2º Plenario Nacional del Movimiento Intersindical Clasista (MIC)

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El 2º Plenario Nacional del Movimiento Intersindical Clasista (MIC) a celebrarse este sábado 2 de diciembre, tiene lugar justamente un año después de fundado nuestro movimiento, lo que representa un lapso suficiente para trazar un balance de lo actuado y de los desafíos que tenemos por delante.

Es necesario cambiar de rumbo para avanzar

El 2º Plenario Nacional del Movimiento Intersindical Clasista (MIC) a celebrarse este sábado 2 de diciembre, tiene lugar justamente un año después de fundado nuestro movimiento, lo que representa un lapso suficiente para trazar un balance de lo actuado y de los desafíos que tenemos por delante.

A nadie se le oculta que el MIC atraviesa una encrucijada, particularmente tras la experiencia de las elecciones en la CTA, que han revelado tanto los puntos fuertes como los puntos débiles de nuestro movimiento, que deben ser corregidos y superados para hacerlo avanzar.

El MIC nació como un intento de aglutinar en un gran frente único a cientos de activistas sindicales combativos comprometidos con levantar una alternativa clasista y democrática a las actuales direcciones de la CGT y la CTA, en oposición a los intentos de los grupos sectarios de reproducir sus pequeños aparatos bajo la forma de "frentes" sindicales autoproclamados y aislados.

Desde el primer día, los activistas obreros que integramos la Corriente Socialista El Militante le dimos nuestro apoyo pleno al MIC, y ésta sigue siendo nuestra posición.

Hay que celebrar que nuestro movimiento diera algunos pasos adelante con la formación de regionales en diferentes lugares, fundamentalmente del GBA y en zonas como La Plata, y tomando posiciones en algunas seccionales de la CTA. Sin embargo, no se puede ocultar que la percepción que queda en la mayoría de los activistas es que el MIC se ha encontrado con dificultades para aprovechar suficientemente todo su potencial de desarrollo.

Entre estas dificultades o deficiencias se destaca el hecho de que el MIC no ha podido aparecer todavía con una voz propia en las luchas de los trabajadores, ni siquiera en actividades aparentemente menos relevantes como la difusión de propaganda propia en las marchas obreras o en las puertas de las empresas, salvo como acción individual de los activistas en algunas zonas. Tampoco fueron emitidos comunicados públicos regulares sobre los principales hechos de la lucha de clases en nuestro país. Y lo que es más relevante, ni siquiera intervino con volantes y propaganda para darse a conocer en los conflictos donde algunos dirigentes del movimiento estaban involucrados: subte, telefónicos, docentes, estatales (donde hubo varias huelgas nacionales y provinciales convocadas por ATE), ferroviarios, salud.

Frente a la opinión de otros compañeros, que respetamos aunque no compartimos, que justifican esta situación del MIC por las supuestas "dificultades" que opone la situación objetiva y la falta de "conciencia" de los trabajadores argentinos, nosotros creemos que la fragilidad del desarrollo de nuestro movimiento descansa más bien en la debilidad política y organizativa mostrada por la Mesa Provisoria Nacional, pese a la buena voluntad de sus integrantes, unido al débil compromiso de algunos grupos y dirigentes con el desarrollo del MIC.

Muchos activistas del MIC sienten una gran desazón por la pasividad mostrada a lo largo del año por la Mesa Provisoria Nacional y algunas mesas regionales, como las de Capital y Rosario. Quizás la expresión más evidente de esto sea que en el lapso de un año no se convocó ningún plenario nacional del MIC para evaluar la evolución del movimiento y hacer un seguimiento del trabajo desarrollado, ni para controlar la labor de los integrantes de la Mesa Provisoria Nacional. No se puede esgrimir ningún hecho de la situación objetiva para justificar esto.

Elecciones en la CTA

Donde estas deficiencias se mostraron más evidentes fue en el proceso de confección de listas para las elecciones en la CTA.

Nos pareció un grave error la presencia de un miembro de la Mesa Nacional, Claudio Marín (FOETRA Bs.As.), en la lista oficial de la CTA, cuando la mayoría de la Mesa Nacional, correctamente, decidió impulsar su propia lista opositora, la Lista 2. Esto fue utilizado por algunos grupos sectarios y malintencionados (como de manera sucia hizo la dirección del PO) para introducir la confusión y la desinformación con el objetivo de dividir y malograr el proyecto del MIC.

