Olavarría: El tesoro de los inocentes

Se cayó el árbol más grande de la cultura y todos quieren llevarse un poco de leña a casa… se criminaliza a los asistentes hablando de merca y “ambientes feos”. (Marcelo Figueras)

En la tierra donde la representatividad es poca y mediocre, se ilegitima la “identidad ricotera” que te puede caber o no pero existe. (León)

Los hechos

A la ciudad bonaerense de Olavarría, llegaron más de 300.000 personas para vivir el recital del Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, que comenzó a sonar con el hit Barba azul vs el amor letal en el Predio Rural La Colmena.

Con un clima invernal con mucho viento, que hacía que el sonido se perdiera en las ráfagas, Solari salió a escena. El recital continuó con éxitos como Porco Rex, Arca Monster y Chau Mohicano, en una sede colapsada de público.

A los 20 minutos de iniciado el recital, el Indio ante el desborde pidió: “Prendan las luces, por favor”.

Reclamando que intervenga Defensa Civil, los increpó: “Los que están borrachos que vayan para atrás”. Y tras 20 minutos de pausa forzada, intentó retomar su presentación. La tensa calma reinaba en Olavarría.

Siguió con Héroe del Whisky y Etiqueta negra, pero tuvo que volver a interrumpir el recital por los incidentes en los primeros metros del predio. “Vamos a hacer una pausa, hay 20 personas que están deteniendo todo”, advirtió.

El lugar del recital fue un predio que pertenece a una cooperativa agraria que está en concurso preventivo, motivo por el cual el contrato de “cesión de uso y goce” debió ser presentado para su homologación judicial en el expediente. Junto con el convenio, que suscribieron la síndica de “Cooperativa Agraria Ltda. Olavarría” y Marcos Peuscovich, apoderado de la productora “En Vivo SA” (antes “Chacal Producciones”), la jueza María Hilda Galdós recibió también una presentación de Ezequiel Galli, intendente de Olavarría, en la que el funcionario de Cambiemos reiteraba lo que se consignaba en la cláusula novena; que la Municipalidad de Olavarría se constituía en fiadora de la productora, es decir, asumiendo plena responsabilidad por el cumplimiento de las obligaciones contraídas. La productora (que cambió de denominación después de que fuera demandada por los familiares de Miguel Rodríguez, el joven que murió tras recibir una bengala en el cuello en un recital de La Renga organizado por la misma empresa en 2011) asumió en el convenio la plena responsabilidad por cualquier daño producido en el predio, aunque sean hechos de terceros, así como la provisión de servicios de sanidad, seguridad, higiene, control y admisión de espectadores, además de lo vinculado con el espectáculo propiamente dicho. Es de todas estas obligaciones que el municipio, a través del intendente Galli, se convirtió en garante.

Sanidad, seguridad, higiene, control en la admisión de espectadores, fue todo lo que no alcanzó. Apenas habían transcurrido unos pocos minutos y en el tercer tema cuando, en las hipócritas palabras del Intendente en conferencia de prensa, “la situación se desmadró”. Luego, vino la lavada de manos y la mentira sobre el involucramiento de su gobierno: “El Municipio sólo dio la habilitación para 200.000 personas”.

Algunos análisis de los sectores de izquierda y derecha, lamentablemente los ubicó en un frente único político junto a los depredadores tóxicos del capitalismo. Creemos que utilizaron un método de análisis incorrecto al descontextualizar los hechos de Olavarría.

Las muertes de Javier León y de Juan Francisco Bulacio son un hecho trágico. Como lo es toda muerte de un joven a manos de la droga y el alcohol. Pero Javier y Juan murieron otra vez cuando se mascara las condiciones de vida de la juventud, esas mismas condiciones que no muestran futuro alguno de trabajo y de todo lo que pueda llevar a una vida plena; y otra vez cuando se los utiliza para demonizar a un artista que representa un bastión de la cultura rockera. En última instancia, estigmatizar a los cientos de miles de jóvenes que se sienten contenidos en los relatos de aquellas canciones del Indio Solari, dándoles una bandera.

La burguesía y sus plumíferos se aprovecharon para destrozar y deslegitimar este fenómeno social y cultural que convoca a miles de jóvenes y no tan jóvenes desde hace décadas y para fortalecer, en última instancia, tanto las “normas e instituciones”, como así también una “cultura” frita funcional al orden existente avanzando, una vez más, en cercenar lo que podemos calificar como derechos democráticos.

No hubo respiro desde los primeros momentos cuando se dio a conocer a través de los medios televisivos, escritos y radiales; programas de todo tipo, sea futbolísticos, como de chismes la “tragedia de Olavarría” intoxicándonos las 24 horas del día, desde Telam, Clarín e Infobae y sus repetidoras. El terrorismo mediático apuntaba sus cañones contra el Indio.

Desde el comienzo, con la noticia de siete muertos, subiendo la apuesta a las horas a más de diez, hasta días después en el que “seguían buscando muertos”; la búsqueda de “desaparecidos” que sus familias no buscaban porque simplemente no estaban desaparecidos, el “descontrol” de la juventud en la terminal de ómnibus porque no había servicios suficientes para poder volver a sus hogares.

