Una herramienta para la organización de los trabajadores como clase

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Unir y coordinar las luchas del movimiento obrero debería ser una de las tareas fundamentales del MIC. Esta será la mejor manera de que, en el curso de esta experiencia, el activismo clasista, antiburocrático y combativo pueda emerger fortalecido, aumentando sensiblemente sus puntos de apoyo en las empresas y los sindicatos. El MIC debería ser el primero en plantear una propuesta en este sentido a todos los trabajadores que ahora mismo están en lucha.

Posición del Encuentro Sindical de Base (ESB) para el Plenario del MIC

La aparición el Movimiento Intersindical Clasista significó un gran paso adelante, constituyéndose como lugar de encuentro de activistas, delegados y dirigentes sindicales combativos de diversas ramas y regiones del país.

Avances importantes fueron la lista 2 de CTA; la multicolor de ATE, pese a la reproducción de alguna actitud sectaria y mezquina; y el intento de conformar una corriente unificada de los docentes del MIC en CTERA.

El crecimiento en las luchas que preveíamos en diciembre

A comienzos de año han sido los trabajadores estatales, nacionales, provinciales, y de algunos municipios (ministerios, salud, judiciales, docentes, auxiliares de escuelas) los que han encabezado las luchas por reivindicaciones salariales y condiciones de trabajo. Son esos sectores los que fueron la variable de ajuste fundamental para convertir el déficit en superávit, mediante devaluación y congelamiento presupuestario.

Sin duda, fue el impacto social de las enormes luchas docentes del interior (Neuquén, Salta, Santa Cruz) y la represión a la que fueron sometidas, lo que encendió un gran malestar, obligando a las direcc. de CTA y CTERA a convocar el Paro Nacional del 9 de abril.

Pero este malestar también se expresó en el sector privado (servicios e industria), adquiriendo un nuevo impulso la conflictividad laboral. Así, tuvimos las luchas contra el techo salarial del 16,5% y el "pacto social" acordado entre la dirección de CTA y CGT con las patronales, en Subte, FFCC Belgrano N, en alimentación (Terrabussi, Pepsico y Stani), Correo Arg., FATE (neumáticos) y otras; o contra la amenaza de despidos (Casino Bs.As). La característica común en todas estas luchas, es que tienen lugar con la oposición de la burocr. sind., o al margen de su control. En casi todos los casos utilizando el método de la Asamblea de base para la toma de resolución.

La experiencia nos dice que la unidad nos hace fuertes mientras que la dispersión nos debilita. Por eso hemos insistido para avanzar en mecanismos de coordinación y unidad de todas estas luchas, para acumular la presión y la fuerza suficientes para conseguir el triunfo de los trabajadores. La falta de previsión colectiva del MIC sobre esta oleada de luchas, cuando no la negación a dar pasos concretos en intentar la coordinación y unidad, más las debilidades organizativas hicieron que nuestra intervención fuera nula de conjunto. Además se hubiera podido conseguir una importante audiencia en los trabajadores de otras empresas, donde existe un malestar profundo con las actuales conducciones sindicales (no sólo por el salario sino también por las condiciones de superexplotación). Una posterior reunión de Mesa “de emergencia” comenzó a balbucear este problema, aunque en los hechos muchos seguían oponiéndose concretamente a la posibilidad de coordinar las luchas.

Unir y coordinar las luchas del movimiento obrero debería ser una de las tareas fundamentales del MIC. Esta será la mejor manera de que, en el curso de esta experiencia, el activismo clasista, antiburocrático y combativo pueda emerger fortalecido, aumentando sensiblemente sus puntos de apoyo en las empresas y los sindicatos. El MIC debería ser el primero en plantear una propuesta en este sentido a todos los trabajadores que ahora mismo están en lucha.

Algunas deficiencias

Necesariamente el MIC nació a partir del acuerdo entre algunos de los referentes de las luchas más importantes que se venían dando. La continuidad de la provisoriedad de la Mesa, lo espaciado de los Plenarios y la falta de construcción por abajo, llevará al MIC, de continuar esta política, a un mero acuerdo por arriba entre distintos agrupamientos y/o “dirigentes”. A esto se le suma el accionar equivocado de algunos miembros de la Mesa, que han llevado políticas contrarias a las de la mayoría, como en CTA (Marín) y ATE (Miño), las que han creado confusión en las bases con su teoría de “cavar trincheras junto a la burocracia, para desde ahí difundir ideas clasistas”.

Sin embargo, esas minorías han logrado continuar con su política, gracias al sostén que les han dado los sectores de la Mesa que pretenden mantener al MIC como un acuerdo entre agrupamientos, aferrados a sus pequeñas zonas de influencia y con miedo a perderlas. Creemos que es el momento de arriesgar, e intentar disputar a los sectores burocráticos la dirección de las organizaciones sindicales y de los conflictos, y no permanecer defendiendo nuestras “pequeñas quintitas”.

Esto dificulta la aparición del MIC como herramienta alternativa para la gran masa de trabajadores que han salido a luchar, con altas y bajas, durante estos meses. El MIC de conjunto, por ejemplo, no ha jugado ningún rol en la convocatoria a paritarias, donde podríamos haber impulsado una campaña impugnando los acuerdos que se venían firmando entre la burocracia, los empresarios y el gobierno, cuestionando la representatividad de Moyano y Cía. para discutir en nombre de los trabajadores.

Podríamos haber propiciado la elección de delegados paritarios en asambleas de base, tratando de instalar la necesidad de un salario básico equivalente a la canasta familiar, contra el techo impuesto por la patronal.

