El control obrero y la lucha por la estatización contra la reaccionaria teoría de la “economía solidaria”. (Parte cuatro)

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Concluímos aquí el último texto de la serie de artículos de Serge Goulart, dirigente de la Esquerda Marxista del PT de Brasil, sobre las tareas de los marxistas en las luchas de la ocupación de fábricas.

La UNIFORJA de Sao Paulo y otros casos

Es el camino que traza la Uniforma, cooperativa apoyada por el sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo: “Actualmente, la Uniforma tiene 231 cooperativistas y 230 funcionarios contratados con todos los derechos garantizados por la CLT (1)” (Marize Muniz, FSP, 15/10/2003).

Si la existencia determina la conciencia entonces no hay cómo escapar de este “cambio de clase”. Al final, el cooperativista, de vendedor de su propia fuerza de trabajo pasa a titular de los medios de producción, o sea, del capital y pasa así a ser un capitalista. Poco importa que él sea un pequeño capitalista y muchos probablemente quiebren. Pero si acierta es porque consiguió colocar un abismo entre él y su propia clase de origen.

Esto no quiere decir que habiendo sido ayudado por un sindicato-ciudadano cualquiera, [una revisión reformista del papel tradicional del sindicato que debe hablar “para toda la sociedad”. NdT] estos ex – trabajadores no le sean gratos y mantengan relaciones cordiales con este sindicato. Por lo menos hasta el día en que “sus” asalariados entren en huelga con sus propias reivindicaciones y el sindicato los apoye.

De cualquier forma, los que tienen más, mucho más en agradecer al denominado sindicato-ciudadano, son los capitalistas que ven a su clase reforzada por un nuevo contingente de nuevos patrones en cuanto la clase enemiga, la clase obrera, se vio disminuida en su ejercito de combate contra toda explotación y opresión.

Es por eso que “en el actual escenario brasileño, la expansión de las cooperativas de trabajo viene funcionando como una válvula de escape para las crisis empresariales, bien como para la reducción de costos”, concluye Nilson Tadashi Oda, ingeniero de producción, tecnico de la Dieese y asesor del Sindicato de los Metalúrgicos del ABC” (DE PEON A PATRON: En el ABC, un grupo de 300 empleados decide asumir metalurgica; ahora, el objetivo es comprarla en subasta, Ricardo Kotscho, FSP, cuaderno Dinero, 29/7/2001).

Pero, Paul Singer, además de intentar revivir, en pleno siglo 21, el fantasma ya enterrado del socialismo utópico del siglo 19, aún garantiza a los trabajadores que no existe otra salida además de la “Economía Solidaria” o de la desesperación del desempleo: “La alternativa es dejar que la empresa sea cerrada por la justicia y así quedar hasta que va a remate, cuando del valor recaudado ellos recibirán una fracción de sus créditos. En general pasan años entre el cierre de la planta y su remate y en este período las instalaciones y la maquinaria sufren una desvalorización casi total. Luego, en esta opcion, gran parte de los creditos rescisorios se pierde, mientras que si fuesen invertidos en una cooperativa, siempre hay posibilidades de que preserven su valor y hasta que aumente”. O sea, usted, trabajador, tendria la posibilidad de hacerse rico con las cooperativas!!

Seria gracioso sino fuese trágica la realidad que se esconde por detrás de los cantos de sirena de las cooperativas. Comenzando por esconder la responsabilidad de la dirección en la lucha contra los despidos en las fábricas, la “Economía Solidaria” acaba por desmontar toda lucha en este sentido y mismo por acabar liquidando silenciosamente todos los puestos de trabajo.Aquellos que no liquida, los separa de la clase obrera y de su lucha contra el capital. Los ejemplos son innumerables comenzando por las cooperativas presentadas como exitosas.

Los números, y los defensores, de la Uniforma hablan por si mismos: “La ex – Conforja recuperó el 60% de su capacidad de producción, aunque este trabajando con la mitad de los 600 empleados que restaban en la época de la quiebra (en 1976, la fábrica llegó a tener 1800) (Ricardo Kotscho, FSP, 29/7/2001).

