Tareas y desafíos del movimiento estudiantil en Argentina

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El activismo estudiantil tiene la gran responsabilidad de educar políticamente a los estudiantes, de reivindicar la militancia, y de acercar ideas y propuestas consecuentes a los jóvenes, que buscan tener una visión clara de la realidad y encontrar su funcionalidad social. Existe gran cantidad de grupos que levantan la bandera del socialismo y reivindican la lucha por la democracia más genuina e igualitaria, pero en cuanto la lucha por el manejo de los centros estudiantiles se coloca como primer y único objetivo, se olvidan de sus principios, y comienzan peleas y maniobras puramente oportunistas que lo único que generan es repulsión en la mayoría de los estudiantes

La fragmentación de la izquierda Argentina, consecuencia de influencias sectarias,  burocráticas, y arribistas, ponen bajo peligro la posibilidad con que hoy cuenta el pueblo de la creación de un movimiento político que defienda y represente exclusivamente a los trabajadores que serán, y están siendo, golpeados por la intensión de los empresarios de trasladarle la crisis. La posibilidad con la que cuenta el pueblo argentino, junto con América Latina, es la de terminar de desenmascarar el carácter reaccionario de los gobiernos burgueses peones del imperialismo, y la incapacidad del sistema capitalista de encausar un progreso, productivo y económico, sin sobresaltos que hundan a millones de personas en la pobreza, sobresaltos que se manifiestan abiertamente en esta nueva crisis global. Para esto, la conciencia por sobre todo debe permanecer inmune a influencias reformistas, a alternativas de conciliación, y debe amalgamarse con la conciencia popular. Por desgracia, la clase obrera argentina se encuentra disgregada y confundida, sin representatividad política donde las luchas se agrupen en una lucha de clase contra la política empresarial.

La superficialidad y precariedad distintiva de muchas agrupaciones y partidos supuestamente representativos de la clase trabajadora ponen en peligro su propia objetividad y la de sus miembros, la confusión entre intereses individuales y populares tergiversan sus propuestas, y acciones. Esto genera la desconfianza y el desinterés del pueblo.

Todos los niveles de activismo de izquierda en Argentina se encuentran afectados por ideas que llevan al sectarismo y que aíslan las luchas hasta su derrota.

Los efectos de la fragmentación política en la Universidad

Como integrante del sector estudiantil, me cabe informar la situación en la cual se encuentra el activismo a ese nivel, y las necesidades que emanan de tal. En la política universitaria, en general, la verdadera representación para los estudiantes se encuentra supeditada a rivalidades que solo generan absurdas e inútiles confrontaciones entre grupos de estudiantes, que más allá de sus diferencias defienden las mismas ideas, y realizan propuestas similares. De esta manera se vuelve dificultosa la comunicación con las bases estudiantiles no organizadas que ven fuera de sus manos y de su incumbencia la posibilidad de contribuir al progreso educativo y a la defensa de sus derechos.

El activismo estudiantil tiene la gran responsabilidad de educar políticamente a los estudiantes, de reivindicar la militancia, y de acercar ideas y propuestas consecuentes a los jóvenes, que buscan tener una visión clara de la realidad y encontrar su funcionalidad social. Existen gran cantidad de grupos que levantan la bandera del socialismo y reivindican la lucha por la democracia mas genuina e igualitaria, pero en cuanto la lucha por el manejo de los centros estudiantiles se coloca como primer y único objetivo, se olvidan de sus principios, y comienzan peleas y maniobras puramente oportunistas que lo único que generan es repulsión en la mayoría de los estudiantes.

Las diferencias conceptuales entre las distintas ideas de los diferentes grupos funcionan como argumentos separadores contundentes, no existe un compromiso de discusión en pos de lo que realmente importa para llevar a cabo su funcionalidad política.

Se debería promover la unidad y participación de las bases estudiantiles por objetivos comunes, luchando contra el sectarismo. Se debe garantizar que la intervención partidaria no sea puramente oportunista, y que la política estudiantil sea constructora del partido y no una extremidad de utilidad política que puede ser manejada por los dirigentes burocráticos de acuerdo a sus intereses. Se debe pelear contra la burocratización de las universidades. Que las demandas estudiantiles tengan un camino recto y sin trabas hacia la solución, y que el presupuesto universitario tenga una clara repartición y uso efectivo, con participación de las bases estudiantiles,  para cubrir necesidades que mejoren la calidad de la educación.

