Medio Oriente: Líbano e Iraq en convulsión

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Los imperialistas han convertido Medio Oriente en un matadero. En lugar de resolver los problemas los están exacerbando. Iraq ahora es mucho más inestable que antes. El conflicto palestino permanece irresoluble. El fundamentalismo religioso (islámico y judío) se ha fortalecido en toda la región. La única salida a todo esto es que la clase obrera avance como fuerza independiente en todos los países de Medio Oriente.

Los efectos de la política imperialista

La convulsión en Medio Oriente no cede. Cuando escribimos este artículo el gobierno libanés de Seniora permanece colgando de un hilo, con decenas de miles de libaneses, fundamentalmente musulmanes chiítas seguidores de Hezbollah, acampados a las puertas del Palacio Presidencial para exigir la dimisión del gobierno por su política pro-EEUU y forzar nuevas elecciones, luego de que, a mediados de noviembre, Hezbollah abandonara el gobierno y pasara a la oposición.
Precisamente, a fines de noviembre era asesinado el ministro de industria libanés, Pierre Gemayel, un político cristiano pro-EEUU y anti-sirio. Pese a que Siria y Hezbollah fueron acusadas del atentado, ambas lo desmintieron categóricamente. De esta manera se intentaba indisponer a la población libanesa contra Hezbollah y Siria al precio, incluso, de provocar una guerra civil entre los musulmanes chiítas y los cristianos libaneses. Así, EEUU e Israel podían tener la excusa para intervenir en Líbano, desarmar a las milicias de Hezbollah y aislar aún más al régimen sirio. Por eso, no cabe duda de que los organizadores del asesinato de Gemayel fueron los servicios secretos de EEUU o Israel.
Sin embargo, esta estrategia burda les salió mal. Pese a que decenas de miles de cristianos libaneses se manifestaron al día siguiente del asesinato contra Siria y Hezbollah, en los días siguientes más de un millón de seguidores de Hezbollah salieron a las calles frente al palacio presidencial y decidieron acampar indefinidamente a su alrededor. Lo notable de esto es que miles de cristianos libaneses también se unieron a los musulmanes chiítas, reeditando el frente único que meses antes obligó al ejército israelí a retirarse humillantemente del sur del Líbano.

Líbano e Iraq

Pese a su poder y riqueza, los imperialistas estadounidenses están atrapados en un pantano en Iraq, que ya costó la vida a 3.000 soldados norteamericanos y más de mil millones de dólares semanales.
Las recientes elecciones en EEUU fueron un golpe devastador contra Bush y el Partido Republicano, que perdió el control de las dos cámaras. Existe un claro ambiente en la opinión pública norteamericana a favor de terminar con esta ocupación desastrosa, aunque una retirada ahora sería una derrota humillante que tendría consecuencias serias para EEUU en Medio Oriente y a escala mundial.
Por eso, el asesinato de Gemayel buscaba también torpedear la iniciativa de un sector del "establishment" de EEUU y del Partido Demócrata que trata de implicar a Siria e Irán en buscar una salida negociada al conflicto iraquí, incluyendo la retirada gradual de las tropas imperialistas. Algo a lo que se oponen furiosamente los gobiernos de Bush e Israel. De hecho, el gobierno sirio acaba de restablecer relaciones diplomáticas con Iraq y había ofrecido su ayuda a los imperialistas para conseguir algún tipo de "estabilización" en la región. El presidente iraní, Ahmadineyah, también declaró su apoyo a esta iniciativa, a cambio de que se frene el acoso internacional contra su gobierno por la cuestión nuclear.
Aquellos que en la izquierda se apresuraron a colocar a los regímenes sirio e iraní en el campo antiimperialista, como quienes hace unas semanas se hicieron la foto con el embajador iraní en Buenos Aires, se llevarán una sorpresa. No hay cosa que más deseen estos gobiernos que garantizar el orden capitalista internacional, a cambio de disponer de su propia cancha de juego en la región.

Luchar por una alternativa socialista

Los imperialistas han convertido Medio Oriente en un matadero. En lugar de resolver los problemas los están exacerbando. Iraq ahora es mucho más inestable que antes. El conflicto palestino permanece irresoluble. El fundamentalismo religioso (islámico y judío) se ha fortalecido en toda la región.
La única salida a todo esto es que la clase obrera avance como fuerza independiente en todos los países de Medio Oriente. El objetivo final debe ser la revolución socialista que rompa el poder de todos los regímenes reaccionarios de la región y construya una federación socialista, poniendo fin a la lucha étnica y nacional, donde los trabajadores y demás capas populares de la población tengan un verdadero futuro basado en una economía nacionalizada, administrada y controlada por los propios trabajadores de todas las nacionalidades y grupos étnicos.