La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador arrojó una victoria para el candidato de la derecha, el banquero Lasso, y una derrota para el candidato de izquierda Andrés Arauz. Es importante tratar de comprender las razones y cuáles son las perspectivas del movimiento obrero en el país andino.
Con más del 99% de los votos escrutados, Lasso recibió 4,6 millones, 52,36%, mientras que Arauz recibió 4,2 millones, un 47,64%. Arauz había ganado la primera vuelta de las elecciones presidenciales con más del 32% de los votos, mientras que Lasso había tenido dificultades para pasar a la segunda vuelta con solo el 19%.
En la segunda vuelta, Arauz logró mantener las provincias que había ganado en la primera vuelta, recibiendo el voto de los trabajadores y los pobres de la Costa y logrando conquistar la ciudad más poblada del país, Guayaquil. Sin embargo, fue fuertemente derrotado en la capital Quito y de manera crucial en las provincias andinas y amazónicas donde hay las mayores concentraciones de población indígena.
Mapa de la segunda ronda por provincia / Image: David C.S.
Son varios los factores que explican la victoria del candidato de la oligarquía Lasso. Uno de ellos es la feroz campaña de demonización contra Arauz por parte de los medios capitalistas, con todo tipo de denuncias y acusaciones infundadas. Eso era de esperar y también fue un factor en la primera vuelta.
Sin embargo, uno de los factores clave en la segunda vuelta fue la transferencia del voto de Yaku Pérez en la primera vuelta. Pérez se presentó como “el candidato indígena” por Pachakutik, que es formalmente el ala política de la CONAIE, la organización campesina indígena de masas. Pachakutik adoptó una posición oficial de pedir el voto nulo en la segunda vuelta. Esto provocó divisiones en las filas de la CONAIE, y su presidente Jaime Vargas se pronunció públicamente a favor de votar por Arauz.
Al final, está claro que una parte significativa de los votos que Pachakutik recibió en la primera vuelta (1.798.057) se convirtieron en votos nulos en la segunda ronda. En la primera vuelta hubo 1.013.395 votos nulos. En la segunda vuelta, hubo 1.757.575 votos nulos, un aumento de 744.180. La abrumadora mayoría habría sido votantes de Pachakutik. Dado que la diferencia entre Lasso y Arauz en la segunda vuelta fue de 420.000 votos, está claro que el llamado de Pachakutik al voto nulo marcó la diferencia entre una victoria de Lasso y una victoria de Arauz.
Un análisis de los resultados en las provincias andinas y amazónicas que Yaku Pérez ganó en la primera vuelta por un gran margen (40 a 50% de los votos) y donde Lasso sacó muy malos resultados (recibiendo entre 11 y 17% de los votos), muestra cómo en todas ganó Lasso en la segunda vuelta, por márgenes sustanciales (50 a 60% del voto). Esto indicaría que alrededor del 30% del voto de Pachakutik fue a voto nulo en la segunda vuelta y el resto fue principalmente para el candidato de derecha Lasso.
Mapa de la Primera Ronda por provincia / Image: David C.S.
¿Cómo se explica esto?
Durante la presidencia de Rafael Correa, de la Revolución Ciudadana, hubo enfrentamientos entre la CONAIE y el gobierno de Correa. Los errores, desatinos y políticas equivocadas por parte del gobierno se encontraron con la oposición del movimiento indígena. El gobierno respondió con represión y esto generó una fuerte ruptura entre la dirección de la CONAIE, que adoptó una postura extremadamente sectaria, y el correísmo. La dirección indígena participó en las maniobras antidemocráticas de la clase dominante contra Rafael Correa y la persecución judicial a los líderes de la Revolución Ciudadana. El enfrentamiento llegó hasta el punto que el propio Yaku Pérez, quien también fue candidato de Pachakutik en las elecciones de 2017, de manera escandalosa pidió el voto por el banquero Lasso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2017, contra el candidato correista. Posteriormente, los dirigentes de Pachakutik colaboraron con Lenin Moreno una vez que él rompió con Correa e hizo un trato con el imperialismo.
