Jubilados, trabajadores e hinchas se movilizan en masa a pesar de la represión ¡Que se vayan todos! ¡Que Gobiernen los trabajadores!

Desde la Organización Comunista Militante, sección argentina de la Internacional Comunista Revolucionaria, repudiamos y condenamos la feroz y cobarde represión desatada por la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía de la Ciudad de Buenos Aires contra la marcha de jubilados e hinchas de fútbol de ayer.

Las marchas semanales de los jubilados, los más golpeados por la motosierra de Milei, han sido un ejemplo de determinación y se están convirtiendo en un referente del movimiento contra el ajuste, en claro contraste con la colaboración y negociación de las dirigencias burocráticas, sindicales y políticas, que responden al peronismo. Los jubilados se reunieron todas las semanas para protestar por la quita de medicamentos esenciales de la cobertura del PAMI y la rebaja de las jubilaciones a niveles de indigencia para quienes cobran la mínima o un poco más. Han seguido protestando cada miércoles a pesar de la brutal represión que sufrieron durante estos meses y especialmente las dos semanas anteriores, cuando la policía los gaseó y golpeó en un intento de asfixiar el movimiento. 

En la marcha del miércoles 5 de marzo, los jubilados fueron acompañados por hinchas de Chacarita Juniors, quienes se sumaron a la protesta tras ver cómo un simpatizante del club, de 75 años, sufría la represión de la policía la semana anterior. Hinchas de distintos clubes de Buenos Aires y de todo el país se comprometieron a apoyar las marchas de este miércoles luego de presenciar la violencia policial contra los seguidores de Chacarita.

Los hinchas que se sumaron a la lucha contra los ataques a los jubilados y la austeridad de Milei son simpatizantes de base de sus clubes, trabajadores, guiados por un instinto de clase de solidaridad con los jubilados, y viviendo el espíritu de las famosas palabras de Diego Maradona: “Yo defiendo a los jubilados, cómo no los voy a defender. Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados. A muerte estoy con los jubilados” durante los salvajes ataques de Menem a los jubilados en 1992. 

Una columna de Obreros de Morvillo, que se encuentran ocupando la fábrica en defensa de sus puestos de trabajo, se movilizó desde la Unión Industrial Argentina hacia Congreso donde se sumó a la multitud para apoyar a los jubilados.

El fenómeno de los trabajadores que entran en la lucha política a través de sus clubes indica la crisis de dirección en las organizaciones de la clase obrera. Hay un enorme deseo de oponer una resistencia seria a Milei en la base de la clase trabajadora, cansada de la austeridad y de los ataques a sus condiciones de vida, pero esto no encuentra una expresión política en los dirigentes sindicales o políticos peronistas que frenan a las masas para que no entren en la lucha, sosteniendo así la gobernabilidad del sistema por Milei. En estas condiciones, las luchas surgen espontáneamente, a través de asambleas autoconvocadas en los lugares de trabajo y en los barrios, o incluso a través de los clubes, ya que no pueden expresarse a través de las organizaciones tradicionales.

Como la marcha iba a ser apoyada por los hinchas de fútbol, hubo una campaña mediática para demonizar a los hinchas como barrabravas, con sus connotaciones de delincuencia y criminalidad, y la ministra de seguridad Patricia Bulrich amenazó con represión y detenciones mucho antes de la marcha.

La violencia de ayer contra los manifestantes fue una maniobra premeditada para intentar cortar de raíz un movimiento que está tomando fuerza. La violencia policial comenzó justo antes de que la mayoría de los trabajadores salieran de sus trabajos, en un intento de generar terror  para que no se unieran a los miles y miles de jubilados, trabajadores e hinchas que junto con organizaciones políticas y estudiantiles llenaban las calles y la plaza del Congreso. No hay ningún truco sucio en el libro que la policía no intentó. Hay informes sobre infiltrados que tiraron piedras para provocar la represión y se distribuyeron volantes truchos, que fueron posteados en X por el vocero presidencial Manuel Adorni, con el nombre del FIT-U en los que se promovía el desorden y la provocación a la policía. Un vídeo muestra a la policía dejando deliberadamente una pistola en el suelo para que la agarren los manifestantes y otro muestra que la patrulla incendiada fue abandonada con las puertas abiertas por la policía como una provocación. La policía utilizó bastones y gases lacrimógenos indiscriminadamente y apuntó con balas de goma a los ojos de los manifestantes para desalojarlos de la Plaza del Congreso. Más de un centenar de manifestantes fueron cazados y detenidos arbitrariamente; decenas resultaron heridos, y varias organizaciones fueron seguidas hasta sus locales e intimidadas por la policía. En uno de los incidentes más graves, un agente disparó un cartucho de gas lacrimógeno directamente a la cabeza del reportero Pablo Grillo, quien ahora lucha por su vida en el hospital debido a las heridas.

Esta represión dispersó a miles de manifestantes por las calles del centro de Buenos Aires, hasta que se reagruparon en Plaza de Mayo, donde volvieron a ser reprimidos duramente.

Esa noche, estallaron cacerolazos espontáneos en Plaza de Mayo y en toda la ciudad para denunciar la violencia policial en la marcha previa. Las protestas y enfrentamientos por el control de las calles duraron horas.

El comportamiento de las fuerzas policiales convierte en una farsa la “ley y el orden” que dicen defender Bullrich y Milei. Lo que revela es su verdadero rol en la sociedad: la defensa de la dominación de los capitalistas, la minoría de la sociedad, sobre la gran mayoría de los trabajadores y los pobres. La respuesta de pánico del gobierno no revela su fuerza sino su debilidad ante un movimiento de base, que no está bajo el control de las burocracias sindicales o políticas y no puede ser fácilmente canalizado.

El movimiento no debe dejarse intimidar por esta represión y bajar sus banderas, sino debe redoblar sus esfuerzos y su organización, en asambleas autoconvocadas, en comisiones sindicales de base y en asambleas barriales. Es con con huelgas, marchas, ocupaciones de fábricas, asambleas, comités y coordinadoras que podemos derrotar el ajuste y la represión.

Esta protesta se produce en un contexto de creciente movilización contra el gobierno de Milei. Llega menos de una semana después de una marcha masiva por el 8M que adquirió el carácter de protesta política contra los ataques de Milei a las mujeres trabajadoras y a la clase obrera en general. El miércoles 19 nuevamente los jubilados y los hinchas volverán a las calles,  el 24 de marzo, Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, que suele ser la movilización más grande del año, sin duda, será aún mayor cuando más y más trabajadores se sumen para expresar su rabia y hartazgo contra este gobierno.

Como comunistas, siempre defenderemos a los jubilados, a nuestros abuelos y abuelas, a nuestros padres y madres en su lucha por condiciones de vida dignas en la vejez. Lucharemos hasta el final para construir un futuro comunista, el único capaz de garantizar una jubilación digna para todos, libre de los males de la pobreza y el abandono que plagan la vejez bajo el sistema capitalista. Para que esta lucha triunfe debemos derrotar al gobierno de Milei, el FMI y los capitalistas. Basta de los políticos de siempre, los trabajadores tenemos que gobernar, somos los únicos interesados en resolver realmente nuestros problemas. 

La lucha está en las calles. 

¡Basta de represión!

¡Justicia para Pablo Grillo!

¡El miércoles 19 de marzo a las 17 horas la lucha continúa!

¡No al cese de la moratoria previsional

¡Por un aumento de emergencia de las jubilaciones a lo que cuesta vivir!

¡Que se vayan todos!

¡Por un gobierno de los trabajadores!

Contenido audiovisual Shok

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