Se profundiza la crisis en Europa, Japón y los Estados Unidos

Se mire por donde se mire hay agitación y crisis, desde Europa hasta Japón y los Estados Unidos. Esto refleja la enfermedad mundial del capitalismo que está luchando por salir de su reciente crisis. Esta es una confirmación de las ideas marxistas, que explican que el capitalismo es un sistema en crisis.

Se mire por donde se mire hay agitación y crisis, desde Europa hasta Japón y los Estados Unidos. Esto refleja la enfermedad mundial del capitalismo que está luchando por salir de su reciente crisis. Esta es una confirmación de las ideas marxistas, que explican que el capitalismo es un sistema en crisis.

“Una variedad de golpes desagradables – revoluciones, desastres naturales, aumento de los precios de los alimentos y crisis de la deuda pública – son todas señales de que vienen aguas agitadas", explicó el profesor Eswar Prasad, de la Universidad de Cornell. Si estas son aguas agitadas, sería difícil imaginar cómo serían los mares tormentosos. Es evidente que nuestro profesor está decidido a no arrastrar al pánico a su audiencia.

Lo que se describe en los términos más suaves es la turbulenta situación que enfrenta el
capitalismo a escala mundial. Se mire por donde se mire hay agitación y crisis, desde Europa
hasta Japón y los Estados Unidos. Esto refleja la enfermedad mundial del capitalismo que está luchando por salir de su reciente crisis. Esto es una confirmación de las ideas marxistas, que explican que el capitalismo es un sistema en crisis.

Y esta crisis tiene todavía un camino largo por recorrer. Estamos asistiendo a la siguiente
etapa de la crisis europea con el plan de rescate propuesto para Portugal. Esto vino después
de los rescates de Grecia y luego de Irlanda. A todos se les pide que acepten recortes
masivos del gasto público. Todos enfrentan la "terapia de choque" de los planes de austeridad
del FMI, que recorta el mercado y produce una inestabilidad aún mayor. Como resultado de la
crisis, los gobiernos son más impopulares que nunca. Ya hubo gobiernos que cayeron en
Islandia, Portugal e Irlanda. España es claramente el siguiente caso, con Zapatero anunciando
su intención de no continuar, y hay otros más que lo seguirán.

Incluso el resultado de las elecciones generales en la apartada Finlandia está causando olas
enormes. El ascenso del partido populista anti-Unión Europea (UE) “Aunténticos Finlandeses”,
debido principalmente a la ira pública por los rescates, pone en peligro el plan de rescate
propuesto para Portugal. Ahora es probable que este partido entre al gobierno y es seguro que
jugará un papel importante en las negociaciones. Cuentan con el apoyo de los
socialdemócratas en su postura anti-UE. A diferencia de otros países, Finlandia requiere la
aprobación parlamentaria para participar en los rescates. Sin embargo, la UE sólo puede
avanzar con el apoyo unánime de sus países miembros, lo que ahora está en duda.

Suspensión de pagos

En Grecia, el gobierno ha puesto en marcha un programa de privatizaciones desesperado e
impopular en la vana esperanza de evitar un incumplimiento del gobierno en el pago de sus
deudas (default). Tal suspensión de pagos ("reestructuración") tendría consecuencias
catastróficas. "Una reestructuración que incluya un recorte considerable de la deuda (quita)
podría abrir una caja de Pandora en la zona del euro", dijo Yannis Stournaras, director de
IOBE, un foro de reflexión de Atenas. "Podría hacer caer los bancos griegos y tendría un efecto
contagio en Irlanda, y tal vez incluso en Portugal".

A pesar de las medidas de austeridad aplicadas en Grecia, la crisis no amaina. Clemens Fuest,
quien preside la comisión técnica del Ministerio de Finanzas alemán, advirtió que Atenas se
dirigía a una suspensión de pagos. El mercado también está moviéndose hacia una
suspensión de pagos. La probabilidad de un incumplimiento por parte de Grecia aumentó al
67%, como se muestra por los créditos swaps (créditos entre bancos centrales a un tipo de
interés previamente fijado. NdT). Esta probabilidad era de sólo el 55% hace un mes y muestra
que la situación se deteriora rápidamente. La deuda pública de Grecia se prevé que aumente
este año del 140% a más del 150% del PIB, según el FMI.

Irlanda ya ha sido forzada (una vez más) a recapitalizar sus bancos por otros 24 mil millones
de euros, lo que significará una austeridad aún mayor de la que ya se le ha pedido a los
irlandeses para rescatar a sus bancos. El país fue rebajado también un punto por Standard and
Poor’s, una de las principales calificadoras de crédito internacionales.

