La tercera y última parte de nuestra entrega tiene como objeto analizar el tema del frente único sindical y las relaciones entre la CGT y las dos CTA.
Las limitaciones a la libertad y a la democracia sindicales en nuestro país son un hecho evidente para cualquier activista sindical. Hay falta de libertad y democracia sindicales en la legalidad institucional de la nación, como lo demuestra la persistente denegación de la personería gremial a
La situación de la burocracia sindical y del activismo antiburocrático
Pero la burocracia sindical no es monolítica. Está compuesta por capas diferentes que responden de manera diferente a las presiones opuestas de la clase obrera y de los empresarios, y a los cambios políticos operados en el país como consecuencia de graves crisis sociales. Esto crea fisuras y grietas en los aparatos burocráticos y realineamientos internos que toda corriente y activista antiburocrático tiene la obligación de observar para intervenir en la lucha sindical y tomar posiciones en el movimiento obrero.
En las entregas anteriores de esta serie de artículos ya explicamos que, para nosotros, no son lo mismo las tendencias que, dentro de la burocracia sindical, representan Moyano (CGT), Cavalieri (los "Gordos") y Barrionuevo (CGT Azul y Blanca). Incluso, la tendencia representada por Moyano no es homogénea y dentro de la misma hay sectores y dirigentes gremiales que tienen más en común con las otras tendencias de derecha (el caso del dirigente de los municipales de
El ala de Moyano, en general, y su perfil “combativo” expresan el ambiente de un amplio sector de la clase obrera que se siente fortalecida, repuesto de las derrotas del pasado. Y que no se resigna a dejarse comer el poder adquisitivo ni el nivel de vida de sus familias. De hecho, ha sido la actitud más ofensiva de la actual dirección de
En esta situación, lo primero que tenemos que reconocer es que la oposición sindical antiburocrática organizada es débil, pese al malestar de importantes capas de trabajadores con las direcciones sindicales. Son excepcionales los casos donde el gremialismo antiburocrático ha conseguido agrupar una base significativa en las empresas, como en el Subterráneo de Buenos Aires, en la mina Veladero de
Es verdad que, dentro de
La discusión sobre el frente único
A nuestro juicio, la razón de esta debilidad no reside en una situación objetiva desfavorable; al contrario, en una situación donde ha habido una masiva incorporación de jóvenes trabajadores al mundo del trabajo el activismo antiburocrático debería haber crecido muchísimo más y representar un factor importante en la vida sindical, lo cual no es el caso.
La razón está en la enfermedad del sectarismo, del divisionismo y de la defensa a ultranza de “corralitos” e intereses de capilla que hacen imposible políticas consistentes de frente único al nivel más elemental. Esto refleja, en última instancia, la fata de madurez política que las direcciones de las corrientes políticas de izquierda, y de
Pero otra razón de su debilidad y aislamiento ha sido, ya en el plano político, su posicionamiento sectario hacia el gobierno kirchnerista en los momentos que mayor acoso sufrió por la ofensiva reaccionaria de la derecha contra sus políticas más progresistas (DDHH, la 125, Ley de Medios, estatización de las AFJP, Asignación Universal por hijo, etc.), que movilizaron a amplias franjas de la clase obrera y de la juventud al lado del gobierno. Allá donde se imponía una política de frente único contra la reacción de derecha, todas estas corrientes de izquierda y un sector de la dirección de
Volviendo a la cuestión sindical, toda la experiencia del movimiento obrero nos dice que la única manera en que tendencias políticas y sindicales minoritarias pueden dar avances significativos es desarrollando una política audaz de frente único con aquellos sectores de la burocracia sindical que se desplazan a la izquierda, aunque sólo sea en palabras y de manera temporal y vacilante. Y esta recomendación vale tanto para las diferentes tendencias de izquierda como para
La táctica del frente único se resume en la consigna de “marchar separados, golpear juntos”; es decir, sumar esfuerzos por objetivos y puntos comunes pero manteniendo la independencia de cada tendencia que integra dicho frente para exponer sus propios puntos de vista y criticar cualquier aspecto que se considere necesario de la política y del accionar de las demás. La enorme ventaja del frente único es que dota de una potencia de combate mayor a la lucha contra el enemigo común y permite llegar a una audiencia mucho más amplia que con el esfuerzo de cada tendencia por separado.