Se noto por parte del Municipio de Olavarría un grado de improvisación nunca visto ante la posibilidad cierta de que el recital superaría ampliamente cualquier venta de entradas. Si se recuerdan otros recitales, como Mendoza, Jesús María, Gualeguaychú, etc. los Municipios facilitaron todo para que los asistentes pudieran salir de manera rápida y con micros que los trasladara a la estación más cercana.

Todo este supuesto infierno solamente para ocultar el verdadero infierno: una de las mayores crisis que el gobierno de Mauricio Macri enfrenta en sus 16 meses de gestión.

La marcha de miles de docentes el 6 de marzo, la inmensa movilización de la CGT el 7 de marzo y la marea de mujeres del 8 de marzo; todos con un reclamo en común pan, trabajo, educación, salud y ni una menos, se rebelan contra un gobierno que despoja a los trabajadores como cuando se produce una inundación.

La pretendida ofensiva por parte del gobierno de Mauricio Macri y su adláter en Provincia de Buenos Aires; la gobernadora María Eugenia Vidal, que instrumentó las medidas para ir contra la personería gremial de los gremios docentes que no acatan la conciliación, como es también el caso de Subterráneos en CABA de la mano del Ministerio de Trabajo, o el veto Presidencial contra la Ley de expropiación de BAUEN; los cierres de fábricas en el caso de AGR y SanCor, y los miles de despidos en General Motors, ATANOR, Vaca Muerta, Volkswagen, Banghó. etc. Mientras, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) sostiene que en el sector sólo en 2017 llevan más de 45.000 despidos. Los movimientos sociales exigen al gobierno que cumpla sus promesas; todo ello muestra con suma claridad que estamos no sólo ante un gobierno de los ricos, sino que el Indio, la juventud y los sucesos de Olavarría son utilizados por la burguesía para desviar la atención de las masas y poner el eje en el recital y “la tragedia”.

Javier y Juan cayeron en manos de una banda de bandidos, hipócritas capitalistas al servicio de incentivar el repudio a la juventud y a un ídolo, envenenando la opinión pública con una clara lógica de “desaparición” de los conflictos sociales.

La estigmatización del pogo más grande del mundo

Pareciera que hablar de pogo en boca de los detractores, resulta algo satánico, algo que raya con la brutalidad de aquellos que lo practican.

Lo cierto es que los cientos de miles de jóvenes que al grito de Jijiji bailan y saltan en una misa ricotera que los hermana, comunión mediante que sólo es vivida por los miles de jóvenes despojados de futuro. Este pogo ricotero que busca de manera enérgica integrar con la música a aquellos que lo bailan, una suerte de magia liberando emociones contenidas.

Pero en su estigmatización se esconde el cuestionamiento a la juventud, aquella a la que el Indio, ídolo de los relegados, apela a su seguridad, al rechazo de la baja de la imputabilidad a los 14 años, a cuidarse del HIV o la hepatitis B, o a la defensa irrestricta de los derechos humanos.

El ataque al Indio llevaba implícito un odio de clase hacia los sectores populares que lo acompañan. Hablando de una horda de borrachos y drogadictos que concurren en base a una supuesta “cultura del aguante”. De esta manera se busca desprestigiar, y menospreciar a esa juventud que ve en el Indio una herramienta para entender su propia realidad en base a la crítica del capitalismo y sus valores.

Por su lado, los capitalistas del negocio del espectáculo se frotan las manos mostrando sus apetencias por futuros recitales en donde hoy el Indio es cuestionado por su organización. De esta manera se cuestiona todo tipo de organización de recitales por fuera del circuito “legal”. Dejándolos en aquellos que sí garantizan “seguridad”, como Time Warp, Arroyo Seco, etc., donde en los últimos cuatro años murieron 14 jóvenes.

No existe una prensa escrita o medio de comunicación radial o televisiva que no arremeta contra el Indio. Se le acredita la muerte de aquellos que yendo a éste o recitales pasados fallecieron para regodearse e insistir en el supuesto “trágico historial de los shows de los Redonditos de Ricota o el Indio Solari” (Infoshow 18 de marzo del 2017).

La basura artística y envidiosa no se queda atrás sumándose al coro de fariseos, desde Ricardo Iorio de Almafuerte hasta el ex saxofonista de Sumo, Roberto Pettinato, que exhalaron el pestilente veneno, dudando de la enfermedad del Indio, acusándolo de gastar su dinero en EEUU, pasando por la supuesta “mediocridad” de la obra de Solari como solista.

Muchos de los grupos de la izquierda cuestionan al Indio por su falta de compromiso con la revolución.

Hay un viejo dicho de Francois Voltaire, donde reza “lo mejor es enemigo de lo bueno”. No es en vano tomarnos de esta sentencia ya que muchos de los grupos de izquierda señalan a un Indio no revolucionario, algunos de estos grupos inclusive muestran un desprecio por su obra artística y señalan la contradicción de su vida material con lo que dice en sus letras.

