Desde la Corriente Socialista Militante repudiamos y exigimos cárcel y castigo para los responsables materiales y políticos de los crímenes del Estado paraguayo que ejecutaron por la espalda a Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba ambas de 11 años de edad.
Este operativo criminal del Ejército supuestamente contra el autodenominado “Ejercito Paraguayo del Pueblo” fue festejado por el propio presidente Mario Abdo Benítez que señalo en redes sociales: “Hemos tenido un operativo exitoso en contra del EPP. Luego de un enfrentamiento, dos integrantes de este grupo armado han sido abatidos. Hay un oficial herido. A todo el equipo le ratifiqué mi agradecimiento por su valentía en la lucha contra este grupo criminal”
El operativo exitoso que señalaba el presidente era el asesinato a sangre fría por parte de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) dependiente del Ejercito Paraguayo de dos niñas, que posteriormente fueron vestidas como guerrilleras para simular un enfrentamiento contra fuerzas beligerantes. Teorías que fueron reforzadas por los medios dominantes que armaron una operación política macabra.
Miriam Villalba, madre de una de las niñas dijo: “Exijo el esclarecimiento del fallecimiento de mi hija. Quiero que se haga un estudio serio. Si ellas fueron torturadas ante una cantidad inmensa de militares que se fueron con armas poderosas a asesinarlas, ejecutarlas. Sepan las autoridades paraguayas que esto no va a quedar impune. Nosotros como familia vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, vamos a recurrir al nivel internacional”
La podredumbre de la oligarquía paraguaya ligada negocio ganadero y agrícola junto al narcotráfico queda expuesta en toda su magnitud.
El Ejercito Paraguayo tiene un largo historial de denuncias por ejecuciones extrajudiciales, violaciones a la presunción de inocencia, torturas o falsos positivos en zonas controladas por la oligarquía que concentra en muy pocas manos enormes extensiones de tierra mientras los campesinos viven en la miseria.
La burguesía paraguaya y su casta política sumen a la clase trabajadora, al pueblo pobre y al campesinado en la pobreza mientras se enriquecen de manera obscena. Mientras tanto la crisis sanitaria se agrava y el colapso del sistema de salud pública históricamente desfinanciado es inminente. Ya no quedan respiradores en los hospitales públicos.
La brutalidad con la que la clase dominante de Paraguay ejerce el terrorismo de Estado no es un caso aislado, lo vemos en Bolivia donde permanece impune la masacre de Senkata, en Chile con las violaciones sistemáticas a los derechos humanos de los carabineros de Piñera o en Colombia donde ya suman 50 masacres y 205 los líderes sociales asesinados en lo que va del año. El Estado como arma de dominación de clase ante el agravamiento de la crisis económica, política y sanitaria del capitalismo.
Solo la clase obrera paraguaya, las trabajadoras y trabajadores pueden poner fin al Estado de la oligarquía a través de un gobierno de trabajadores, con un programa socialista, que tome en sus manos una reforma agraria que incluya la expropiación de tierras a los latifundistas junto con la expropiación de las palancas fundamentales de la economía para garantizar la salud, la educación, comida de calidad y trabajo para toda la población en la perspectiva de una Federación Socialista de América Latina.