La empresa original, la Conforja, tenia 1800 trabajadores. En cuanto la crisis aumentaba con la decisión de Collor de abrir el mercado nacional y el sindicato se enredaba en la historia de sindicato-ciudadano y se ponia a negociar la baja de impuestos en “Cámaras Sectoriales” para que “no hubiera despidos”. Y en concreto nada se hizo para impedirlo. Los trabajadores pasaron luego a 600 y en el momento en que la “gran idea” de la cooperativa surge y va a ser finalmente implantada solo existen 231 trabajadores. Bello trabajo de salvación de los puestos de trabajo, de los 1800 combativos metalúrgicos para 231 obreros-patrones.

El reaccionario Jornal da Tarde, explica todo sin problemas: “Entre las medidas saneadoras tomadas, las mas importantes fueron la reducción del cuadro de personal, la reducción de los niveles jerárquicos, la democratización en varios niveles de decisión y el aumento de las inversiones en educación. Para asumir nuevas responsabilidades y ejercer tareas mas complejas, los obreros de la Conforja pidieron informaciones y entrenamiento a la Asociación Nacional de los Trabajadores en Empresas de Autogestión y Participación Accionaria. Con ese apoyo, ellos se revelaron capaces de conciliar calidad, bajo costo de producción y función social del trabajo. Y también no promovieron ninguna huelga. “El Sindicato de los Metalúrgicos actuó como un instrumento capaz de crear motivaciones para que los trabajadores creyesen en ellos mismos”, afirmó Joel Costa, director de esa entidad. “La intransigencia de ambos lados podria haber llevado al suicidio”, dice Cícero Leipnitz, gerente de Recursos Humanos de la Conforja”. (“Sindicalismo ciudadano” (La Metalurgica CONFORJA) – Editorial del Jornal da Tarde, 17/9/97).

La síntesis adonde conduce la orientación de la cooperativa está en el Jornal da Tarde: “Entre las medidas saneadoras tomadas, las mas importante fueron la reducción del cuadro de personal…Con ese apoyo, ellos se revelaron capaces de conciliar calidad, bajo costo de producción y función social del trabajo. Y también no promovieron ninguna huelga…La intransigencia de ambos lados podria haber llevado al suicidio”, dice Cicero Leipnitz, gerente de Recursos Humanos de la Conforja (“Sindicalismo ciudadano” la metalurgica Conforja, editorial de JT, 17/9/97).

Pero una excelente expresión de lo que pasa con los obreros cooperativos está en la revista Isto É donde un largo articulo se dedica a cantar las glorias del obrero-patron. En la tapa, un montaje fotografico del coordinador de Uniforja con overol azul de obrero apoyado en su propio doble vestido de traje y de brazos cruzados en pose empresarial, teniendo como título “Obrero-Patron”. Ya en las paginas centrales bajo el título “SOY EL DUEÑO” y el sub-título “Quienes son los obreros que están cambiando el rostro de las empresas y de los negocios en el pais”, el periodista Joaquim Castanheira relata lo que dice Santos, uno de los socios de la Uniforja: “Ahora que soy el dueño no hay un sabado y domingo que no pase en la fábrica. Cada pieza es como si fuese un hijo mio”.

Hace exactamente 25 años, en mayo de 1978, los obreros de la Scania, en San Bernardo do Campo, entraron a la fábricq como siempre hacían y cruzaron los brazos como nunca lo habian hecho. Era este el arranque de un nuevo tipo de movilización sindical. Aguerrido, profundamente enraizado en las lineas de montaje, ese movimiento modificó el rostro del pais e inauguró la trayectoria de un presidente de la Republica, Luiz Inacio Lula da Silva. El próximo dia 29, Lula desembarca en su cuna política para visitar la Uniforja, una metalúrgica de Diadema. En la ocasión, el presidente dará la partida a otro movimiento, diferente del anterior, mas que como el, podrá transformar el mapa de la producción en Brasil. Sin alarde, grupos de obreros se reunen en torno de una cooperativa y asumen la gestión de las empresas sumergidas en enjuagues financieros

Y completa: “En los directorios, los apellidos Silva y Santos prevalecen, los overoles son sustituidos por trajes y corbatas, y las asambleas de obreros toman el lugar de las reuniones de accionistas”.

