La marginalidad se cobró dos muertos más en Longchamps

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El pasado sábado 30 de octubre, pasado el mediodía, una balacera se desató en el barrio “14 de Febrero”, en donde residen más de 500 familias, obligándonos a suspender nuestro taller de murga. Este lamentable suceso acaecido en Longchamps dejó un saldo de dos muertos, un herido y varios vecinos preocupados y reflexionando.

Los crímenes
 
El pasado sábado 30 de octubre, pasado el mediodía, una balacera se desató en el barrio “14 de Febrero”, en donde residen más de 500 familias, obligándonos a suspender nuestro taller de murga. Este lamentable suceso acaecido en Longchamps dejó un saldo de dos muertos, un herido y varios vecinos preocupados y reflexionando.
 
El motivo real aún es incierto hasta para la misma policía. Por lo pronto se sabe que las víctimas eran padre e hijo, los dos mayores de edad y que primero le dispararon al padre en su almacén, y que luego los asesinos se tomaron el tiempo para caminar hasta la casa de su hijo y matarlo allí mismo, en la puerta de su hogar. Por los crímenes hay 4 detenidos y 3 prófugos.
 
La vinculación con la droga
 
Si bien no es la versión oficial, pues aún no existe, los rumores indican que se trataría de un ajuste de cuentas relacionado al consumo de drogas.
 
El barrio “14 de Febrero” es de los más sanos del sur y el nivel de consumo y comercio de drogas es, por suerte, bajo. De todos modos, lo sucedido demuestra claramente cómo la zona comienza, a pesar del empeño de los vecinos, de los coordinadores de la Toma y de las diferentes agrupaciones sociales y políticas que participan de la urbanización y la mejora del espacio mediante eventos y talleres, a quedar rodeada por los tentáculos de las mafias locales, en este caso, en torno a la droga. Sin duda, el lugar empieza a padecer algunos de los peores males de la sociedad producto de la falta de políticas sociales incluyentes, dando en consecuencia, un intangible pero poderoso empujón a la población más pobre de nuestro país hacia la marginalidad extrema.
 
Desde que la droga se instaló entre los sectores más débiles es sabido que es un elemento más que forma parte del gran mecanismo del crimen organizado (cuyo principal cómplice es el poder gubernamental), aunque desde los medios se demonice a los estratos más olvidados de nuestra sociedad. Las zonas liberadas, las denuncias ignoradas, la complicidad policial, la apertura de “kioscos” o “almacenes” clandestinos por doquier y la compra/venta a plena luz del día y a la vista de todos son indicadores claros de la falta de preocupación de una dirigencia que parece sacar rédito de esta situación.
 
La evasión de responsabilidades
 
Como se expresaba en el párrafo anterior, la situación en la que viven los vecinos aparece como la ideal para los delincuentes organizados en tanto les permite continuar desarrollando negocios ilegales, generando dependencia a través de la droga y vinculaciones clientelares para con los ciudadanos, siempre impunemente. La creación de programas sociales paliativos en lugar de empleos legítimos, la falta de servicios básicos (salud, seguridad y educación) e infraestructura (asfalto, drenaje, luz, gas y agua) o simplemente, la indiferencia total frente al barrio (como lo demuestra el último censo en el que aún el barrio “14 de Febrero” figuraba como una zona de baldíos) nos demuestra que el presupuesto de Obras Públicas del municipio y los 250 millones de pesos asignados a la Secretaría de Desarrollo Social tienen al parecer, otros fines y prioridades.
 
¿Hasta cuándo seguiremos soportando este insostenible sistema?