Una Huelga General paraliza la India

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india-general-strikeLa huelga general convocada por los diez mayores federaciones sindicales de la central sindical CTU el martes 2 de septiembre fue un tumultuoso éxito. El sindicato y los líderes comunistas que habían previsto un máximo de cien millones de trabajadores que participarían en la huelga quedaron asombrados al ver a más de 150 millones en una huelga general de un día que paralizó la India.

 

El Secretario General de la CTU, Sudhakar Reddy, dijo: “Un gran éxito debería decir. [La respuesta] fue más de lo esperado. Es una de las mayores acciones de clase obrera y una manifestación de su unidad contra las políticas anti-laborales del Gobierno”. La respuesta del mayor partido de la izquierda, el PCI (M), fue un poco más apagada.”La huelga fue un ‘éxito’ a pesar que el Centro tratara de “disuadir” a los trabajadores de avanzar con la agitación en el último minuto. Además de disuadir a los afiliados al RSS de Bhartiya Mazdoor Sangh [una organización nacionalista hindú]. NdT], no consiguieron disuadir a nadie más de la CTU para avanzar con la huelga”, sostuvo el partido en un comunicado. Los líderes sindicales afirmaron que la huelga había afectado al funcionamiento de los servicios esenciales como la banca, el transporte y el suministro de energía, gas y petróleo. El Secretario de la central sindical AITUC (All India Trade Union Congress), afiliada al PC, Gurudas Dasgupta, denominó a la movilización como “magnífica”.
Todos aquellos analistas ex izquierdistas, liberales, y supuestos “socialistas” y “comunistas”-esos mercaderes del pesimismo – han sido refutados, no sólo por la participación masiva de los trabajadores, sino por la intensidad de la huelga. Su análisis y cinismo desdeñoso hacia el papel del proletariado indio se ha demostrado terriblemente errado y absurdo. Una ola de entusiasmo y valentía arrasó toda la India en este fatídico martes [2 de septiembre]. Incluso los canales de televisión y periódicos de la burguesía más derechista tuvieron que admitir el éxito descomunal de este día de movilización de la clase obrera y de la juventud de la India. En realidad, esta huelga general sorprendió a las bases de los medios corporativos y a los analistas de “izquierda” que prácticamente habían descartado al proletariado indio como una fuerza a tener en cuenta.
El periódico liberal más importante de la India, The Hindu, informó: “La vida normal se vio afectada en varias partes del país, incluyendo Bengala Occidental, Tripura, Kerala y Karnataka, cuando hoy 10 sindicatos de la CTU fueron a la huelga nacional para protestar contra los cambios en las leyes laborales y la privatización de las empresas estatales. La huelga afectó al transporte, las operaciones bancarias y otros servicios en diversas partes del país”.
El medio de comunicación más representativo de la burguesía liberal india, NDTV, informó: “Cerca de 150 millones trabajadores están en huelga en todo el país y los servicios esenciales como la banca y el transporte público se han visto afectados en muchos lugares … En Calcuta, mujeres activistas de izquierda han sido vistas arrastradas por la policía. Bancos, tiendas y muchas escuelas están cerrados, y todo el transporte público está fuera de las carreteras. El cierre también ha impactado en los estados del sur. Alrededor de 3.500 autobuses administrados por el gobierno no están funcionando en Hyderabad [Deccan] y el transporte público también se ha visto afectado en Thiruvananthapuram, en Kerala. Las escuelas y colegios están cerrados en Bangalore. Los diez principales sindicatos han llamado a “Bharat bandh” [huelga general] por las iniciativas pro-empresariales del gobierno, tras reunirse con el ministro de Finanzas, Arun Jaitley. Muchos bancos han cerrado sus puertas a lo largo del día en todo el país. Largas filas de pasajeros y escolares fueron vistos esperando en las paradas de autobuses en muchas ciudades de todo el país, incluyendo la capital nacional Nueva Delhi, mientras que los pasajeros se quedaron varados en los aeropuertos ya que los taxis y los rickshaws no transitaban las calles”.
Tal era el miedo de recibir un golpe que la burguesía, por el éxito de la huelga, en cuestión de horas después de que terminó, retiró la noticia de la huelga de los boletines de noticias de la televisión y borrada de las pantallas de los sitios web de los periódicos burgueses.
Incluso los medios de comunicación occidentales no podían ocultar el enorme impacto de esta huelga. La BBC informó por la tarde: “Los trabajadores en toda India están realizando una huelga de un día para protestar contra las políticas económicas del gobierno. Dicen que las políticas “pro-empresariales” del gobierno del BJP liderado por Narendra Modi pondrán sus puestos de trabajo en riesgo y dañará a la gente común. Los sindicatos están exigiendo la caída de los planes del gobierno de vender participaciones en empresas estatales y cambiar las leyes laborales. Los informes dicen que unos 150 millones de trabajadores – la mayoría de bancos, fábricas, construcción y minería de carbón- pertenecientes a los 10 principales sindicatos se espera que no trabajen el miércoles. La huelga parece haber afectado el transporte público, con largas colas de pasajeros y escolares en las paradas de autobuses en muchas ciudades, incluida la capital, Nueva Delhi”.
Los sindicatos exigían que el gobierno deshiciera los planes de vender sus participaciones en empresas estatales. También se oponen a la propuesta de reformas laborales del gobierno que espera disminuir la influencia de los sindicatos y hacer que el mercado laboral sea más “flexible”.