Trágico relato. Lo que se ve en este reportaje es la inversión de la trayectoria combativa y clasista, del inicio de los años 80, de los dirigentes metalúrgicos del ABCD, con Lula al frente. De la asamblea de obreros metalúrgicos, de las huelgas de brazos caídos, para las reuniones de accionistas de overol, un largo camino fue recorrido por estos dirigentes. Hoy ellos buscan sumergir a los obreros de todo Brasil en ilusiones, en falsas perspectivas, que desorganizan a la clase como clase y conducen, paso a paso, a la inmensa mayoría de estos trabajadores cooperativos al desastre político, económico y financiero personal.

Entusiasmado, mas frente al periodista presenta a otro miembro de una cooperativa del ABCD paulista, la Uniwidea: “La jubilación de cada uno de los 42 cooperativistas no sobrepasa el salario medio de la región, y el futuro continua incierto. ¿Vale la pena? Con la palabra, Alexandre Rodrigues da Silva, de 26 años: Tenemos espinas en el camino. Antes yo era empleado, entraba a las ocho y salia a las cinco. Hoy, no tengo horario, siempre tengo algunas cositas mas para hacer. Además de la maquinaria, tengo que dar una ayudita en el terminado. Pero, sabe? Está mejor así. Ahora, además de obrero, yo soy patron” Y quien dice todo eso? Un ex – trabajador y huelguista metalúrgico, ahora obrero- patrón metalúrgico.

Y no un patrón cualquiera como muestra el mismo reportaje: “Los 232 cooperativos, ganaron la compañía de (otros) 213 compañeros contratados por la CLT – o sea, el cuadro personal se duplicó”. La cooperativa, apoyada por el sindicato de los metalúrgicos de SBC, es ahora el patrón de 213 metalúrgicos. En caso de huelga de estos 213 celetistas, ¿Qué haria el sindicato?

Pero de cualquier modo, es preciso comprender que cada uno de los 232 cooperativistas es menos patrón que obrero (213/232= 0, 92), o sea, para sobrevivir el cooperativista debe no solo despellejar al celetista contratado sino que el mismo debe despellejarse, desreglamentando su propio trabajo ya que “ahora, además de obrero, yo soy patrón”.

Como reconoce el propio periodista: “Años atrás, una frase de esas jamas saldria de la boca de un metalúrgico. Seria considerada una herejia en una región cuya marca registrada era la intensa militancia sindical. Justamente ahí se encuentra uno de los mayores obstáculos al desarrollo de las cooperativas. “Los obreros tienen una tremenda dificultad en aceptar el papel de emprendedor”, analiza Heli Vieira Alves, director de la Unisol, entidad de apoyo a las cooperativas creadas por sindicatos del ABC. “El primer impulso de ellos es utilizar todo el dinero excedente para aumentar la jubilación” . La resistencia de la clase obrera es presentada, entonces, como una irresponsabilidad o una incomprensión.

Pobre falsificación de la realidad. La resistencia obrera a la constitución de cooperativas es la defensa de su propio lugar en la clase obrera en si y para si, o sea, como trabajador con organización y derechos. Trabajador que hace parte de una clase trabajadora que no se puede transformar entera en patrón, mas puede, si, tornarse colectivamente propietaria de los grandes medios de producción, expropiando a la minuscula clase capitalista en escala nacional e internacional, e iniciando la construcción del socialismo.

Los ejemplos de resistencia obrera son innumerables y relatados en todos los casos de constitución de cooperativas. “En la ocasión, la empresa tuvo un quiebre decretado y solo no fue lacrada porque los funcionarios no lo permitieron. La mayoría de ellos no quizo hacer parte de la cooperativa. En apenas un dia, 120 trabajadores dejaron la compañía”, recuerda José Domingos dos Santos, presidente de la Uniforja” (Isto É, 2003).

A continuación otro ejemplo: “Los obreros asumieron la conducción de la entonces Petit Plásticos en abril del 2000. La empresa estaba prácticamente paralizada, sofocada por un endeudamiento que la habia llevado a la quiebra. De los 120 funcionarios, sobraron los 53 que se unieron en la Plastcooper para tocar a Petit.” (Isto É, 2003). O sea, 67 obreros, la mayoría, rechazó el canto de sirena de transformarse en obrero-patrón.

