“Tren Bala”: El proyecto del gobierno pierde velocidad

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Desde que fue aprobado en marzo, el financiamiento registró una suba en la tasa de interés del 10% al 16 % por esta desconfianza que reflejan los mercados externos. Es así que postergan hasta septiembre la primera emisión de bonos prevista para la obra.

A principios del 2006 comenzó el proceso licitatorio que concluyó en enero de este año con la adjudicación del proyecto al grupo Veloxia, que integran la española Isolux Corsan, la francesa Alstom y las constructoras locales Iecsa y Emepa.

La "ingeniería financiera" fue acordada por el gobierno argentino con el banco francés Natixis; consta de un crédito a 30 años garantizado con bonos de la deuda pública.

Pero este proyecto polémico y emblemático no sólo es repudiado a izquierda y derecha sino también desde el corazón del ahora debilitado gobierno nacional. Su mismo Jefe de gabinete saliente, Alberto Fernández se fue criticando, además de la política seguida en el Indec, el proyecto del Tren de Alta Velocidad.

El Secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime,  quien administra  suculentos subsidios nacionales a los medios de transporte y brazo derecho del Ministro De Vido, mencionó que la iniciativa está en la etapa "decisiva" de búsqueda de financiamiento  a través del banco francés Natixis que lleva adelante las gestiones con distintas empresas privadas que aportarán el capital para hacer la obra. Jaime admitió que el "tren bala" depende de la marcha de la economía.

Ahora, los capitales extranjeros, ante la crisis política del gobierno y la creciente inflación, lo piensan dos veces debido al aumento del llamado  "riesgo financiero de Argentina".

Desde que fue aprobado en marzo, el financiamiento registró una suba en la tasa de interés del 10% al 16 % por esta desconfianza que reflejan los mercados externos. Es así que postergan hasta septiembre la primera emisión de bonos prevista para la obra.

Al mismo tiempo, tenemos obras demoradas en el transporte ferroviario popular por falta de pago, como la renovación de vías en el FFCC Urquiza, la remodelación de estaciones y coches en la línea Belgrano Norte, el arreglo de los ramales diesel del FFCC Mitre y el cerco en las vías del Sarmiento.

Mientras, la red ferroviaria de cargas está puesta al servicio de los capitales concentrados agroexportadores y de la agroindustria.

En momentos que la presión por los pagos de la deuda externa comienza nuevamente a apretar, en vez de desconocerla y no pagarla, el proyecto del tren bala viene a incrementarla, con el  agravante que no resuelve ninguna de las demandas populares más acuciantes.

El Movimiento "No al tren bala. Sí un Tren para Todos", que inició una campaña popular para la recolección de 1 millón de firmas contra este proyecto, deberá ganar en velocidad tanto como para dejar atrás al tren bala.