Incluso durante el levantamiento de octubre de 2019, este sectarismo de la dirección de la CONAIE los llevó a una trampa y a traicionar al movimiento. Al ser acusados por el gobierno de querer derrocarlo como parte de un “complot de Correa”, en su prisa por distanciarse de él respondieron que no querían derrocar al gobierno. Esto fue en un momento en que las masas estaban en las calles contra el gobierno, que había asesinado a una docena de manifestantes y la consigna en las calles era “¡Fuera Moreno, fuera!”. Al negarse a emprender la tarea de derrocar al gobierno de Moreno, los líderes de la CONAIE terminaron firmando un acuerdo con él, que en realidad fue una traición al movimiento.
Yaku Pérez representa el ala derecha de CONAIE y Pachakutik. Durante la campaña electoral se esforzó por distanciarse del levantamiento de octubre de 2019 y tras la primera vuelta, cuando no estaba claro si él o Lasso pasarían a la segunda vuelta contra Arauz, planteó abiertamente la idea de una alianza. entre el derechista Lasso y Pachakutik, en un frente común contra Arauz y el correísmo. Peor aún fue la posición de la compañera de fórmula de Yaku Pérez, Virna Cedeño, quien llamó abiertamente a votar por Lasso en la segunda vuelta “para parar al socialismo del siglo XXI”. Esta idea de un frente unido con el candidato abierto de la oligarquía, habría sido recibida con un rechazo generalizado por parte de las filas de la CONAIE, que acababa de participar en un levantamiento de masas en octubre de 2019 contra las políticas que representa Lasso.
Varios dirigentes de la CONAIE, incluido Leonidas Iza, se manifestaron públicamente en contra de cualquier alianza o apoyo al derechista Lasso. Otros, como Jaime Vargas, fueron más allá y llamaron a votar por Arauz en segunda vuelta. Como resultado, ha sido expulsado de Pachakutik.
Así llegamos a una situación en la que los líderes de Pachakutik claramente no actuaron en el interés de los pueblos indígenas, en su inmensa mayoría campesinos pobres y trabajadores, y permitieron que el candidato de la oligarquía capitalista llegara al poder.
¿Cuáles son las perspectivas para el gobierno de Lasso?. La clase dominante, después de haber obtenido una victoria electoral, ahora se sentirá confiada y envalentonada para aplicar sus políticas, que representan una continuación e incluso empeoramiento de las del gobierno de Lenin Moreno. Además, la situación económica se ha visto agravada por el impacto de la pandemia y la crisis capitalista. Este será un gobierno de recortes, ataques a los derechos y condiciones de la clase trabajadora y de sometimiento a los intereses imperialistas.
Sin embargo, este no será un gobierno fuerte. Los partidos que apoyaron a Lasso (PSC y CREO) consiguieron sólo 21 asambleístas en la nueva Asamblea Nacional, sólo el 15% del total. Mientras tanto, el partido UNES de Arauz tiene 48 asambleístas (35%), y Pachakutik otros 27 (19%). Juntos tendrían mayoría absoluta en la Asamblea.
No pasará mucho tiempo antes de que los trabajadores y campesinos se vean obligados a salir a las calles a luchar contra Lasso y sus políticas. Esa lucha, como en octubre de 2019, la llevarán a cabo las masas obreras y campesinas, muchos que han votado por Arauz y muchos que han votado por Pachakutik. Es imperativo que los activistas más avanzados del movimiento extraigan las lecciones necesarias de las experiencias del período reciente.
La lección del gobierno de Correa es que no es posible gobernar a favor de la mayoría de obreros y campesinos dentro de los límites del capitalismo. Correa se benefició de un período de altos precios de los minerales y la energía, pero una vez que terminó, se revelaron las limitaciones de su política y su gobierno perdió apoyo.
La lección del levantamiento de octubre es que una vez que las masas están en las calles luchando por el poder, no se puede dejar la tarea a medias. Hay que llegar hasta el final del establecimiento de un gobierno de los trabajadores con el apoyo de las amplias masas de campesinos pobres.
La lección de la elección de Lasso es que los obreros y campesinos nunca deben, bajo ninguna circunstancia, apoyar, por acción u omisión, al candidato de los capitalistas, porque este, invariablemente, aplicará una política para la clase dominante a expensas de los oprimidos.