Un mundo de preocupaciones

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Quizá la burbuja crediticia norteamericana continúe expandiéndose un poco más. Quizá los precios del petróleo puedan bajar y las cosas mejoren en los puntos conflictivos y permitan reducir el gasto de la llamada “guerra contra el terrorismo”. Quizá el comercio mundial se acelere y China continúe creciendo un 9-10% al año. Pero los riesgos están acumulándose y puede que no ocurra ninguno de estas cosas. Por eso los inversores capitalistas están tan preocupados en el momento en que nos adentramos en laen la primavera

Economía mundial

En la primera mitad de este año la economía norteamericana parecía que aumentaba su producción a un ritmo muy rápido, algo parecido a un aumento del 4,5 % anual. Japón creció aún más rápido, partiendo de un nivel bajo, después de años de estancamiento relativo. El resto de Asia también, encabezada por China, estaba creciendo aproximadamente un 6 % anual. Sólo Europa, América Latina y, por supuesto, Oriente Medio y África siguieron cojeando.

Pero las últimas cifras de crecimiento del empleo, de salarios y beneficios en EEUU siguieron siendo muy pobres. Muchos de los empleos creados son mal pagos, trabajos no calificados en la venta al por menor o en las industrias de provisión de alimentos sin ingresos, pensiones, ni cuidado médico decentes.

Incluso esta mejora de la recesión de 2001 sólo fue posible gracias a un masivo aumento del crédito no respaldado por la inversión productiva. Junto a eso, la administración Bush lanzó toda una serie de recortes impositivos que favorecían principalmente a los ricos y grandes empresas, pero también afectaba a grupos con ingresos medios. También aumentó el gasto del gobierno más de un 20% anual. Pero hay un mañana y será el momento en que acabe toda esta orgía de dinero. Los estadounidenses gastaron más en sus créditos y en comprar mercancías procedentes del resto del mundo. EEUU ahora padece un déficit fiscal y comercial equivalente a casi el 6% de su producción anual. Esto es un récord muy elevado.

Ese déficit ha sido financiado por el resto del mundo. Los exportadores chinos, japoneses y europeos han vendido sus mercancías a los estadounidenses y han acumulado dólares. De este modo, el resto del mundo ha dado a EEUU sus ahorros para financiar el gasto de los norteamericanos. La gran burbuja crediticia ha continuado aumentando.

¿Por qué han hecho esto los extranjeros? Las autoridades monetarias de China, Japón y Europa no quieren que EEUU y el dólar colapsen. Si dejan de comprar bonos estadounidenses o dejan de acumular dólares para cambiarse al euro o al yen, EEUU colapsaría y llevaría al mundo a una recesión.

Este desequilibrio ha durado mucho más de lo esperado. No puede haber más recortes de impuestos porque el gobierno estadounidense sufre un enorme déficit en su presupuesto anual y la Reserva Federal no puede reducir más los tipos de interés, al contrario los tuvo que elevar al 1,75% para seguir atrayendo dinero. La respuesta al problema es que EEUU crezca firmemente con un aumento de la inversión en maquinaria y más empleo. Pero hay varios factores que sugieren las pocas esperanzas existentes en un crecimiento sostenido y equilibrado.

En primer lugar están los precios del petróleo. La demanda de energía se ha disparado durante los últimos años. China está succionando mucho petróleo para el funcionamiento de sus industrias que están inundando las tiendas de EEUU y Europa con mercancías baratas. Al mismo tiempo, el suministro de petróleo se ha visto restringido por la ocupación norteamericana de Iraq y la posterior resistencia guerrillera que redujo al mínimo las exportaciones petroleras de Iraq. Y por otro lado hay poco margen para el incremento de la producción. Así que el precio del petróleo se ha disparado.

Cuando las empresas comiencen a emplear a más personas y a invertir más, las costos subirán. Las empresas estadounidenses, europeas y japonesas todavía tienen dificultades para subir los precios porque en los mercados mundiales se enfrentan a la competencia de los bajos salarios chinos. Y con precios del petróleo tan elevados, todo se sumará al profundo declive del crecimiento de los beneficios en un momento en que los norteamericanos comienzan a gastar menos en las tiendas. Esto profundizará la reducción de los beneficios.

El gran aumento de los precios del petróleo y la ralentización del gasto norteamericano podría acabar con esta esperanza en los próximos seis meses. Y si el crecimiento del comercio se desacelera, entonces la competencia por los mercados se intensificará, presionando más a los beneficios y ahogando la inversión.

Quizá la burbuja crediticia norteamericana continúe expandiéndose un poco más. Quizá los precios del petróleo puedan bajar y las cosas mejoren en Iraq, Corea del Norte y otros puntos conflictivos que permitan reducir el gasto de la llamada “guerra contra el terrorismo”. Quizá el comercio mundial se acelere y China continúe creciendo un 9-10% al año. Pero los riesgos están acumulándose y puede que no ocurra ninguno de estas cosas. Por eso los inversores capitalistas están tan preocupados en el momento en que nos adentramos en la primavera.