 

La Carta de 12 puntos de la CTU demanda también medidas urgentes para contener el alza de precios y el desempleo, la aplicación estricta de las leyes laborales básicas, la retirada de la propuesta de enmienda “anti-obrera” en las leyes laborales, y detener la desinversión y la privatización de las empresas estatales. También exigieron la cobertura de seguridad social universal a todos los trabajadores y un salario mínimo de 15.000 rupias por mes. Los sindicatos bancarios también protestaban contra el plan del gobierno para modernizar el funcionamiento de los bancos del sector público. Varios grupos que representan a los trabajadores del sector informal también apoyaron el cierre.
Sin embargo, el aspecto más importante de esta huelga fue la presión molecular que se ha acumulado entre los trabajadores durante mucho tiempo. No hace mucho tiempo, bajo el gobierno de coalición anterior liderado por el Partido del Congreso, hubo una huelga general similar con la participación de 100 millones de trabajadores. Cuando el ‘empresario amistoso’ y demagogo chovinista hindú Narendra Modi obtuvo una victoria aplastante en las elecciones en Mayo del año pasado y llegó al poder con un gobierno del BJP [nacionalista hindú], con mayoría casi absoluta en el Parlamento, los patrones de las corporaciones de la India y del mundo estaban jubilosos. El régimen de Modi comenzó con una serie de “reformas” para aumentar las tasas de ganancias para su clientela. Pero incluso con esta euforia de la derecha hindú y las clases reaccionarias dominantes indias, éstos se atascaron en su creación. La presión desde abajo era palpable y el régimen, incluso Modi, junto con partidos de la oposición burguesa de la India no podían ignorarlo ni desafiarlo. Paradójicamente también hubo una creciente presión desde el mundo de la empresa sobre Modi y su gobierno para arrasar con esas “reformas” de recortes, medidas de austeridad y políticas anti-laborales. Sus jefes imperialistas regañaron a Modi por no llevar a cabo estas “reformas” lo suficientemente rápido.

 

