Con un triunfo rotundo sobre su rival, Rafael Correa fue elegido presidente de la República del Ecuador en los comicios celebrados el 26 de noviembre de 2006. Según datos proporcionados por el Tribunal Supremo Electoral del Ecuador (TSE), Correa alcanza el 58% de los votos válidos, frente a un 41% conseguido por Álvaro Noboa. La diferencia entre Correa y Noboa es de más de novecientos mil votos. En algunas provincias los resultados dan una victoria de 3 a 1 a Rafael Correa sobre el candidato del PRIA PRIAN
Ni los millones, ni las chequeras corruptas pudieron con la dignidad del pueblo
Con un triunfo rotundo sobre su rival, Rafael Correa fue elegido presidente de la República del Ecuador en los comicios celebrados el 26 de noviembre de 2006. Según datos proporcionados por el Tribunal Supremo Electoral del Ecuador (TSE), Correa alcanza el 58% de los votos válidos, frente a un 41% conseguido por Álvaro Noboa. La diferencia entre Correa y Noboa es de más de novecientos mil votos. En algunas provincias los resultados dan una victoria de 3 a 1 a Rafael Correa sobre el candidato del PRIAN. En Azuay el 75% de la población votó por Correa. En Pichincha los resultados son similares. En 19 de las 22 provincias del país Correa obtuvo la mayoría de los votos.
Las cifras dadas por el TSE confirman los resultados de los Exit Poll (bocas de urna) realizados por las empresas Cedatos-Gallup, Market y B&B, los mismos que fueron publicados por las principales cadenas televisivas a las 17 horas del día domingo 26 de noviembre. Por su parte, la OEA también ha ratificado el triunfo de Rafael Correa.
Pese a todo esto, Álvaro Noboa se ha negado, hasta el momento, a reconocer el triunfo de su oponente. En días anteriores a la elección Noboa sostenía que ganaría con un amplio margen al candidato del Movimiento Alianza País. Sin embargo, en sus últimos discursos Noboa imploraba por el voto del pueblo, al punto que, en el cierre de campaña, en una actitud histriónica, se arrodilló y lloró para pedir a los ecuatorianos que votaran por él. Las encuestas, que inicialmente lo daban como triunfador en la segunda vuelta, mostraban que la candidatura de Noboa tendía a la baja en la intención de voto, mientras que la de Rafael Correa experimentaba un marcado ascenso, lo cual explica el comportamiento del empresario bananero en los últimos días de campaña.
El proyecto oligárquico y proimperialista que Álvaro Noboa pretendía instaurar en caso de que hubiese ganado las elecciones, ha sufrido una contundente derrota. ¨Ni los millones de dólares, ni las chequeras corruptas pudieron comprar la dignidad del pueblo¨, señaló con emoción Rafael Correa ante miles de seguidores que se reunieron en la avenida de los Shyris, en la ciudad capital, para celebrar su triunfo, en horas de la tarde y noche.
Correa ratificó ante sus seguidores que llevará adelante la consulta popular para convocar a una Asamblea Constituyente. Asimismo señaló que no firmará el TLC y que no renovará el convenio de la base de Manta. El presidente electo manifestó que ha llegado el fin de la noche neoliberal. Rafael Correa agradeció a los jóvenes por el apoyo brindado e hizo un llamado a la ciudadanía para construir una patria altiva y soberana. Correa cantó emocionado, junto a todos los asistentes que rebosaban de alegría, "Hasta siempre Comandante", canción dedicada al Che, lo cual indica que existe una identificación con los principios y valores defendidos por el guerrillero heroico.
El pueblo ecuatoriano ha obtenido una victoria importante sobre los grupos de poder político y económico. Sin embargo, esto solo es un primer paso. La oligarquía pretenderá utilizar al Congreso, institución donde las fuerzas políticas de derecha y populistas tienen mayoría y donde el Movimiento Alianza País no tiene representantes, para boicotear cualquier acción que emprenda el nuevo gobierno. Los grupos de poder económico, irritados por su derrota electoral, utilizarán todo tipo de recursos para evitar que sus intereses sean afectados.
De la misma forma el imperialismo yanqui atacará al gobierno de Rafael Correa si éste no satisface sus mandatos. Washington ve con malos ojos la posición bolivariana del presidente ecuatoriano electo, el mismo que ha manifestado públicamente su amistad con el mandatario venezolano Hugo Chávez Frías. Ante este panorama, las masas deberán estar preparadas para enfrentar el azote de la contrarrevolución.
Si Correa está dispuesto a llevar adelante una transformación revolucionaria de la sociedad ecuatoriana, contará con el apoyo de las masas que, en el proceso mismo, serán las que exijan los cambios profundos y radicales que necesita el país. Los trabajadores, los campesinos, las amas de casa, los estudiantes, los jubilados serán el sostén del nuevo gobierno, siempre que éste cumpla con sus propuestas de campaña.
Las masas tendrán además que luchar en forma permanente contra los arribistas, los burócratas y reformistas, puesto que son estos elementos los que detienen el avance de los procesos revolucionarios.
El triunfo del proyecto progresista liderado por Rafael Correa es importante para levantar el espíritu de combate de la gente. Sin embargo es necesario que las masas se organicen. Al mismo tiempo es vital que las organizaciones revolucionarias se nutran de un programa que reivindique y plantee la necesidad urgente de construir una sociedad socialista, puesto que dentro del capitalismo no se podrá cambiar radicalmente la situación de hambre y de miseria que vive la población producto de la explotación a la que es sometida por parte de la oligarquía ecuatoriana.
Como señaló el Che: "O revolución socialista, o caricatura de revolución."
Quito, 27 de noviembre de 2006