Sumándole a esto la lucha por 82% móvil, contra la precarización y el trabajo en negro, contra el “impuesto al trabajo”, tal como lo habíamos definido en una de las reuniones de la Mesa Provisoria.

Además se ha creado una situación de retroalimentación del esquema existente en la Mesa del MIC: el pesimismo frente al poder de la burocracia y la supuesta debilidad de los trabaj., en alianza con el miedo a perder algunas pequeñas áreas de influencia generan más encierro y aislamiento. Es necesario romper este circulo vicioso. A esto hay que sumarle la política oportunista de algunos Partidos que integran el MIC, que lo único que buscan es sacar tajada propia de esta construcción, poniendo por delante su disputa con otros sectores. Esto es acompañado por el sectarismos “al revés”, de algunos comp. de la Mesa, que criticando continuamente a otros Partidos dividen en muchos casos a los trabaj. reproduciendo una concepción equivocada: Cada uno “es dueño de sus luchas”.

Organización y funcionamiento

Creemos necesario crear canales para la participación de toda una periferia del MIC que se acerca a los Plenarios. Debemos abrir las puertas a la construcción colectiva del MIC. Pero para poder realizar sistemáticamente este tipo de construcción debemos extender las distintas iniciativas a todas las zonas, dejando de ser sólo fruto de la iniciativa y sacrificio de unos pocos activistas, para convertirse en parte de actividades planificadas. Hasta la más pequeña organización que integramos el MIC tiene sus volantes, realiza actividades, publica periódicos, financia viajes y destina compañeros a ciertas actividades, por lo tanto en el MIC deberíamos poder realizarlo a un nivel superior. Si no podemos hacerlo es por la reticencia de algunas organizaciones integrantes a impulsar un funcionamiento más colectivo, más democrático.
Por eso proponemos un MIC que se organice y se haga fuerte desde las bases, y no desde o sólo por arriba. Sólo hay que poner en práctica lo que resolvimos en el anterior Plenario: impulsar en serio las Regionales.

Para eso consideramos indispensable que se realice un empadronamiento de todos los adherentes al MIC, con la obligación de participar en las distintas actividades de cada región. En dicho padrón debería constar: lugar de trabajo y organización sindical a la que pertenecemos.
Establecer una cotización, aunque sea modesta, para contribuir a las finanzas sin que esto se convierta en un obstáculo a la adhesión. Esto debería hacerse desde las regionales. De esta forma comenzaríamos a solucionar, en la mejor tradición de la clase, la cuestión financiera.

Hoy necesitamos una Mesa más resolutiva y ejecutiva, que se mueva en base a lo resuelto en los Plenarios nacionales, y que siga fundamentalmente más de cerca los conflictos y la construcción. Una Mesa que rinda cuentas de su accionar ante los Plenarios, que deje de discutir vía correo y tome como método de funcionamiento, el único posible, el de mayorías y minorías en Reuniones y Plenarios. Para esto consideramos necesario que haya una regularidad en la convocatoria a Plenario Nacional (cada 3 o 4 meses) y Regionales (cada mes o mes y medio), los que deben ser soberanos.

Democracia sindical y democracia interna

El primer punto constitutivo de los 14 del MIC habla de “promover el desarrollo de métodos democráticos”. Consecuente con esto deberíamos impulsar y desarrollar, en cada lugar donde estamos y fundamentalmente donde somos parte de conducciones, los métodos más democráticos: Asambleas de base, Plenarios de delegados de base, Comisiones de Trabajo para la formación práctica del nuevo activismo que sirva para los nuevos delegados; impulsar la revocabilidad de mandatos, elección de delegados paritarios de base, rotación en los puestos sindicales y alternación del puesto sindical con períodos de vuelta al lugar de trabajo, rentas iguales a salarios promedio, congresos regulares y democráticos, apertura de libros contables de los sindicatos. Pero además, si queremos aparecer como alternativa a la burocracia que domina en los sindicatos, debemos extender los métodos democráticos a la organización y funcionamiento interno del MIC.

En primer lugar, respetando las decisiones mayoritarias de los integrantes del MIC. Creando instancias de participación y de resolución en cada zona o región mediante Plenarios y Mesas Regionales que organicen y den impulso al MIC; que en cada gremio se impulsen Corrientes Unitarias de los que integramos el MIC, para ser verdadera prenda de unidad de los sectores antiburocráticos y clasistas, y no boicoteadores o mezquinos cuidadores de “quintitas”. Para esto es importante determinar los derechos y deberes de los que integramos el MIC. Hay que terminar con la provisoriedad de la Mesa Nacional, para que pase a estar conformada en esta primera instancia, por l@s compañer@s que más compromiso han mostrado y, como mínimo, con alguna representatividad sindical. Combinado con esto, impulsar la promoción de representantes de las nuevas luchas obreras. En todos los casos deben ser integrantes elegibles y revocables en los Plenarios. En el MIC necesitamos compañer@s que asuman las tareas, que asuman la construcción del MIC en sus lugares de trabajo y sindicatos, y que lleven adelante lo resuelto colectivamente, y No confundan al activismo con políticas contrarias a lo resuelto por la mayoría.

“…Queremos un MIC que levante, en la práctica, el programa de 14 puntos. Si somos capaces de unirnos en este sentido habremos dado un importantísimo paso en consolidar lo construido… Como decimos en la declaración de nuestro último Plenario, desde el Encuentro Sindical de Base avanzaremos “…buscando cavar trincheras, en el único lugar donde tenemos que cavarlas; en las bases, el corazón y la conciencia de la clase trabajadora” (extr. de la edit. de “El Mortero” N° 22).

Encuentro Sindical de Base
Periódico sindical “El Mortero”