Evidentemente que este sentimiento de resistencia es muchas veces incentivado y manipulado por los dirigentes pro – cooperativa para hacer la primera reducción del personal, preparando así una cooperativa “rentable”. Una demostración concreta de esta mezcla de resistencia y de “reducción” aconteció en la Cipla, en Joinville. En los tres primeros meses el dirigente encargado de todos los aspectos administrativos era un viejo funcionario de la empresa. El trato silenciosamente, secretamente, intentar “viabilizar la empresa” incentivando pedidos de despido, ya que todos los despidos estaban prohibidos, excepto por sabotaje o falta muy grave. Varios artificios fueron usados para incentivar el pedido “espontáneo” de desligamiento de 172 obreros en los tumultuosos tres meses iniciales de la ocupación. Cuando eso fue descubierto, el dirigente fue incentivado a despedirse voluntariamente. Una comisión procuró a los 172 despedidos para discutir políticamente con ellos lo que pasaria y nuestras perspectivas. Dos tercios de estos obreros volvieron para la fábrica y estan hoy combatiendo para salvar los empleos con la estatización de la Cipla.

El instinto de clase, la inseguridad de la situación, y la manipulación de los que pretenden “reducir el cuadro” se mezclan en los primeros momentos de las luchas de ocupación de fábricas. Es en estos momentos que los dirigentes juegan un papel esencial u orientando la resistencia que va a desembocar en la lucha por la estatización, o desmontando la resistencia e incentivando el auto despido, preparando así la transformación de los obreros en patrones y la liquidación de una importante lucha de clases.

En el gobierno de Lula esto se torna una política sistematica y que tiene a Uniforja como vitrina. Como explica la misma revista: “En la visión de los recien llegados a Brasilia, ese modelo puede apalancar el nivel de empleo y tornarse la alternativa para las empresas en dificultades. En la campaña electoral, Lulalo utilizó como una de sus bandera. Ahora, el incentivo devendrá en la forma de dinero vivo. Lula anunciará la concesión de un financiamiento de R$ 20 millones del BNDES para la Uniforja” (Isto É, 28/5/2003).

Menos de seis meses después la TV Globo anunciaba para el Brasil como razonan los obreros-patrones de la Uniforja. Ana Paula Padrón presenta una entrevista:

“Pequeñas y medias empresas invierten en exportación”

La fábrica es de una cooperativa de metalúrgicos. Ellos quedaron con las instalaciones después que la empresa fue a la quiebra e iba a cerrar las puertas. Para retomar las exportaciones fue preciso gastar en automatización.

Jose Domingos/ Presidente de Uniforja: Si usted no invierte usted acaba perdiendo el mercado nuevamente. Entonces el pensamiento tiene que ser siempre en bajar el costo.

Tonico Ferreira/Reporter: Al devenir empresarios, esos metalúrgicos asimilaron rapidamente la logica del mercado en un mundo cada vez mas globalizado.

Aracelli Boldrini/Dir de exportación de la Uniforja: Usted tiene que estar actualizado, peleando tanto afuera como aquí dentro. Una cosa está relacionada con otra. Usted no es una isla” (Jornal da Globo, 12/1/2004). Una cosa es cierta, ellos son ahora empresarios y ya comprendieron que el mercado es mundial. Como antes ya sabian de la existencia de la lucha de clases solo falta comprender que también la clase obrera es internacional y que ellos están del lado errado.

En fin, por detrás de toda la palabreria de la denominada “Economia Solidaria” lo que hay es una realidad dolorosa de despido de trabajadores por los mismos compañeros, rebaja del costo de producción, lease rebaja del costo de trabajo, búsqueda de la paz social, del fin de la lucha de clases, pues los patrones no hacen huelga contra si mismos, y finalmente el decreto teorico, y arbitrario, de que esta es la única salida, lo que contraria toda la historia del movimiento obrero internacional hasta hoy

La Cooperminas de SC

Otro modelo, según los entusiastas de las cooperativas, es la Cooperminas, mina de carbón de Criciúma (ciudad minera de Santa Catarina). Esta mina de carbón, la CBCA, cuando quebró al final de los años 80, tenía 1400 mineros. El sindicato después de una extraordinaria jornada de huelgas, luchas y manifestaciones, entretanto, aceptó asumirla como masa quebrada y administrar la empresa transformandose en Cooperativa. Solo 900 mineros “quisieron quedarse”, o sea, 500 fueron de hecho llevados a salir para viabilizar la empresa. Hoy, ella funciona con apenas 400 mineros.

