No a la detención de los ex-dirigentes montoneros

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Paradójicamente, dos exdirigentes Montoneros son detenidos al mismo tiempo que los militares genocidas. Un show montado por el aparato del Estado capitalista, donde es imposible hallar “independencia” del poder judicial ni la voluntad individual del juez Bonadío. Pero no hay tal paradoja, es la respuesta inequívoca de la falsa “teoría de los dos demonios”, donde las víctimas y el verdugo son igual de culpables por el sufrimiento indeseable al “ciudadano medio”.

¡Liberación inmediata, ya!

Paradójicamente, dos exdirigentes Montoneros son detenidos al mismo tiempo que los militares genocidas. Un show montado por el aparato del Estado capitalista, donde es imposible hallar "independencia" del poder judicial ni la voluntad individual del juez Bonadío. Pero no hay tal paradoja, es la respuesta inequívoca de la falsa "teoría de los dos demonios", donde las víctimas y el verdugo son igual de culpables por el sufrimiento indeseable al "ciudadano medio". La clase dominante, por boca del juez, intenta demostrar que tanto unos como otros fueron igual de malos. Pero los plumíferos del capital tuvieron que recurrir a lo desopilante para defender a sus servidores: mientras se anulaban las leyes de "Punto Final" y "Obediencia de Vida", los exdirigentes Montoneros fueron detenidos por una causa prefabricada y descabellada: la supuesta responsabilidad en la muerte de una decena de sus militantes en 1980 durante la contraofensiva montonera. La causa no es más que una franca provocación.

No hay argumentos jurídicos que sustenten esta causa. Es inaceptable que la justicia burguesa, empeñada en cuidar los negocios de los ricos, encarcelar a los pobres y perseguir a los explotados que levantan su voz, se inmiscuya en las acciones de las organizaciones que combatieron a la dictadura, porque principalmente les corresponde a los militantes de base montoneros- que sobrevivieron al reinado de terror que impuso el capitalismo- y a los trabajadores, juzgar a sus direcciones por el fracaso y errores del pasado. Ellos son quienes tendrían que ajustar las cuentas con sus dirigentes y no un servidor de lo más corrompido de nuestro país. Los conceptos, deberes y derechos de la justicia burguesa, no tienen nada que ver con la militancia, que es una elección individual y consciente del individuo, sin la coacción y desigualdad que supone todo derecho capitalista.

En cuanto a la infiltración y a la connivencia de algún sector de la exdirección Montonera con la Junta Militar, no hay pruebas incontrastables ni verídicas hasta el momento. Es un asunto delicado, donde el recuerdo de aquellos compañeros que cayeron valientemente no puede pasarse por alto. Pero una dirección que está alejada de su base, por hallarse en el exterior y porque ningún militante controlaba sus acciones, con un alto grado de burocratización, no es imposible que haya tenido infiltrados. Pero las suposiciones, por más base racional que se les dé, no pueden prejuzgar a nadie y mucho menos ser utilizadas para meterlo preso.

Más allá del mar ideológico y práctico que nos separa de la dirección Montonera, desde el Militante denunciamos la provocación urdida por la clase dominante, y nos manifestamos por la inmediata liberación de los detenidos.