En nuestra opinión, un evento tan relevante como las elecciones en la CTA, debió ser preparado con antelación a través de un plenario nacional del MIC, que tendría que haber debatido en tiempo y forma sobre la política de listas, el programa sindical y el diseño de la campaña electoral. Esto hubiera permitido a los integrantes del MIC en la CTA expresarse libremente y, sobre la base de la decisión democráticamente expresada de la mayoría, haber salido todos a una para garantizar una campaña de más calidad, con mayor participación de nuestros activistas y simpatizantes y, seguramente, con mejores resultados.
Lamentablemente, esto no se hizo, lo que dio lugar a la improvisación, y a que los debates en torno a la participación en las elecciones de la CTA quedaran relegados, fundamentalmente, a los órganos dirigentes en la Mesa Provisoria Nacional y de las diferentes mesas regionales.

En un informe de octubre difundido por un miembro de la Mesa Provisoria Nacional se afirmaba que "a la Mesa no se la facultó en el último Plenario Nacional para DEFINIR POLITICAS OBLIGATORIAS para el MIC, sino para llevar adelante tareas acordadas e impulsar en la medida de sus propias fuerzas la construcción del MIC", lo que podría interpretarse como una justificación para que cada integrante de la Mesa haga lo que quiera sin necesidad de poner a discusión entre las bases qué política debe darse el MIC. Pero la experiencia ha demostrado que, en realidad, la Mesa Provisoria Nacional sí definió políticas que comprometieron al movimiento (algunas acertadas y otras equivocadas, en nuestra opinión) pero que se presentaron a las bases, como fue el caso de las elecciones en la CTA, como hechos consumados.

La excusa de que el MIC "es un movimiento", no justifica su funcionamiento laxo, confuso y descoordinado, que en la práctica "enchaleca" e impide la participación democrática de los activistas de base. A veces se tiene la impresión de que algunos compañeros se sienten cómodos con un funcionamiento que no los compromete a nada y que, con la excusa de "privilegiar las coincidencias sobre las diferencias", someten al movimiento a la parálisis y a su criterio individual.

Diferencias políticas y organizativas

No es casual que los compañeros que, en mayor grado, manifiestan estas características de conservadurismo, pasividad e individualismo, se muestren a favor de alcanzar determinados acuerdos de cúpula con la burocracia, sorteando el camino más laborioso y lento, pero más sólido y fructífero a la larga, de construir firmes puntos de apoyo entre los trabajadores y la base de los sindicatos. No es una casualidad que sean estos compañeros quienes avalaran la presencia de Marín en la lista oficial de la CTA y mantengan una actitud pesimista y escéptica hacia el movimiento obrero. Lo organizativo va de la mano con lo político.

Estos compañeros basan sus argumentos en la supuesta "debilidad" de la clase obrera, que oponen a la fortaleza aparente de la burocracia sindical. Pero es un error culpar a la clase obrera y a su "bajo nivel de conciencia" para explicar el aislamiento del activismo clasista, justificando así la necesidad de un Frente Único con sectores burocráticos para alcanzar posiciones dirigentes y desde ahí, supuestamente, "llevar el clasismo a la clase".

Consideramos profundamente equivocada esta posición. La clase obrera argentina ha demostrado en los últimos años un gran nivel de combatividad, y la conciencia general de las masas está más a la izquierda que hace una década. Creemos que estos compañeros cometen el error de infravalorar la nueva etapa, a largo plazo, que se abrió en el país a raíz del Argentinazo. Tampoco estamos de acuerdo cuando se dice que el apoyo mayoritario de los trabajadores a Kirchner es un obstáculo para propagandizar nuestras posiciones. Al contrario, precisamente, este apoyo a Kirchner descansa en sus políticas demagógicas "por izquierda", lo que se ve favorecido por la ausencia de una herramienta política de clase y de masas que sea vista como una alternativa. Existen divisiones abiertas en las direcciones de la CGT y de la CTA, que tienen una correspondencia directa con la insatisfacción que existe entre los trabajadores hacia las mismas, y que podrían ser hábilmente utilizadas por el MIC para hacer valer su proyecto de democracia sindical en las bases de los sindicatos. Justamente, la aparente fortaleza de la burocracia sindical se alimenta, en gran medida, de la ausencia de una genuina oposición clasista trabajando audazmente en el seno de los sindicatos y los conflictos.