Había otro camino, mas el fue rehusado por la dirección de los mineros que preferian el camino aparentemente mas facil de recibir ayuda financiera para constituir una cooperativa. La fuerza del movimiento de los mineros era extraordinaria y conmovia a toda la ciudad proletaria de Criciúma. He aquí un relato sintetico hecho por un academico de la Universidad Federal de SC:

“Con su situación financiera pendiente hace tres meses, estando los trabajadores sin recibir sus salarios por ese período y algunas familias pasando hambre, cerca de 600 trabajadores resolvieron parar las actividades para dar inicio a una huelga general. La mayor huelga general ya vista en toda la historia de la región, para legalizar su situación salarial y principalmente moral delante de la empresa. En seguida fue desatado un movimiento que resultó en un violento enfrentamiento entre mineros y policias. A partir de ahí, se da el inicio a un largo proceso de organización, reivindicaciones y tentativas de los mineros de negociar sus legalizaciones laborales. Fueron efectuados varios viajes hasta Brasilia en la tentativa de alcanzar ayuda del gobierno Federal, y después de muchas promesas y nada siendo cumplido, resuelven, por medio de una asamblea general, ocupar la vía ferrea Doña Teresa Cristina, principal canal de flujo de carbón de toda la producción carbonifera de la Region Sur, arrancando los rieles y paralizando, así, el transporte de carbón.

(…) Asi, ganan la esperanza de que los problemas de la empresa serian resueltos y que la empresa seria reabierta. Vuelven para Criciúma. Pasan dos meses y la empresa no reabre. Se sienten engañados, ya que las promesas fueron hechas apenas para que saliesen de Brasilia (…) (Anteag, 2000, p.33)

Nuevamente los trabajadores organizados en caravanas marcan una audiencia en Brasilia, con la determinación de acampar frente al Ministerio de Industria y Comercio, forzando una audiencia con el Ministro Hugo Castelo Branco. Con la recepción del Ministro, los trabajadores presentaron un anteproyecto demostrando la falta de viabilidad de la CBCA, aún masa quebrada, y consiguieron finalmente un documento firmado por el Presidente José Sarney que daria la garantía de recursos del orden de CZ$ 120 millones. El dinero seria para que la empresa fuese reactivada después del decreto de su quiebra.

Con la quiebra decretada en agosto de 1988, inmediatamente la administración pasaria a ser de responsabilidad del Sindicato de los Mineros de Criciúma. Con el control de la empresa, los trabajadores dan inicio a un verdadero esfuerzo concentrado en forma de grupo de trabajo para poner a la empresa nuevamente en funcionamiento. Aún en clima de fiesta, los mineros ya poseían una previsión de producir 25 mil toneladas de carbón por mes.

Más tarde, la CBCA seria transformada en Cooperminas, tornandose así, una de las pioneras y referencia histórica tratandose del cooperativismo en el ambito nacional.” (La Economia Solidaria en Criciúma: análisis de emprendimientos cooperativos y asociativos, D. Barboza).

Durante este difícil proceso, que duró meses, la orientación politica que habian llevado los trabajadores a Brasilia para resolver un conflicto entre un capitalista y los trabajadores de la mina CBCA, fue cambiando y su dirección se fue adaptando a lo que les fue pareciendo “la única salida posible”. Y entraron en el camino de la cooperativa. El gobierno de Sarney presionado, libera dinero para conseguir “desviar” la lucha de la CBCA que estaba increcendo y podria terminar en la misma situación que llevó al gobierno de Vargas a estatizar la mina de carbón Próspera, de Criciúma, en 1953. Bajo la presión de sus abogados, de muchos “aliados” circunstanciales, y mismo de la burguesía carbonera local (inmensamente rica) que los invitaba para “juntos buscar soluciones para la crisis del carbón” agravada por Collor de Mello, los dirigentes de los mineros rompen con la orientación de responsabilizar al Estado, el gobierno federal, por la crisis y por la manutención de los empleos y entran en el camino de la administración del capital.