Esta táctica tiene una relevancia particular ahora que la clase obrera se siente fuerte y muestra sus músculos cada vez que se la llama a la acción.
De lo que se trata es de utilizar la situación actual para combatir al enemigo principal, ya sea en la propia burocracia o en la patronal. La agitación vigorosa por una política de frente único con estos sectores y, más aún, la posibilidad práctica de llevarlo a cabo, abriría una audiencia de decenas de miles y cientos de miles de trabajadores que comprobarían sobre el terreno la idoneidad de las tácticas y de los programas que se proponen para el debate y la lucha. Esta fue la tradición de las mejores tendencias del clasismo de nuestro país, como la representada por Agustín Tosco. En cambio, una experiencia tan importante e inspiradora como fue la representada por el SITRAC-SITRAM en Córdoba, sucumbió al primer golpe de la represión, aun antes de la llegada de Cámpora al gobierno en el 73, debido al aislamiento a que fue conducida por el sectarismo extremo que desarrollaron sus dirigentes hacia
Aquéllos sectores que, “por cuestiones de principios”, se niegan al frente único con direcciones burocráticas del movimiento obrero que tienen una influencia de masas, bajo las condiciones que hemos descrito, seguramente “salvarán sus almas”, pero no ayudarán a la clase trabajadora a acelerar su experiencia con estos dirigentes, ni podrán probar en la práctica la justeza de sus tácticas y consignas ante las masas trabajadoras. Esta gente se cree la más “rrrevolucionaria” del mundo, pero en realidad son conservadores impotentes, que encuentran el consuelo de su impotencia culpando a la clase obrera por su “bajo” nivel de conciencia, y en las derrotas “eternas” del pasado.
Por el tamaño de su aparato, por el número de sus militantes y por su tradición, creemos que una responsabilidad principal le cabe a los dirigentes de
Es por eso que consideramos un pequeño paso adelante el hecho de que, en un gesto sin precedentes, los máximos dirigentes de
Por su parte, Hugo Moyano afirmó en el acto del 29 de abril: "apostamos a que se profundice el debate entre las dos centrales sobre sus diferencias porque ello va a consolidar mucho más la unidad como clase trabajadora". Y añadió: "Compartimos un mismo destino y hoy estamos unificados más allá de las diferencias secundarias".
Desde El Militante siempre nos hemos pronunciado del modo más categórico a favor de un frente único CGT-CTA en las luchas y movilizaciones, y también a nivel de sus gremios integrantes donde comparten actividad, fundamentalmente en el sector de los empleados estatales. Por eso también fuimos muy críticos con el sector de
La experiencia de
Trataron de disputar la hegemonía de
¿Y qué decir de la autoproclamada “izquierda clasista”? En esas mismas elecciones de
En las elecciones de septiembre dimos un apoyo crítico al ala de Micheli-De Gennaro porque aparentemente detentaba posicionamientos políticos y sindicales a la izquierda del ala de Yasky. Pero en todo este tiempo sus dirigentes enterraron –y frustraron- el mandato de los Encuentros nacionales de
El frente único CGT-CTA
Saludamos como un paso adelante la actitud más abierta del ala de Yasky hacia el sector de
Pero, en cualquier caso, el deber y la obligación principal de ambas alas de
Acordamos con las declaraciones de ambas alas de
Sindicalismo y socialismo
Los nuevos vientos de la lucha de clases mundial, sumados a las contradicciones de la situación nacional, están vivificando los debates y los programas políticos, incluso al nivel de las direcciones oficiales del movimiento obrero. Es una oportunidad extraordinaria para entrarle a estos debates y llevarlos al nivel de las bases.
Así, Pedro Wasiejko, secretario adjunto de
Nosotros suscribimos plenamente estas palabras, y estamos seguros que también lo harán, los dirigentes de
Pensamos que ese mundo que debe sustituir al capitalismo se llama socialismo, en el que la riqueza creada por los trabajadores –que somos la inmensa mayoría de la población- debe ser propiedad común de la sociedad bajo el control de los trabajadores, y gestionada, lo mismo que cada aspecto de la vida social, de manera democrática y colectiva, sin explotadores ni explotados, sin burocracia ni desigualdades. La lucha sindical y la lucha política van unidas, una desemboca en la otra. Y esclarecer la situación del movimiento sindical en nuestro país y las tareas que tenemos por delante también nos ayudará a esclarecer las tareas políticas que debemos encarar.