Por las libertad de Castells y de los 15 detenidos en la provocación de la Legislatura porteña

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La detención de Castells y el procesamiento de 4.000 luchadores obreros y populares señalan a quién sirve el sistema judicial. Si luchas contra el hambre y por mejores salarios, la democracia te asegura persecución y cárcel. Se criminaliza la protesta social de pobres y explotados porque el mismo sistema que las crea está incapacitado para resolver sus propios problemas.

Por el desprocesamiento de los 4.000 luchadores populares

La detención de Castells y el procesamiento de 4.000 luchadores obreros y populares señalan a quién sirve el sistema judicial. Si luchas contra el hambre y por mejores salarios, la democracia te asegura persecución y cárcel. Se criminaliza la protesta social de pobres y explotados porque el mismo sistema que las crea está incapacitado para resolver sus propios problemas. Martín Ogando y Sergio Salgado son los primeros estudiantes llevados a juicio oral desde el fin de la dictadura. Los compañeros piqueteros están desde hace tiempo en la mira de los jueces "independientes". El Pollo Sobrero y Raúl Godoy, por nombrar sólo dos compañeros, son luchadores obreros procesados por la justicia. Encarcelando a Raúl Castells la justicia chaqueña cumple el mandato nacional de acallar las protestas y transformar a las victimas en verdugos. Y así podríamos seguir hasta completar los 4.000.

El ataque a la legislatura porteña del 16 de julio, dejó como saldo la muestra del rigor de la ley a la hora de aplicársela a los mas débiles. Por eso, no debe sorprendernos el procesamiento y el dictamen de la prisión preventiva a 15 manifestantes. Los cargos que se les imputan entre otros es poner en peligro la seguridad del Estado y sus Instituciones, y pueden llegar a afrontar penas de hasta 10 años de prisión. Pero nada se dice de los encapuchados infiltrados provocadores que " arrojaron la piedra y luego escondieron las manos" que disfrazados de piqueteros, y desocupados iniciaron el ataque.

Este gobierno empieza a mostrar su real política aplicando la mano dura sobre quienes no están dispuestos a ceder ante las presiones de las que son objeto y se empeñan en exigir legítimamente sus derechos. La batalla entre los pobres y el sistema judicial que no protege, sino que aplica el gatillo fácil y que permite la corrupción policial y la represión indiscriminada, no deja tregua.

Decir que esta política represiva va dirigida contra todos los que protestan y desnudan la explotación capitalista y los privilegios de los ricos no es demagogia. Menem, Nina Juárez, los policías implicados en el atentado de la AMIA, Cavallo, Ruckauf, los milicos asesinos y los policías del gatillo fácil y corruptos, los empresarios vaciadores y banqueros fugadores, también acuerdan con esto, riéndose a carcajada limpia al verse libres como pájaros en la calle a pesar de sus crímenes y robos mientras que 4.000 luchadores populares están en las cárceles o siendo procesados.

Que la Corte Suprema puede establecer imprescriptibles los crímenes de lesa humanidad, se conjuga con la persecución y enjuiciamiento a los luchadores. Por eso no existe justicia imparcial ni neutral sino toneladas de derechos y garantías, que en lo fundamental, salvaguardan la propiedad de los capitalistas y la continuidad del sistema. Para muestra vale un botón: en la reciente lucha de Sulfacid la patronal combina telegramas de suspensión y despido con 6 causas penales y dos pedidos de desafuero a la Comisión Interna.

A la ofensiva judicial del capital se le contesta con la movilización de los luchadores.
¡Por el desprocesamiento inmediato de Castells, Ogando y Salgado, los 15 detenidos en la legislatura y los 4.000 luchadores obreros y populares! ¡Cárcel a los Menem, Juárez, Cavallo, y a todos los que hambrean y explotan al pueblo trabajador!