Después de asumir la gestión de la Mina, el Sindicato de los Mineros de Criciúma, orgullo de la clase obrera, se integró en un “Forum del Sur” constituido por empresarios del sector junto con la Intendencia, Camara y gobierno del Estado, para “encontrar soluciones para la crisis del sector”. En lugar del combate de clase se buscó la colaboración de clase atrás del inexistente “interes común”. Las manifestaciones revolucionarias de los mineros que se chocaban con las instituciones para defender sus empleos y sus reivindicaciones fueron desapareciendo. No sin manifestaciones “demostración” violentas que servian solo para encubrir el abandono de cualquier orientación política de unidad de la clase obrera contra los ataques del capital y su crisis.

Comenzaron entonces acciones de tipo camiones quemados, manifestaciones violentas, tribunales invadidos, acciones “heroicas” que demostraban la increíble combatividad de los mineros, mas también la impotencia de su orientación politica. Esta situación acabó llevando al movimiento de los mineros al impasse. Y una a una, las minas de Criciúma fueron siendo abandonadas e inundadas, o cerradas, por los capitalistas frente al menor perjuicio. Hoy, los empresarios estan muy bien, en general con otros negocios, o deslocalizados para las ciudades mas próximas, y no existen mas minas ni mineros en Criciúma, aunque sea desocupados o jubilados. De los 13 mil mineros de la región en los años 80, hoy, solo existen cerca de 3.000 en las ciudades vecinas. El sindicato de Criciúma sobrevive con jubilados, con los cooperativistas y de alquileres de su predio en el centro de la ciudad, otrora una fortaleza del movimiento obrero de la región. El Sindicato que tenía la CBCA/Cooperminas por base fue atacado desde el inicio por los patrones y después abandonado, aislado, y finalmente destrozado. Los cooperativistas son ahora “afiliados” al Sindicato de Criciúma.

Pero lo mas impresionante fue la transformación de la conciencia de clase de los mineros ligados a Cooperminas. Sus miembros que eran de los mas combativos militantes sindicales y politicos de la región, hoy, actuan como “socios” ó “accionistas” de una empresa, alternadose en la constitución de grupos para disputar el control de la empresa y así garantizar sus propios empleos y mejores salarios. De hecho, no quedo mucho de la conciencia de clase que tenian estos antiguos mineros, que en los años 80 promovieron las primeras huelgas generales de Criciúma. Hoy sus preocupaciones son en relación a las compras y ventas de carbón, relaciones con otras empresas y hacer lobby con los gobernantes. En las elecciones apoyan los mas variados acuerdos con partidos burgueses y mismo candidatos empresarios, arribistas que se afilian, al PT y hacen campañas millonarias. Este es el resultado: desaparece la conciencia de la diferencia de clase, la diferencia entre patrón y el movimiento obrero organizado.

La ilusión de la “Economía Solidaria”

Al crear una cooperativa los trabajadores eluden de tener que responder por los otros pasivos de la empresa, ya sean bancos, abastecedores, accionistas, etc. Esto significa, en general que los tributos y cargas sociales que el antiguo patrón no pago, o pilló, son dados como perdidos. O sea, la cooperativa liquida con cualquier posibilidad del Estado en recuperar lo que le fue retenido y que es la base de la recaudación para la existencia de los servicios públicos, como salud y educación. Que el dinero público sea desviado por gobernantes para la caja de los banqueros internacionales a través del mecanismo de la Deuda Externa, es otro problema y dice respecto a la soberanía del pueblo y de la nación. El dinero debido (tributos, tasas y cargas sociales), debe ser pago, recaudado y bien utilizado para los servicios públicos y no retenido para quedar en caja enriqueciendo a cada capitalista individualmente. La creación de las cooperativas elude también esta cuestión y libera al Estado de sus responsabilidades con los servicios públicos. Actualmente, la nueva Ley de Quiebras, en tramitación en el Congreso Nacional por presión del FMI y de los burgueses nativos, resuelve esta cuestión definitivamente permitiendo que una nueva empresa constituida sobre los escombros de la anterior surja sin ninguna obligación de sucesión.

