Ecuador tras el triunfo de Correa

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La contundente victoria de Rafael Correa (57% de los votos) sobre el proyecto oligárquico y proimperialista de Novoa (43%) significa un importante triunfo del pueblo ecuatoriano sobre los grupos de poder político y económico. Pero esto es sólo un primer paso. La contundente victoria de Rafael Correa (57% de los votos) sobre el proyecto oligárquico y proimperialista de Novoa (43%) significa un importante triunfo del pueblo ecuatoriano sobre los grupos de poder político y económico. Pero esto es sólo un primer paso.
El presidente electo ratificó que reformará la Constitución, que no firmará el TLC y que no renovará el convenio de la base militar yanky de Manta.
La oligarquía utilizará el Congreso, donde sus fuerzas políticas tienen mayoría y donde el Movimiento Alianza País de Correa no tiene representantes porque no presentó candidatos, para boicotear al nuevo gobierno y utilizarán todo tipo de recursos para evitar que sus intereses sean afectados. Igualmente, el imperialismo yanqui atacará a Correa si no satisface sus mandatos. Washington ve con malos ojos la abierta posición prochavista del presidente electo. Ante este panorama, las masas deberán estar preparadas para enfrentar el azote de la contrarrevolución.
Si Correa está dispuesto a llevar adelante una transformación revolucionaria de la sociedad, contará con el apoyo de las masas que serán el sostén del gobierno. Pero éstas también exigirán los cambios profundos y radicales que necesita el país, y deberán luchar en forma permanente contra los arribistas, los burócratas y reformistas, que son los que detienen el avance de los procesos revolucionarios.
El triunfo de Correa fue importante para levantar el espíritu de combate de la gente. Sin embargo es necesario que las masas se organicen. Al mismo tiempo es vital que las organizaciones revolucionarias se nutran de un programa que reivindique y plantee la necesidad urgente de construir una sociedad socialista, puesto que dentro del capitalismo no se podrá cambiar radicalmente la situación de hambre y de miseria que vive la población, producto de la explotación a la que es sometida por la oligarquía ecuatoriana y el imperialismo.