india general strike3Hace menos de una semana, la revista The Economist, ardiente partidaria de Modi, escribió en su edición del 29 de agosto, “El primer ministro es un comunicador contundente. Pero él pospone la ardua tarea de hacer las cosas … el Sr. Modi se preocupa más por el teatro de la política que por la dura rutina de la aprobación de leyes o el cumplimiento de las reformas a través del compromiso. Un ex ministro del gabinete se queja de que la retórica del Sr. Modi está muy por delante de sus planes … Los inversores se quejan porque las promesas de simplificar las leyes fiscales, reducir el impuesto a las sociedades y la privatización de empresas estatales han llegado a poco”.
Tal vez después de presenciar esta huelga general masiva The Economist entenderá lo que realmente estaba deteniendo a Modi y cuáles eran sus miedos. A pesar de estas presiones, Modi ha llevado a cabo medidas sin precedentes para complacer al capitalismo corporativo. En su primer presupuesto anual, Modi y su ministro de Finanzas, Arun Jaitley, recortaron un astronómico 25% los impuestos sobre los ingresos de las empresas. Mientras tanto, para continuar su ataque socio-económico contra las masas indias, Modi trató de desviar la atención agitando el sectarismo religioso y azotando incluso el chovinismo anti-Pakistán con su retórica nacionalista hindú. La élite militar y los fundamentalistas islámicos de Pakistán estaban más que contentos con Modi. Los discursos de odio venenoso de los diversos grupos hinduístas, desde el RSS al VHP [Consejo Mundial Hindú] manchaban sin descanso a musulmanes y Pakistán. Esto alimenta directamente en la viciosa religiosidad de los monstruos del fundamentalismo islámico cuya base social se erosiona rápidamente. Las escaramuzas militares a lo largo de la Línea de Control en Cachemira y las fronteras internacionales indo-pasquistaníes han ido aumentando con un incremento de las bajas, fortaleciendo a las fuerzas reaccionarias a ambos lados de la frontera.
El partido del Congreso, el principal partido de la oposición en la India, fue diezmado en las elecciones de mayo de 2014, y es difícil ver cómo se recuperará. La mayoría de los otros partidos burgueses están limitados a las regiones y están basados en castas, credos, prejuicios étnicos, lingüísticos, prejuicios nacionalistas, comunales y religiosos. Los partidos comunistas obtuvieron los más altos escaños en las elecciones de 2005. En los estados de Bengala, Tripura y Kerala que fueron gobernados durante treinta y cinco años por el Frente de Izquierda, formado por los dos principales partidos comunistas, el PCI y el PCI(M), junto con otros partidos más pequeños, llevaron adelante políticas económicas neoliberales que condujeron a la desmoralización y la repulsión entre su base de masas. La tierra que distribuyeron en Bengala Occidental en 1978 fue arrancada por la fuerza a los campesinos por el mismo gobierno de izquierda después de las elecciones de 2002. Los PC no sólo abandonaron el programa de la revolución socialista, hace mucho, mucho tiempo, sino que sus doctrinas económicas neoliberales no eran muy diferentes de la de los partidos socialdemócratas de Europa en la última década, y otros partidos burgueses en el poder en diferentes estados de la India, incluyendo el BJP.
Esto llevó a una derrota desastrosa en las elecciones siguientes. En las elecciones del año pasado estos líderes de los partidos comunistas estaban haciendo campaña para la ‘laicidad’, la “democracia” y la economía capitalista keynesiana. Mientras Modi demagógicamente se llamó a sí mismo un “vendedor de té luchando contra un príncipe nacido con una cuchara de oro”, en referencia a Rahul Gandhi, líder del partido del Congreso. Esta retórica sólo funcionó porque los partidos de izquierda habían abandonado la política de clase y se negaron a rechazar el capitalismo en India, que ha devastado la vida de las masas oprimidas de la India, 860 millones de los cuales viven en la pobreza absoluta en los tristemente célebres sucios barrios bajos e infestados de delincuencia de sus ciudades. Esto llevó a la derrota histórica de la izquierda con la representación parlamentaria más baja de su historia. Este fue el destino final de la política de “cretinismo parlamentario” adoptada por los líderes de los PC.
A raíz de la humillante derrota en las elecciones de mayo de 2014 la mayoría de los líderes de izquierda estaban en un estado severo de desesperanza, cinismo y desmoralización. Algunos llamaron a la victoria de Modi el triunfo del fascismo. Otros plantearon la perspectiva de un prolongado período de cruda reacción y rechazaron la posibilidad del resurgimiento de la lucha de clases del proletariado indio. Algunos incluso desertaron al BJP y a otros partidos de derecha para continuar con sus prebendas y privilegios por estar en el gobierno. Sin embargo, el éxito rotundo de esta huelga general no sólo ha refutado sus perspectivas, sino que expone el potencial revolucionario de los trabajadores y los jóvenes indios para que el mundo los vea. Los líderes sindicales tuvieron que dar paso a la creciente ola de revuelta desde abajo de los trabajadores. Fueron, de alguna manera, forzados a convocar esta huelga general. Su credibilidad y liderazgo estaba en juego si se negaban a responder a la creciente ira de los trabajadores.
Sin embargo, incluso con el éxito de esta huelga, ni la arremetida del capitalismo neoliberal se detendrá ni los problemas ni las dificultades de los trabajadores serán resueltos. Las negociaciones pueden prolongarse durante meses sin ningún resultado positivo. El objetivo de las clases dominantes y del régimen de Modi será agotar a los trabajadores y dañar su potencial de lucha y desmoralizarlos. La politización de esta lucha de clases es la necesidad candente en este momento. Hay un fermento en los PC, pero su grado e intensidad aún no está claro. A pesar de que han sido diezmados en el ámbito electoral, ningún partido con tradición de la clase obrera ha emergido aún como alternativa. Los conflictos en la dirección, en especial en el PCI(M) están ahora al descubierto. Por desgracia, estas polémicas no son de carácter ideológico o político, sino acusaciones y críticas principalmente organizativas y personales.