Hasta hoy, si un capitalista quiebra y vende su empresa, o lo que quedo de ella, a otro capitalista, el nuevo propietario hereda las obligaciones laborales y sociales del anterior. Esto impide muchas quiebras fraudulentas para burlar el pago de derechos laborales, que por la legislación actual tienen preferencia sobre los otros acreedores, seguidos por los créditos tributarios y solo después por los abastecedores, bancos, etc. Con la nueva Ley de Quiebras la preferencia será de los créditos financieros o internacionales y acaba la obligación de sucesión.

Como resultado de esta perversidad impuesta por el capital financiero, ni los créditos laborales serán apropiados por los trabajadores para montar una cooperativa. Todo, o la mayor parte, será engullido por el capital financiero. Y esto es el mismo movimiento que lleva a las finanzas internacionales a demoler las micro, pequeñas y medianas empresas devorando todo en su búsqueda desesperada para valorizar el capital extraordinariamente concentrado de la época del imperialismo.

Esto es algo que no comprenden los defensores de la “Economía Solidaria”, o mejor, cierran los ojos para no ver la realidad, pues tendrían que buscar otro camino que no su risible receta de camino homeopático para el socialismo al lado de un capitalismo distraído. Asi como los “socialistas” que buscan en vano los “sectores productivos” de la burguesía nativa brasileña para enfrentarla con el imperialismo, mas al aliarse con estos sectores no consiguen mas que asociarse con los gerentes y socios menores, nativos, del capital financiero y de las multinacionales, siendo todos juntos arrastrados y conducidos por el torrente ciego de las finanzas especulativas internacionales.

Marx explicó que se puede decir que el socialismo sería llevar el plan interno de funcionamiento de una fábrica para el conjunto de la sociedad acabando con la anarquía del mercado capitalista (planificación de la economía). Jamás pasó por la cabeza de un socialista serio que el socialismo fuese la multiplicación de la anarquía del mercado llevada adentro de la fábrica. En la primera etapa de construcción del socialismo una perfecta dirección centralizada es la exigencia absoluta para la sobrevivencia de la fábrica y de la sociedad socialista. Con el avance del socialismo y la desaparición paulatina del Estado, y el ingreso en la sociedad comunista, también esta centralización se desvanecerá hasta desaparecer.

Así, la única perspectiva que los socialistas pueden colocarse hoy es el control obrero de la producción, apertura de los libros (control administrativo y financiero) y la lucha por la estatización de las empresas en quiebra. Es la única perspectiva que permite colocar y mantener en primer plano la lucha para salvar TODOS los empleos de los trabajadores de la fábrica.

Esto no quiere decir que no pueda acontecer que haya un gobierno que resuelva inyectar dinero público en una fábrica en esta situación y salvar al capitalista. Los obreros pueden aceptar esto en aquel momento, pues el empleo estará a salvo. Mas, de hecho, se trata, en general, solo una postergación del problema.

En una economía aplastada por el capital especulativo no hay salida para las empresas cooperativas o autogestionarias. La Ley del Valor, la Ley de la Tendencia de la caída de la Tasa de ganancia, empujan inexorablemente a toda la economía capitalista para el abismo. Y la especulación financiera juega ahí un papel de acelerador conduciendo todas las empresas al ataque masivo contra el “Costo de trabajo”. Ninguna cooperativa o autogestión puede huir de eso. Estas tentativas terminan por transformar a los obreros en verdugos de si mismos. Y peor, y mas grave, retiran de ellos toda perspectiva de combate de clase contra la clase capitalista para terminar con toda opresión y explotación sobre su propia clase. Ellos son llevados por la lógica de la economía a buscar mercados, a competir, a aumentar su “ventaja comparativa”, a combatir y destruir otras fábricas competidoras, o sea, destruir puestos de trabajo de sus propios hermanos.

Separarse del eje de la lucha por la Estatización es inevitablemente caer en una zanja reaccionaria de la autogestión o cooperativa, en el caso de la toma de una empresa. O en la parálisis mas absoluta. En ninguno de estos casos se puede vencer. La lucha por la estatización es la única, durísima, difícil, mas que puede permitir salvar los 1.000 puestos de trabajo de la Cipla e Interfibra.

Joinville, marzo de 2004

Serge Goulart