Gran Bretaña: ¡abolir la monarquía! ¡Por una república socialista!

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Con la clase obrera enfrentándose a una avalancha de ataques contra los salarios, las condiciones de vida y los servicios públicos, el llamativo carnaval de la coronación de Carlos III se enfrenta a la apatía y la repulsión. ¡Socialist Appeal aboga por la abolición total de la monarquía y por una república socialista de Gran Bretaña!

En el período previo a la coronación, los súbditos leales del Reino ‘Unido’ se han enfrentado a un bombardeo de propaganda a favor de la monarquía.

Ya sean los aduladores panegíricos que elogian a nuestro nuevo Rey; la desaliñada bandera británica (Union Jack) que adorna las calles principales de todo el país; o la nueva y emocionante receta para las empanadas de cordero de coronación: no hay escape de esta cacofonía real.

¿Y la peor parte? ¡Todo el espectáculo es un montón de sinsentidos! El rey Carlos se convirtió oficialmente en jefe de Estado un segundo después que su madre, la vieja querida Lizzy, muriera. Entonces, ¿a qué viene todo este alboroto?

Un carnaval chillón

La pompa y la ceremonia que rodea a la monarquía es claramente un desperdicio colosal de dinero público. Pero es más pernicioso que eso.

A los ojos del establishment, se supone que esta pompa proporciona un aspecto místico y digno al funcionamiento del Estado británico; un intento de santificar la sórdida realidad de nuestra fina y respetable democracia.

Tal vez hace 150 años, cuando muchas de estas llamadas tradiciones ‘antiguas’ fueron creadas, el circo de la Corona podría haber proporcionado a algunos una agradable distracción de la monotonía de la vida bajo el capitalismo.

Hoy en día, sin embargo, tales teatralizaciones ofrecen beneficios decrecientes. Con la clase trabajadora enfrentándose a una avalancha de ataques contra los salarios, las condiciones de vida y los servicios públicos, este carnaval chillón y nauseabundo de ondear de banderas está siendo recibido con apatía y repulsión por la mayoría de los trabajadores y jóvenes.

La monarquía en crisis

La propia monarquía ha estado sumida en una crisis desde hace algún tiempo. Ya sea la degeneración del Príncipe Pedófilo; el mezquino embrollo entre Enrique y Guillermo; o las revelaciones de racismo en el corazón de ‘La Empresa’ (‘The Firm’): cada año trae nuevas historias de escándalo y sordidez.

Lejos de emanar un aire de magia y mística, el sucio vientre de la Casa de Windsor está revelado, para que todos lo vean.

No es de extrañar que más de la mitad de los británicos piensen que la coronación no debería financiarse con fondos públicos. Ni eso, cuando se les preguntó si recitarían la nueva “promesa de lealtad” al Rey durante la ceremonia de coronación, ¡el 86,5% de los encuestados en una encuesta de Good Morning Britain (un programa de TV) respondieron “no”!

La aprobación de la Familia Real está en su punto más bajo y continuará cayendo en picado. Lo mismo puede decirse de los otros pilares desmoronados del establishment británico, incluida la Iglesia y la policía.

Un arma de reserva

Este es un grave problema para la clase dominante. La monarquía es más que una reliquia cara: es un pilar clave del establishment británico; un arma de reserva de la reacción que será invocada cuando la lucha de clases alcance el punto de ebullición.

En esencia, la monarquía es una póliza de seguro para la clase dominante en caso de que las cosas salgan mal y la lucha de clases no pueda confinarse dentro de los límites de la democracia parlamentaria ordinaria.

Todas las palancas clave del Estado –las fuerzas armadas, la policía, los tribunales, etc.– rinden un juramento de lealtad a la Corona. El Rey es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.

La Corona tiene el poder de suspender el parlamento, como vimos con la prórroga del parlamento en 2019. Incluso tiene el poder de suspender las leyes por completo, y gobernar a través del Consejo Privado no elegido.

Todo esto demuestra que la Corona es el mecanismo perfecto a través del cual la clase dominante podría emplear los métodos de una dictadura militar y policial desnuda.

Es cierto que estos poderes sólo se pondrían en juego en un último intento de salvar al capitalismo. Pero no debemos hacernos ilusiones de que nuestros gobernantes “democráticos” no intentarían usar esta herramienta de contrarrevolución, cuando la clase trabajadora los arrincone.

¡Abolir la monarquía!

Es por esta razón, sobre todo, que los marxistas luchan por la abolición total de la monarquía, la Cámara de los Lores y cualquier otro residuo feudal. Luchamos por una república socialista y por la expropiación de estos parásitos reales.

Así que con esta coronación, esperamos que Carlos III estará despierto por la noche, pensando en el destino de su predecesor homónimo, Carlos I –el rey que perdió la cabeza durante los días embriagadores de la Revolución Inglesa.

Nos gustaría recordar a Su Majestad que una república revolucionaria existió una vez en estas islas. Debemos organizarnos y luchar para que esta coronación sea la última.

¡Abajo el rey! ¡Abajo el capitalismo! ¡Por una república socialista de Gran Bretaña!