Irak: se intensifica la resistencia contra la ocupación

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Mientras la oposición a la guerra crece en EEUU, la situación en Iraq no es muy halagüeña. El alto mando estadounidense ha tenido que reconocer que durante las últimas semanas se han intensificado los ataques de la resistencia iraquí contra las tropas de la coalición. Antes del invierno recibían entre 10 y 12 ataques diarios, ahora reciben 35 al día y, por poner un ejemplo, sólo el 20 de octubre recibieron 43. También reconocen que estos ataques cada vez son más organizados y certeros.

Al mismo tiempo, ha aumentado la represión ejercida por el ejército y la Autoridad Provisional. Oficialmente reconocen tener 5.500 prisioneros políticos y más de 13.000 detenidos. Cuando alguien se niega a delatar a la guerrilla los soldados estadounidenses derriban sus casas con buldózeres y en el caso de los campesinos aplastan las palmeras y limoneros que son su única forma de subsistencia. Sólo en Dhuhraya (al norte de Bagdad) 32 campesinos y sus familias han quedado en la calle. Esta represión es la que alimenta las fuerzas de la resistencia.
Los jóvenes y trabajadores apoyamos el derecho a defenderse de la población iraquí contra los invasores extranjeros. Se trata de una lucha de liberación nacional contra una potencia imperialista ocupante.

La resistencia irakí

Por ahora parece que la resistencia está formada por distintos grupos de diferente ideología, que han agarrado las armas y cuentan con el apoyo, la simpatía y la ayuda de gran parte de la población, pero los últimos ataques perpetrados coincidiendo con el inicio del Ramadan, parece indicar que podrían estar actuando bajo un mando único.
No obstante, la tarea más urgente en Iraq es construir un movimiento de masas, en el que participen trabajadores, estudiantes, campesinos, pobres urbanos, desocupados… para expulsar a las fuerzas ocupantes. La guerra de guerrillas es un método de lucha válido en un país ocupado, pero corre el riesgo de aislarse de las masas y caer en los métodos del terrorismo individual. La resistencia armada sólo puede triunfar como un instrumento auxiliar del movimiento de masas. Si la resistencia quiere triunfar debe vincularse a los trabajadores y jóvenes en las ciudades. Debe organizar a la población, con huelgas, manifestaciones y otros métodos de lucha.

Actualmente en Iraq existe la base para crear este movimiento de masas. Todos los días, a lo largo y ancho del país, se celebran manifestaciones y protestas en las que participan miles de personas para exigir sus derechos básicos y el final de la ocupación. El último ejemplo son los desocupados, dirigidos por el Sindicato de desempleados, que después de cuarenta y ocho días de movilizaciones en las que han participado miles de trabajadores, han conseguido que la Autoridad Provisional apruebe un subsidio de 100 dólares al mes.

Lamentablemente, el Partido Comunista Iraquí, que en su momento fue uno de los partidos comunistas más grandes de la región, en lugar de plantear una alternativa independiente y ponerse al frente de la resistencia, dotándola de un programa revolucionario y de clase, está colaborando con la burguesía iraquí, participando en el gobierno provisional, abandonando cualquier perspectiva socialista e internacionalista. Sin embargo, semanas atrás un sector de la base rompió con los actuales dirigentes y llamó a sumarse a la resistencia armada.

La naturaleza aborrece el vacío y si no aparece ninguna alternativa revolucionaria este vacío lo llenarán los fundamentalistas . Eso sería fatal para los jóvenes y trabajadores iraquíes que retrocederían a la barbarie como hemos podido ver en Irán durante los últimos veinte años.