 

En cualquier caso, una nueva generación de jóvenes y activistas ha emergido en el escenario político después de 25 años de la caída del muro de Berlín, el colapso de la Unión Soviética y la contrarrevolución capitalista en China. La generación más vieja de los dirigentes y activistas de los partidos comunistas estaban desmoralizados por estos acontecimientos históricos colosales. Estos líderes y los intelectuales de izquierda perdieron la fe en el “socialismo”, que en realidad era su caricatura – estalinista – que siguieron ingenua y oportunistamente. Esto se reflejó en su política de retrocesos, compromisos y capitulaciones con el capitalismo durante todo un período de tiempo. Varios retrocedieron aún más allá de la teoría estalinista de las dos etapas hacia una única etapa, es decir, la democracia burguesa.

 

A pesar de todo esto, el desastroso gobierno capitalista en la India está creando una inmensa repugnancia hacia el sistema. Como la mayoría de las partidos suscriben el capitalismo parece que hay una aversión entre las masas y los jóvenes a la política y a los partidos en general. Sin embargo, en este período turbulento habrá partidos circunstanciales y figuras emergiendo en este vacío, y el agudo proceso de un nuevo despertar político se abre ahora. El ascenso del partido Aam Aadami, de Aravind Kejriwal, en el poder en Delhi es sólo un ejemplo. Pero estos serán fenómenos temporales y superficiales y, finalmente, cuando la lucha de clases tome la delantera, éstos desaparecerán y los impactos de la lucha en la conciencia política de la juventud y los trabajadores abrirán nuevas vías para el crecimiento y desarrollo de las fuerzas revolucionarias del marxismo.

 

Sin embargo, este será un proceso prolongado, precisamente a causa de la debilidad de las fuerzas del marxismo que constituirán el factor subjetivo de una transformación revolucionaria exitosa. Queda por ver si los partidos comunistas pueden liderar estas nuevas oleadas de las lucha de clases o si han sido condenados por sus compromisos de largo plazo con el capitalismo en nombre de la democracia, el nacionalismo y el secularismo. Su negativa a aprender de los errores del pasado y adoptar un camino revolucionario para el derrocamiento del capitalismo puede conducirlos a su extinción política.
gsindiaPero una cosa es cierta. Esta huelga general significa un punto de inflexión en la lucha de clases en el subcontinente. Es un hecho de especial importancia que esta huelga tuviera éxito de modo triunfal, incluso cuando sus propios líderes no esperaban una participación y apoyo masivo para este hito histórico. El capitalismo, como sistema históricamente y económicamente obsoleto, no ha logrado desarrollar o mejorar la India. Más bien, ha intensificado la pobreza, la miseria, la enfermedad, la ignorancia y las privaciones entre el pueblo de la India. Incluso el más mínimo respiro en la difícil situación de las masas no se puede lograr dentro de los confines de este sistema. Pero ahora los procesos se acelerarán, en esta época de giros bruscos y repentinos cambios en que la India se ha introducido. Más temprano que tarde la perspectiva de un cambio revolucionario será puesto en la agenda.

 

Esta huelga ha exhibido notoriamente el potencial del proletariado indio para unirse y luchar como clase en esta vasta y diversa tierra. Una revolución socialista aquí no sólo transformará y emancipará a las masas de la India, sino que dará lugar a victorias revolucionarias en todo el subcontinente indio, que alberga a más del 40% de la pobreza del mundo. En la India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka y Nepal, no puede haber diferentes revoluciones separadas, sino una ola de insurrecciones revolucionarias interconectadas que lleven a la creación de una federación socialista voluntaria o una URSS del subcontinente de Asia meridional. Eso, en realidad, significaría la salvación de aproximadamente una cuarta parte de la raza humana ¡Sus efectos en el escenario mundial serán insondables!