Cuando algunos compañeros se quejan amargamente de la debilidad y atomización de la clase obrera, pasan por alto el hecho extraordinario de que, aun así, el año pasado los trabajadores argentinos protagonizaron el mayor número de huelgas de los últimos 15 años. Y pese a la relativa estabilidad alcanzada en los últimos meses fruto del pacto social entre el gobierno, la patronal y la dirección de la CGT, nuevamente asistimos a un repunte importante de la lucha sindical. Si estas no son condiciones favorables para construir una alternativa clasista en los sindicatos y empresas, no sabemos cuáles serán.

Estos compañeros parecen exigir a los trabajadores condiciones ideales en su nivel de conciencia, como requisito para empezar un trabajo serio y paciente en el seno de la clase obrera. Olvidan que el objetivo del activismo clasista es ayudar a los trabajadores, comenzando por sus capas más avanzadas, a desarrollar su conciencia de clase, que permanece sofocada en condiciones normales por la rutina, la incertidumbre y el embrutecimiento que genera la explotación capitalista. Precisamente, fue esto lo que justificó históricamente la creación de sindicatos y partidos obreros. Estos no brotaron espontáneamente, sino que fueron impulsados por las capas más avanzadas de la clase en cada país y en cada período histórico particular.

De esta manera, compañeros honestos que pretenden aparecer a la vanguardia del movimiento obrero, en realidad adaptan su punto de vista a los prejuicios de los sectores más atrasados e inertes de nuestra clase. No miran el verdadero rostro de la clase obrera, sino su espalda.

La política de frente único

Estamos a favor de un frente único con la burocracia cuando ésta llama a la lucha, a través de nuestra agitación independiente sin mezclar nuestras banderas y consignas. Pero debemos oponernos resueltamente a un frente sin principios ni programa con ella, como aparecer así nomás en una lista oficial para cargos sindicales.

Aparecer junto a la burocracia en estas condiciones socava nuestro movimiento y desdibuja su perfil. Fortalece la autoridad de la burocracia sindical ante los ojos de los trabajadores que no ven diferencias entre nosotros y aquella, mientras que nos desacredita ante los obreros más avanzados que podrían ser ganados para nuestro movimiento.
Cualquier posición sindical debe estar basada en nuestra presencia real en el movimiento y no en acuerdos de cúpulas artificiales, a espaldas de las bases.

En casos puntuales y concretos, podrían justificarse acuerdos con sectores de la burocracia o con sectores honestos de la dirección, no clasistas, con la condición de que sea avalado por un plenario nacional o regional del MIC, y sobre la base de un programa que no contradiga los principios ni el programa general de nuestro movimiento. Justamente, lo contrario de lo que sucedió con la participación del compañero Marín en la Lista oficial de la CTA.

Aquí, lamentablemente, se intentó buscar un atajo organizativo (una alianza sin principios con la burocracia) para resolver un problema político, que es nuestra falta de inserción en la clase. No existen atajos para resolver esta situación, de lo que se trata es de hacer lo que todavía no se hizo: intervenir abierta y audazmente en las luchas obreras con nuestras propias banderas. Esto sí nos permitirá construir bases reales en el seno de la clase que luego deben ser reflejadas en posiciones organizativas en el seno de los sindicatos.

Hay que cambiar de rumbo

Debemos superar nuestra debilidad organizativa y participar activamente dentro del movimiento obrero, convirtiendo el MIC en una genuina corriente sindical de oposición en el seno de la CGT y la CTA.

En este sentido, proponemos los siguientes puntos y tareas a considerar:

1.- Que, de ahora en más, todos los activistas, integrantes de Cuerpos de Delegados, de Comisiones Internas y agrupaciones sindicales que integran nuestro movimiento deben aprovechar cada lucha que protagonicen para levantar la bandera del MIC, popularizando su nombre entre los sectores más avanzados de la clase. Cada integrante de un cuerpo de delegados, de una Comisión Interna o de la Comisión Directiva de un sindicato que forma parte del Movimiento debería trazarse el objetivo de conseguir la adhesión de dichos organismos al MIC, y muy particularmente de los activistas y luchadores de base de sus propias empresas sin responsabilidad gremial.

2.- La Mesa Nacional debería emitir regularmente comunicados públicos de apoyo a todas las luchas que se den, estén dirigidas o no por la burocracia sindical, y en base a las fuerzas del movimiento, intervenir en las mismas bajo su bandera.