Nada más alejado de la realidad, ya que el Indio nunca se ha ubicado en la trinchera revolucionaria en términos estrictos y así lo ha manifestado más de una vez, es como pretender que al olmo le salgan peras.

Pero también es cierto que Los Redondos manifestaron su apoyo a la Revolución Rusa a través de su disco “Oktubre” y que en los años ‘90 representó un polo de resistencia al neoliberalismo para miles y miles de jóvenes desangelados por el capitalismo. Hechos que no lo convierten en revolucionario pero que claramente lo ubican en la trinchera correcta. Como así en el recital, cuando le tocó el turno al tema “todo preso es político”, pasaban la imagen de la entrada del penal donde el Estado tiene secuestrada dese hace más de un año a Milagro Sala.

La obra de Solari por lejos contiene una estética poética en cada disco que edita, cuenta la historia de los padecimientos de la juventud castigada por la descomposición de la sociedad capitalista que degrada a los sectores populares. Sus letras con una poesía que pocos la tienen, reflejan la vida de cientos de miles de jóvenes. Esta es la relación que se establece entre el ídolo Solari sus conciertos, sus seguidores, la misa ricotera y el pogo más grande del mundo.
Entonces lo mejor -el ser revolucionario- al no serlo se cuestiona lo bueno que puede expresar un fenómeno social y cultural como es el Indio y sus seguidores.

Marx nos enseña a abordar cualquier fenómeno con el método de aproximaciones sucesivas, ya que es imposible asir el todo, se trata de aproximarse desde distintas perspectivas para comprender de una forma integral la dialéctica de ese fenómeno. Esto es aplicable también a cómo los revolucionarios se acercan a las masas, a sus sentimientos, sus anhelos, sus frustraciones. No resulta correcto abordar desde el ángulo que alguno grupos de la izquierda lo hicieron con los sucesos de Olavarría, ya que se debería tener en cuenta el sentimiento de cientos de miles de jóvenes. Apoyarse en lo bueno de lo que tiene el Indio, es lo correcto para luego mostrar sus contradicciones.

¿Alcanza cuidarse unos con otros?

En este recital se sabía que podría ser unos de los últimos, ya que Solari después de un tiempo contó su padecimiento de una enfermedad que hace estragos. Se tenía cierta certeza que podría ser uno de los últimos o el último recital. Se llegó hablar de 500.000 personas que podrían asistir al mismo.

Hablar de un número tan grande de asistentes implica una preparación afuera y dentro del predio donde se desarrollaría tal evento.

Se sabe desde Bulacio a hoy, el Indio tomó las riendas en la preparación de los mismos. Fueron 17 o más recitales en los que la seguridad estuvo a cargo en última instancia en su gente.

Se le reprocha su no participación en las movilizaciones cuando se pedía justicia por Walter, es cierto que podría haber jugado otro papel. Pero no deja de ser un atenuante que en los recitales o por lo menos en muchos de ellos, en las pantallas se pedía justicia por Bulacio. No está de más decir que los recitales sin policías fue también una respuesta.

También vale decir que recientemente la prima de Walter Bulacio en Twitter desacreditó al reaccionario Gabriel Levinas (perro de Lanata) quien atacó al Indio en relación al asesinato de Walter. “Señor deje de inventar pavadas, a mi primo lo mató la policía No el Indio. Y el siempre estuvo con mi familia. Hablar es gratis” fue la respuesta. (Infonews 12 de marzo).

De todas maneras no se puede, y acá hay responsabilidad del Indio, pedir o solicitar de cuidarse unos con otros o uno mismo, esto es bueno pero no alcanza a la hora de manejar tanta cantidad de asistentes. Tal vez podría haber sido un predio más grande. Con más seguridad en el sentido amplio de la palabra, más baños, ambulancias, personal de contención, etc.

Si bien la auto organización funcionó en recitales anteriores, este se daba en un contexto político totalmente diferente. Incluso el Indio mismo declaro: “El sábado, a cuidarse y a cuidar de quienes nos rodean, aunque no los conozcamos. Cierta gente de mierda (debería puntualizar: PODEROSA gente de mierda) se regodearía si alguien sale lastimado. No le demos el gusto”.

Estas advertencias deberían haber ido acompañadas de medidas de seguridad extras.

Hay que recalcar también que Solari en las últimas semanas había realizado cuestionamientos a los jefes sindicales de la CGT y al gobierno de Mauricio Macri, planteando la necesidad de una lucha en común contra la ofensiva macrista.

Lo cierto es que el Indio es víctima también de sus propias contradicciones, aquellas que en sus bellas y lucidas letras refleja un cuestionamiento al sistema, es el propio sistema que lo fagocita en términos de enredarlo en la mercantilización de la cultura.

Julián, un joven ricotero escribió en su facebook: El Indio dijo una vez algo así como que los recitales de los Redondos era una interrupción de dos horas en la fiesta de los pibes. Quien no haya ido, difícilmente entenderá lo que implica esa fiesta. El viejo es grande y se puede defender solito. ¡¡Aguante Nosotros pues que hacemos esa fiesta!!.