LA LUCHA UNIVERSITARIA CONTINUA

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En los últimos dos meses los docentes universitarios dieron una de las luchas más resonantes de los últimos tiempos. Después de años de modorra y congelamiento salarial, salieron a las calles a reclamar lo que les corresponde En los últimos dos meses los docentes universitarios dieron una de las luchas más resonantes de los últimos tiempos. Después de años de modorra y congelamiento salarial, salieron a las calles a reclamar lo que les corresponde: la media canasta básica para el cargo testigo [ayudante de primera con dedicación semiexclusiva, es decir, alrededor de $800]; el blanqueo de todas las sumas no remunerativas -con las que el Estado oficia de empleador en negro; la renta inmediata para los miles de docentes ad honorem que trabajan gratis; la jubilación del 85% móvil y la derogación de las leyes Federal de Educación y de Educación Superior.

La lucha produjo resultados y ante la magnitud de la movilización el Gobierno aceptó dar un aumento de un 20% promedio; establecer un cronograma de blanqueo de las sumas en negro y paulatinamente rentar a los docentes que trabajan gratis.

El poco tiempo transcurrido demostró que estas promesas son otra de las tantas tácticas dilatorias del gobierno Kirchner. No se avanzó un ápice en los pasos acordados. El aumento había sido aceptado de forma provisional, de manera de hacer un impasse para reorganizar las fuerzas luego del largo proceso de lucha y retomar las medidas de fuerza.

Pues bien, el Gobierno ni siquiera cumplió con la mínima parte de lo prometido, más bien pretende “patear” los reclamos al año 2010 y con eso mantener las infames leyes de educación del menemismo. Es decir, en lo esencial la política educativa de este gobierno no difiere en lo sustancial de la de los ’90: ajuste permanente (siguiendo las recetas del Banco Mundial), asfixia presupuestaria, promoción de la injerencia de empresas privadas en la educación, etc.

Ante este panorama la Conadu histórica se está organizando para llevar adelante un nuevo proceso de huelgas. No podemos permitir que las universidades se sigan degradando. La experiencia de estas últimas luchas nos muestra que se puede torcerle el brazo al gobierno, lo que se necesita es unidad y determinación.

Acá tocamos el punto nodal del conflicto universitario -cuestión que es básica para cualquier proceso de lucha sindical-, que es la caracterización de los actores. Los gremios universitarios en este momento son tres: Conadu histórica, Conadu y Fedun.

Fedun está dirigida por un burócrata oficialista de todos los gobiernos, Ricci, que rápidamente se ocupa de tratar de desactivar toda medida de fuerza con el pueril argumento de que el Gobierno hace lo que puede y que más no se debe pedir. En este sentido debemos darnos una política para explicar a las bases de la Fedun por qué necesitamos salir a pelear.

Son la Conadu y la Conadu histórica las que tienen el grueso de la tarea de defender las condiciones de trabajo de los docentes universitarios y, por ende, la situación de las universidades. La clave es la unidad; si logramos establecer un eje unitario de lucha, actuando como un solo brazo, la victoria está garantizada. Pero si impera la división el Gobierno se saldrá con la suya porque está demostrado que luchas aisladas y desarticuladas son garantía de derrota. El panorama es propicio para lograr nuestros objetivos.

¡Media canasta familiar para el cargo testigo!
¡Salario y efectivización para los ad honorem!
¡Defensa de la carrera docente!
¡Blanqueo de todas las sumas en negro!
¡Jubilación del 85% móvil!
¡Derogación de las leyes Federal de Educación y de Educación Superior!
¡Presupuesto educativo equivalente el 6% del PBI!