. En 1992 los Albatros de Prefectura ocuparon la fábrica para impedir el ingreso de los obreros e imponer el cierre. Pero una asamblea de trabajadores decidió resistir junto a una multitud forzando a que las fuerzas represivas se retirasen del astillero.
En el año 2001 las trabajadoras y trabajadores del astillero impulsan la Asamblea Regional, que se convertirá en protagonista del “Argentinazo” en la zona de La Plata, Berisso y Ensenada. En 2004 se dará la recuperación del cuerpo de delegados por sección y las luchas contra los intentos privatistas de Felipe Solá. Luego vendrán las luchas contra el intento de vaciamiento de Vidal y Macri quienes reprimieron con gases lacrimógenos, balas de goma y agua a los trabajadores del astillero que se movilizaban a La Plata para denunciar la parálisis de la empresa en 2018. Hoy en 2021 y en plena pandemia nuevamente el ARS presenta batalla en defensa de las conquistas históricas logradas con organización y lucha durante décadas, en la perspectiva de frenar cualquier avance total o parcial hacia la privatización.
Necesitamos un Partido de Trabajadores
En general se observa que los periodos de auge y los periodos de caída del Astillero Rio Santiago están relacionados con los periodos de auge y crisis del capitalismo argentino como parte del capitalismo mundial. Esto explica también la actual crisis, que no es otra que la crisis generalizada que está viviendo la clase trabajadora en el marco de la crisis económica y sanitaria mundial.
Los datos oficiales del INDEC indican que la Argentina tuvo en 2020 una caída del PBI en torno del 9,9%. Aunque el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hablan de una caída del 10%, 10,4% y 10,5% respectivamente. Este dato plantea que fue el tercer año consecutivo con caída de la producción tras las caídas de 2018 y 2019.
Según los datos presentados por el Banco Mundial el país tendrá un repunte del 6,4%. El Presupuesto 2021 presentado por el Gobierno habla de un crecimiento para este año de 5.5%, mientras que consultoras privadas hablan de un índice de crecimiento de 6,2%.
Todos estos datos a su vez están condicionados por el desarrollo de la pandemia que se mantiene con un ritmo de 22.870 nuevos contagios reportados de media cada día y a su vez muestran que, en el mejor de los casos, la economía seguirá por debajo de los valores previos a la crisis sanitaria lo que invariablemente se traduce en un retroceso de las condiciones de vida de nuestra clase. Actualmente un 32,4% del total de la población que vive de un sueldo es pobre según el Observatorio de les Trabajadores en la Pandemia. Mientras que más del 45% de la población es pobre y hay otro 20% que está al borde de serlo según datos de la Universidad Metropolitana de los Trabajadores (UMET).
Esto se da en un contexto en donde hay dinamita en los cimientos de la economía mundial y las perspectivas no son de una recuperación sostenida sino más bien se está gestando una tormenta perfecta en la economía capitalista. Estamos en un escenario global radicalmente diferente a la situación abierta tras la Segunda Guerra Mundial que permitió al capitalismo un repunte sostenido y prolongado. No existen las condiciones para tal desarrollo, lo que configura un escenario donde más allá de recuperaciones parciales o relativas la tendencia general de la economía será a la baja. Lo que implica años y años de mala vida para la clase trabajadora independientemente de quien gobierne, ya que es el capitalismo en crisis el que impone el ajuste o el retroceso de nuestras condiciones de vida.
Este marco plantea la necesidad que tenemos las trabajadoras y trabajadores de contar con un partido propio que defienda nuestros intereses de clase. La clase obrera es el producto genuino del sistema capitalista y no es un sujeto explotado más, igual a cualquier otro, sino que es la columna vertebral que sostiene la estructura económica y social del país, por lo tanto, tiene intereses y necesidades propias al margen de las demás clases o capas explotadas de la sociedad.
No cabe duda de que el lanzamiento de un Partido de Trabajadores, dotado con un programa amplio de reivindicaciones y demandas clasistas, tendría un impacto político enorme al ser el primer movimiento político sustentado en la clase trabajadora después de décadas y décadas de alternativas policlasistas que nos han llevado a la actual situación. Es un hecho que, tras más de 100 años de movimiento obrero organizado en la Argentina, la clase obrera no pudo crear un partido propio.
El rol de la clase obrera no es participar como socio menor y subalterno de políticos y partidos que defienden la conciliación de clases ya que como señalamos más arriba esto implica, en el actual contexto, oscilar entre el ajuste y la economía de subsistencia.
Las compañeras y compañeros del Astillero Rio Santiago pueden jugar un papel central ligando la lucha por la defensa del ARS y las reivindicaciones más inmediatas de sus trabajadoras y trabajadores con las demás luchas obreras en curso llamando a todas las organizaciones de base, asambleas de autoconvocados, convocando también a trabajadores ocupados y desocupados a discutir un plan de lucha conjunto para golpear como un solo puño e imponer nuestras legítimas demandas en la perspectiva de poner en pie nuestro propio partido. Debemos ponernos a la altura del momento histórico que nos toca transitar, no se trata solo de la defensa a secas del ARS, se trata de generar un contexto regional y nacional que recorra la defensa del empleo y la defensa de la vida ante la pandemia. En el actual contexto de pobreza, miseria y desocupación decimos que hay la autoridad necesaria para que los compañeros y compañeras convoquen a un encuentro regional o nacional en defensa del empleo y del astillero 100% Estatal en manos de sus trabajadores y trabajadoras.
Sin lugar a dudas las compañeras y compañeros del ARS, que han escrito gloriosas paginas de nuestra historia, tienen la autoridad suficiente para convocar al resto de la clase a discutir un plan de acción conjunto que garantice el triunfo de todas las luchas abriéndose paso a un partido y un gobierno propio. Entendemos que se deben dar pasos firmes contra los intentos privatizadores o de transformar al astillero en una Sociedad del Estado, pero la victoria de Astillero Rio Santiago no solamente depende de Astillero, sino que depende de que se extienda el movimiento hacia el resto de la clase.
El capitalismo amenaza con hacernos retroceder a tiempos oscuros. Solo un gobierno de trabajadores realmente democrático que se haga de las palancas fundamentales de la economía para planificarlas en beneficio de la mayoría aplastante de la población, como somos los trabajadores y trabajadoras y no para el enriquecimiento obsceno de una minoría de ricachones como ocurre hasta ahora, puede garantizarnos una vida digna de ser vivida.
¡Por un Astillero Río Santiago 100% estatal bajo control de sus trabajadoras y trabajadores!
¡Ni Sociedad Anónima, ni Sociedad del Estado!
¡Poner en pie una corriente sindical antiburocrática y clasista!
¡Construyamos el Partido de Trabajadores por un Gobierno de Trabajadores!
¡Socialismo o barbarie capitalista!