3.- Además de los 14 puntos recogidos en nuestra declaración fundacional, es necesario dotarse de una plataforma reivindicativa amplia que contemple, entre otros, los siguientes reclamos: salario equivalente a la canasta familiar ($2.000), jubilación con el 82% móvil, reducción de la jornada laboral, seguro de desempleo universal para todos los desocupados, no a la precariedad laboral y al empleo "en negro", nacionalización bajo control obrero de las empresas privatizadas, no pago de la deuda externa, estatización de las AFJP sin compensación, etc. Explicando, además, la necesidad de nacionalizar las palancas fundamentales de la economía, bajo el control de los trabajadores y sin indemnización, como los bancos, los monopolios y los latifundios, para planificar los recursos de la nación en interés de la inmensa mayoría de la sociedad.

4.- El MIC debería popularizar demandas de democracia sindical, como: elección y revocabilidad inmediata por las bases de cualquier dirigente o cargo sindical; que ningún representante sindical perciba un sueldo superior al salario promedio de un obrero calificado, congresos sindicales anuales y democráticos, apertura de los libros de contabilidad de los sindicatos para su fiscalización por las bases, ningún pacto social con la patronal, pleno poder de decisión para las asambleas de trabajadores en las empresas en todo proceso de lucha.

En lo referente al funcionamiento interno, proponemos expresamente que los siguientes puntos sean considerados y puestos a votación en este plenario:

1.- Los plenarios nacionales del MIC deberían ser convocados cada tres meses, compuestos por delegados elegidos en plenarios regionales (a razón de un delegado por cada cinco integrantes del MIC), y por delegados en representación de cada agrupación, cuerpo de delegado, comisión interna y lista sindical, adherentes al MIC. Estos plenarios deben tomar decisiones obligatorias para el conjunto del movimiento, a través del ejercicio de la democracia obrera; es decir: la mayoría es la que decide. Esta es la verdadera tradición, no sectaria ni burocrática, del movimiento obrero. La misma mecánica decisoria debería aplicarse al funcionamiento de las Mesas nacionales y regionales.

2.- Convocar un nuevo plenario del MIC a fines de marzo, con la composición y las atribuciones antes mencionadas. Cada regional constituida debería elaborar un padrón de adherentes, y elegir delegados para este plenario.

3.- Proceder en dicho plenario a la elección de una nueva Mesa Nacional, que ponga fin a su carácter provisorio.

Es hora de cambiar de rumbo. Nadie debe temer a un debate franco, honesto y fraternal entre compañeros, si se desarrolla de manera democrática y en un espíritu constructivo. Sólo así podremos corregir las falencias detectadas y hacer avanzar nuestro movimiento para colocarlo en la posición que merece y que demandan los intereses de la clase obrera.

Firman este documento los siguientes miembros del MIC e integrantes de la Corriente Socialista El Militante:

MIC-Regional Capital:

Demian Marcos: trabajador mercantil, miembro de la agrupación "La Llama" del sindicato de comercio, e integrante de la Mesa-Capital del Encuentro Sindical de Base-El Mortero
Jorge Miños: Trabajador encargado de edificios, miembro de la agrupación "20 de diciembre" del SUTERH
Andrés Goldberg : trabajador docente ad-honorem de la UBA, afiliado de AGD-UBA

MIC-Regional Rosario:

Angel Perouch: trabajador bancario, integrante de la Lista Verde Bancarios-Rosario
Verónica de Laurentis: trabajadora no docente de la Universidad de Rosario, e integrante del ETUN

MIC-Regional La Plata

Sergio González: trabajador de prensa, miembro del Sindicato de Prensa-La Plata, e integrante de la Mesa regional del MIC-La Plata

MIC-Regional Moreno-General Rodríguez-Luján

Daniela Sáenz: trabajadora municipal, integrante de la Lista Víctor Choque-ATE Municipales de G. Rodríguez

Estaríamos muy interesados en debatir e intercambiar ideas con aquellos compañeros y compañeras que nos quieran hacer llegar sus opiniones sobre el contenido de este documento. Para eso nos pueden escribir a: elmiltante_argentina@yahoo.com.ar

*Leer también:
Las tareas del activismo obrero y el Movimiento Intersindical Clasista (MIC)