Desafíos del Movimiento Intersindical Clasista (MIC)

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La unidad en términos de clase y las tácticas que esta supone es imprescindible para el activismo honesto combativo y clasista. Y nos referimos a la necesidad del frente único, que desarrolle no solamente la unidad en la acción, sino que avance en formas superiores de organización. En los últimos días se produjo la reunión de Mesa Nacional Provisoria del Movimiento Intersindical Clasista, la misma después de meses sin reuniones debatió la convocatoria a un nuevo plenario para diciembre resuelta en su último pleno de julio.
El debate giró si las condiciones del MIC estaban maduras para tal convocatoria, llegando a la conclusión dividida que no, hasta la posibilidad de dar por cerrada esta experiencia colectiva de un sector del activismo clasista para algunos compañeros de la Mesa Provisoria.

Condiciones objetivas y subjetivas

Cabe destacar para los compañeros de la Corriente Socialista El Militante, que integramos el Encuentro Sindical de Base, que tales condiciones materiales -entiéndase de miseria, de luchas salariales, de mejores condiciones de trabajo, ocupación, etc.- están dadas, que en realidad tales condiciones objetivas desde tiempo se encuentran en un claro proceso de descomposición que se reflejan en diversos fenómenos sociales.
La lucha para traspasar esta lucha -la que encara día a día los trabajadores por sus condiciones de vida- debe necesariamente desarrollar caminos políticos. Por lo tanto la lucha política sindical está a la orden del día.
La unidad en términos de clase y las tácticas que esta supone es imprescindible para el activismo honesto combativo y clasista. Y nos referimos a la necesidad del frente único, que desarrolle no solamente la unidad en la acción, sino que avance en formas superiores de organización.
Es acá en donde el Movimiento Intersindical Clasista cobra una importancia supina. Y no es solamente por la experiencia que demostró el mismo en su corto tiempo de existencia, sino por la división en que se encuentra la clase obrera producto de las parcelaciones por arriba expresadas en la existencia de las dos Centrales Sindicales en el país.
La orfandad de la misma -la clase obrera- impone a los luchadores, al activismo sindical político, el debate y el impulso a sostener esta experiencia invalorable.
Siempre en cualquier movimiento existen tendencias y alas. En el MIC esto se reproduce de una manera evidente. La importancia de la unidad se vuelve imprescindible ya que la coexistencia de las diferentes posturas no debe suponer nuevas divisiones. Esto resulta una regla elemental, el ABC de la política revolucionaria e ir madurando a cada paso las mejores condiciones para, y fundamentalmente, potenciar la lucha de masas, centro o piedra angular para la prueba de cuales son las mejores ideas.
Desde la Corriente Socialista el Militante pusimos, ponemos y pondremos los mejores esfuerzos en esta perspectiva de unidad de clase y de programas y aspiramos que para marzo, -fecha resuelta para la próxima mesa y temario- sea un nuevo puntapié para potenciar esta invalorable herramienta surgida del mismo seno de la lucha de clases.