Bancarios: La lista Azul y Blanca nº 9 se puso de pie

El 23 de septiembre, votar a la Lista 9

Después de 16 años sin poder construir una lista nacional que enfrentara a Zanola, se logró hacer pie en 25 de las 52 seccionales del país en el gremio bancario. Este hecho político sindical demostró que es posible establecer las bases para construir un nuevo sindicalismo contrapuesto al que nos han acostumbrado durante años sustentado en la conciliación de clases con las grandes patronales financieras.

El 23 de septiembre, votar a la Lista 9

Después de 16 años sin poder construir una lista nacional que enfrentara a Zanola, se logró hacer pie en 25 de las 52 seccionales del país en el gremio bancario.

Este hecho político sindical demostró que es posible establecer las bases para construir un nuevo sindicalismo contrapuesto al que nos han acostumbrado durante años sustentado en la conciliación de clases con las grandes patronales financieras.

Zanola está en el gremio desde el año ’76, en ese entonces como Secretario de Prensa, una época que nos ha costado muy caro a los trabajadores. Desde entonces su vida no ha tenido nada de común a la nuestra, y se ha convertido en un claro referente para las patronales nacionales y extranjeras, en la medida que garantizaba y garantiza la "paz social" en nuestro gremio y por este medio suculentas ganancias.

La formación de la Lista 9 nos ha encontrado a cientos de bancarios con una convicción firme y con una esperanza, sacar al zanolismo.

Este hecho, sea en esta elecciones del 23 de septiembre o en las próximas, abre las compuertas a la bronca acumulada por años. Los malos tratos patronales, las largas jornadas laborales, la precarización en el sentido más amplio de la palabra, despidos, ausencia de la carrera bancaria, etc. es una larga lista de reclamos, desde aquel convenio de trabajo que aun sigue siendo una referencia indiscutible: el 18/75.

Un debate en curso

Sabemos que muchos compañeros y activistas objetan la Lista 9, no por su formación, sino por algunos compañeros que son señalados por prácticas no tan democráticas, que vienen a la bases con las cosas cocinadas.

Puede o no ser cierto, pero lo que sí podemos afirmar es que despertó grandes expectativas y gran participación de compañeras y compañeros; esto es un hecho irrefutable que ha animado la formación de la 9.

Se trata de intervenir en este proceso vivo, no en los márgenes del movimiento, sino dentro del mismo, con los debates en curso, con sus deficiencias y aciertos.

Se trata que los sectores más concientes no se marginen del mismo.

Por esto una de las tareas por delante es confluir todos aquellos que consideramos fundamental profundizar el programa, levantar la 9 como alternativa, y dar una batalla dentro de la misma.

Los reclamos pendientes, nuestras tareas

El art. 100 de nuestro estatuto marca de manera clara la posibilidad de que cada oficina, agencia, etc. tengan su delegado de base.

Esto es construir democracia de bases. Decir que necesitamos un sindicato democrático, es luchar por la eliminación de los estatutos bancarios que proscriben de la vida sindical a la inmensa mayoría de empleados de banco. Estos estatutos son los que están en vigencia desde la dictadura militar.

La lucha por la recuperación de nuestra obra social es un quehacer de primera hora, no podemos dejar en manos de este tipo de jefes sindicales que utilizan un derecho como una mercancía. Por ello el control de la obra social tiene que ser ejercido por los trabajadores activos y pasivos.

La lucha por una carrera bancaria controlada por los trabajadores de cada banco, terminar con el clientelismo político y los sobres en negro.

La lucha por el pase a planta de todos los compañeros y compañeras tercerizados, termina con la precarización y defiende el principio de: a igual trabajo igual remuneración.

La lucha para que la discusión de un nuevo convenio sea a través de mecanismos democráticos, con delegados paritarios elegidos en asambleas y responsables ante las mismas.

La restitución de la Asamblea de bases como instancia soberana, como uno de los mecanismos democráticos.

Que los puestos sindicales no sean usados para beneficio propio, que los delegados no pierdan contacto con las bases, suponen mecanismos de licencia gremial y vuelta al lugar de trabajo.

Que podamos discutir como trabajadores bancarios y como parte de nuestra clase una banca al servicio del pueblo explotado. Por esto necesitamos una nueva ley de entidades financieras que exprese esta definición política.

Recojamos las experiencias de otros compañeros, como la Comisión Interna del Banco Provincia de Buenos Aires, por sus prácticas afines a la defensa de los intereses de los trabajadores, haciendo un llamado a estos compañeros a que se sumen a esta construcción.

Compañeros bancarios, tenemos una oportunidad histórica de torcer el rumbo de nuestras herramientas de lucha que son nuestros sindicatos y sacarnos la lacra repodrida del zanolismo, no perdamos esta oportunidad sumate a la 9.