Disparan contra la educación laica, publica y gratuita

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Desde antes de todo esto, ahora, y sin duda en el futuro, la educación pública ha sido objeto de fuertes campañas de desprestigio y ridiculización por parte de medios de comunicación, opinólogos y algunos sectores políticos. Los mensajes que se intentan dejar en la opinión de la sociedad varían desde "la escuela y las facultades no enseñan nada, y "los maestros no están bien preparados", hasta el infaltable " y encima los maestros no quieren trabajar, hacen paros dejando a los niños sin clases". es". La "bomba" fue lanzada el 17 de mayo pasado, cuando un profesor de Derecho Romano de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Plata, les tomó un examen a 70 cursantes , de los cuales solo aprobaron 8, y el promedio de las calificaciones fue de 0.5.
Pero todavía faltaban más "escándalos". Al poco tiempo se dio a conocer otro examen, esta vez a 108 profesores de ciencias naturales de distintas provincias; el 78% se equivocó en alguna de las cuatro respuestas del test, que tomó el Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias de la Universidad de Buenos Aires.
Desde antes de todo esto, ahora, y sin duda en el futuro, la educación pública ha sido objeto de fuertes campañas de desprestigio y ridiculización por parte de medios de comunicación, opinólogos y algunos sectores políticos. Los mensajes que se intentan dejar en la opinión de la sociedad varían desde "la escuela y las facultades no enseñan nada, y "los maestros no están bien preparados", hasta el infaltable " y encima los maestros no quieren trabajar, hacen paros dejando a los niños sin clases".
Dar diagnósticos sobre el nivel de la enseñanza en el país, como si fueran la verdad revelada, es algo que hasta los mismos chicos, adolescentes y jóvenes alumnos podrían básicamente contestar.
Si en la provincia de Bs As, el 20% de los jovenes no estudian ni trabajan (400 mil chicos de entre 14 y 21 años), y otra cantidad
sufre sin ninguna protección el trabajo infantil, no es difícil deducir que el resto que sí puede seguir estudiando lo hará en condiciones deplorables. Alumnos desnutridos, mal vestidos para soportar el invierno; mal calefaccionados o refrigerados según la estación; algunos con responsabilidades "laborales" para poder comer (a veces juntando cartón); sin posibilidades de estimulación ni materiales pedagógicos, ni técnicos, ni tecnológicos, sólo puede dar casos esporádicos y "heroicos" de chicos que se sobreponen a todo y que la prensa usa de manera romántica para decir que, pese a todo, “es posible salir adelante".
Mientras tanto aumenta el creciente desfinanciamiento de la educación, aunque se sigue subsidiando a la Iglesia Católica que imparte su educación en el ámbito privado, cobrando cuotas a las que solo acceden familias de clase alta; nadie hace mención de las escuelas shopping; de los padrinos (empresas) de escuelas, que subordinan la orientación pedagogica y técnica de las misma según su necesidad de mano de obra.
Los maestros y profesores deben pelear año tras año por un salario digno, y lo poco que han logrado ha sido mediante sus legítimas medidas de fuerza, fustigadas desde la prensa y los distintos gobiernos.
Por eso desde El Militante, repudiamos firmemente estos ataques a la educación pública, laica y gratuita, y llamamos a defenderla, luchando por los derechos y mejoras de los trabajadores de la educación, y de todo niño, adolescente, joven o adulto a ser formado, para desde esta lucha decidir entre todos los trabajadores y sus familias, qué educación queremos, cómo la queremos, y como podemos mejor conseguirla.