Es necesario que los estudiantes adquieran una visión real de la situación de la educación básica y universitaria, y de los fines que esta aparea con el sistema, para que de esta manera se pueda direccionar correctamente la lucha. Para que los planes de estudio generen conocimientos de verdadera necesidad social, y que no solo sean consecuentes con las necesidades empresariales, en las cuales se ve plasmado el trabajo profesional.

Crisis de la Universidad

Como consecuencia de la división del trabajo, los estudios superiores, e incluso los básicos se han segregado hasta el punto de generar una inconexión tal entre los campos de estudio y laborales que la educación no fue capaz de unirlos ni siquiera con una base de moralidad y ética social. Esto último no por descuido, sino por conveniencia y consecuencia de sus gestores. Podemos observar aquí en Argentina, como en muchos países, que el acceso a la educación básica para los sectores de bajos recursos es muy precario, y el acceso a estudios superiores ni pensarlo. En general solo las capas medias y altas acceden a un sistema educativo completo, de "buen nivel", curiosamente son los sectores cuyos intereses determinan las políticas económicas que excluyen de posibilidades y se sacian de los sectores oprimidos de bajos recursos.    

La sensación que uno tiene cuando emprende una especialización, una carrera universitaria, es la de estar construyendo sobre una base débil, sin principios y sin solidez. Esto hace factible la incorporación de un régimen de trabajo y de estudio sin el más mínimo fin que seguir construyendo sobre lo que hoy está establecido, y para quiénes lo establecieron. Esto refleja dos cosas, primero que la educación es un elemento muy importante en la estabilidad y "prosperidad" del sistema, y como tal no progresa, si no que se encuentra estancado y en decadencia; segundo, que la ciencia, que brinda los contenidos educativos, en todos sus campos ha vivido una etapa de crisis filosófica que se extiende hasta hoy, impregnada de concepciones que derivan en idealismo, verdades absolutas que se caen a pedazos frente a la realidad. En la actualidad parte de la comunidad científica esta dando un giro que refuerza y demuestra la validez de la dialéctica materialista.

Hoy en día las necesidades sociales son completamente contrarias a los intereses individualistas promovidos por la doctrina del capital. Hay un defasaje en el pensamiento común, y esto gracias a la mano que moldea la educación básica (privada y pública), que luego termina de moldear la educación especializada y que en todo momento manipula los medios de comunicación.

Por la reorientación del movimiento estudiantil

Sin duda los movimientos estudiantiles son importantes catalizadores de luchas, en su seno se generan y reproducen ideas con gran dinámica, y esto se encuentra históricamente avalado. En la actualidad en Grecia, la juventud, harta del aparato policial y sumado a otras demandas ha provocado una sublevación que ha movilizado a toda la población, y en países como Francia, las protestas estudiantiles, en defensa de la educación no se quedaron atrás. En España, el Sindicato de Estudiantes ha protagonizado movilizaciones masivas contra los ataques a la educación pública y contra las intervenciones militares de Israel en Gaza. En Austria el 24 de Abril una manifestación de 60.000 estudiantes secundarios llenó las calles, para exigir más presupuesto para la educación entre otras demandas. Hay que seguir su ejemplo y unirse a su lucha.

Es muy importante que se comience a entender, y a revertir la situación de los estudiantes, debemos ahondar en el conocimiento de nuestra realidad. Debemos convencer a nuestros compañeros de que las luchas son de todos y para todos, los que están y los que vendrán, que la participación no es sólo un tema de un sector y que hay que responder de manera contundente a las medidas que atentan contra nuestra educación, y defender con la misma contundencia las medidas que la mejoran. Por parte de los activistas, se tiene que comenzar a recomponer la imagen que su política genera en las bases, con actividades y posiciones concretas que no se aparten de su objetividad, y que los contenidos e ideas sean mas importantes que el envase que defienden, esto va a generar una gran ampliación y congruencia,  y el sectarismo quedará insignificante ante tal movimiento de masas.

La reorientación de los movimientos estudiantiles en Argentina, como en otros países, es clave para el progreso organizativo de las revueltas e insurrecciones que son y serán generadas por el duro golpe de la crisis en Latinoamérica. Es tarea principal de los compañeros activistas que entienden de esta manera la realidad. No debemos aislar las luchas, debemos ser solidarios para garantizar la unión que dará la fuerza para emerger y direccionar el cambio que necesita  esta sociedad.