El pueblo (el 99,9%) o los ricos (0,1%): Que la crisis capitalista la paguen los capitalistas
Recientemente
Todos los artilugios de la burguesía a nivel mundial están puestos en estos momentos en hacer pagar la crisis a los trabajadores y sectores populares, algo que están logrando muy parcialmente en USA y Europa, solo hasta que los trabajadores logren reponerse de los temores de la desocupación, la confusión y el estupor original, y pasen a la ofensiva. Por ahora, se ha iniciado la resistencia y vienen presentando importantes batallas defensivas, que irán in crescendo hasta pasar a la ofensiva: es la dura lección que de manera veloz está aprendiendo el proletariado mundial.
Por eso, los marxistas de
El gobierno argentino ya recibió los primeros avisos de la burguesía, y tuvo que frenar una corrida cambiaria, poner control sobre la fuga de capitales y la especulación financiera, además de mitigar los subsidios estatales a las empresas, medidas muy atrasadas y limitadas y de corto alcance y eficacia, aunque necesarias.
Creemos que este programa “anti-crisis”, no sería necesariamente un programa de gobierno, sino un conjunto de medidas prácticas y bien concretas, posibles de tomar por parte del gobierno de la presidenta Cristina Fernández, o de cualquier otro que diga defender los intereses de los trabajadores y el pueblo, de manera paulatina y a corto plazo, o inmediatamente si la recesión arrecia sobre el país.
El Capital ha mostrado ya su verdadera cara y de todo lo que es capaz. Es la experiencia actual la que indica que es primordial anticiparse a los movimientos especulativos y al desastre capitalista.
Por eso, este debate es necesario darlo en todos los ámbitos posibles: sindicatos, lugares de trabajo, escuelas, universidades, ministerios, el congreso nacional, barrios, medios de comunicación, foros sociales, etc.
Algunas medidas que consideramos necesarias:
-Monopolio del Comercio Exterior por parte del Estado;
– No al pago de la deuda externa contraída por los gobiernos antipopulares;
-Fin de todos los subsidios al capital privado, restricciones al movimiento de capitales
-Apertura de todos los libros contables, teniendo en cuenta la fuerte evasión y fuga de divisas del capital privado, verificado en los casos de Techint, Ledesma, Marsans, etc.;
-Con esos datos y antes de que quiebren los bancos y se paguen rescates millonarios e inútiles para terminar en nacionalizaciones encubiertas con fuertes sangrías de dinero para el Estado llamamos a la nacionalización de la banca privada, con acuerdos regionales (Banco del Sur);
-Ante el probable boicot patronal, vía fuga de utilidades, vía desinversión (Aerolíneas Argentinas; AYSA, etc.), aumentos de tarifas, despidos, y congelamiento de salarios: proponemos la estatización bajo control obrero, en principio, de todas las grandes empresas de servicios, energía, transporte de larga, media y corta distancia, de carga, comercialización de alimentos, etc.;
-Por una Ley de Control de precios de insumos básicos y alimentos, tarifas de servicios públicos, transporte y energía; transporte gratuito para los estudiantes, desocupados y jubilados.
-Por una Ley de abastecimiento en contra de cualquier intento de lock-out patronal;
-Suspensión / prohibición de despidos (como ya pasó en BOSCH y AGFA que además cerraron); reparto de las horas sin reducción salarial (como lamentablemente hubo en ALPARGATAS con suspensiones rotativas);
-Salario en mano igual a la canasta familiar; paritarias obligatorias para todos los centros de trabajo, aún los que operen “en negro”; incremento automático del salario con la inflación.
-Plan de obras públicas y viviendas, nacional y regional; plan de expansión industrial bajo control obrero a través de los sindicatos y cada trabajador.
Si acaso se piensa que estas medidas son extremas, es necesario tener en cuenta que la crisis que se expande por el mundo no tiene precedentes; y, además, la misma ya ha empezado a manifestarse en nuestro país. Corridas de mercado, fuga de capitales, cierres y despidos (aún incipientes) empiezan a formar parte de nuestra realidad, más allá de las intenciones del gobierno nacional.
Es de suma importancia no esperar a que la crisis se desate con toda su furia en el país. Los trabajadores sabemos muy bien qué pasará si esto ocurre, y también sabemos que podemos enfrentar con éxito, junto al proletariado de todo el continente y del mundo, la debacle del capitalismo, para construir una opción de clase, necesariamente obrera y socialista.