El gobierno portugués ha iniciado conversaciones con la UE y el FMI, pero el temor de que
cualquier acuerdo podría descarrilar como resultado de la elección finlandesa ha enviado el
alza en los costos de endeudamiento de Portugal a nuevas alturas. Se teme que el acuerdo no se alcance antes del 15 de junio, lo que permitiría a Portugal reunir los 4.900 millones de euros de deuda que vencen en esa fecha.

La crisis de las economías periféricas de la zona euro se ha visto agravada por los
especuladores financieros que están ansiosos de ganar dinero con estas dificultades. Actúan
como hienas en acecho de su presa. Buscan la economía más débil y especulan en contra de
su situación financiera. Luego actúan colectivamente para tirarla abajo. Cualquiera que sean
las ganancias a corto plazo, toda esta crisis amenaza con socavar el euro.

Este era la situación antes de las elecciones en Finlandia, que simplemente han empeorado las
cosas. Si el contagio se extiende a España e incluso Italia, todo el proyecto de la Unión
Europea estará en peligro. Ya nosotros explicamos, cuando el euro fue lanzado en 1999, que
era probable que las cosas terminaran así. Una moneda común que abarque a las distintas
economías que se mueven a ritmos diferentes, siempre va a ser inestable. Lo único que la ha
mantenido a flote fue el auge mundial. Una vez que éste llegó a su fin, todas las tensiones
dentro de la zona euro inevitablemente salen a la superficie, como podemos ver ahora. El
Banco Central Europeo (BCE), que está en realidad bajo control alemán, ha aumentado las
tasas de interés. Esto ciertamente añadirá nuevos males a las economías débiles, como las de
Portugal, Grecia e Irlanda.

Los temores

La incertidumbre sobre la cesación de pagos y el aumento de la inflación ha llevado a a los
inversores capitalistas a correr hacia inversiones más seguras, enviando el precio del oro a
niveles récord de más de 1.500 dólares la onza. Recordemos que en 1971 éste estaba ¡a $35
la onza! Con el debilitamiento sistemático y deliberado del dólar por la llamada flexibilización
cuantitativa (emisión monetaria), y el temor de que los EE.UU. podrían perder su calificación
AAA, la calificación más alta de la capacidad de un país para pagar su deuda pública. el dólar
ha sido llevado a un nuevo mínimo.

La rebaja potencial de la calificación crediticia de los EE.UU. también ha introducido un nuevo
elemento de incertidumbre en los cimientos de las finanzas mundiales. La rebaja en la calificación de Standard & Poor’s sobre la deuda pública de EEUU sería la primera de este tipo desde que la agencia fue creada hace 70 años. El problema es que los bonos del Tesoro de EE.UU. constituyen el núcleo de las reservas mundiales de activos, con casi la mitad del mercado de $ 9 billones en manos de inversores y bancos centrales extranjeros.

"Si la triple A, columna vertebral del sistema financiero mundial, está en riesgo de perderse,
¿qué ocurrirá con el resto de la estructura de crédito?", pregunta Lena Komileva, jefa mundial
de estrategia del G-10 en Brown Brothers Harriman. Representa el último capítulo de la historia
de la crisis financiera. "Se pone en primer plano la importancia del riesgo soberano", añade
Gibson Smith, co-jefe de inversiones de Janus Capital en Denver. "Tenemos que estar
preocupados por esto desde el punto de vista del mercado y del riesgo sistémico global".

Esta rebaja de la calificación de la deuda de EE.UU. es el primer tiro disparado en la
degradación final de la mayor economía y del mayor país deudor del mundo. Revela que los
EE.UU. tienen pies de barro. Las disputas públicas en Washington con respecto al presupuesto
es lo que hace más difícil tratar con las finanzas públicas y las deudas de EE.UU. Todos
quieren recortes, pero no están de acuerdo en dónde y cuándo. El superávit financiero del
pasado fue desperdiciado en recortes de impuestos, en las guerras y en los rescates que
dejaron las finanzas públicas en un lío monumental y en el peligro de una cesación de pagos.

La deuda pública de EE.UU. se ubica actualmente en el 112% del PIB, incluso peor que Gran
Bretaña y muchos países europeos con problemas. Algunos, como Rob Arnott de Research
Affiliates, argumentan que el cuadro completo está siendo disfrazado y que la deuda real es
mucho mayor. Él cree que está muy por encima del 500% del PIB. Sea cual sea la cifra real,
esto es claramente insostenible en el largo plazo.

Preocupación

El gobierno chino, sin duda, se ha preocupado mucho por la situación, habida cuenta de sus
tenencias de dólares de EE.UU. Las reservas de divisas de China en el exterior han superado
ahora los 3 billones de dólares, de los que dos tercios aproximadamente se cree que están
invertidos en activos en dólares de EE.UU.


Los estrategas del capital están hechos un lío. George Soros, el financiero multimillonario,
declaró: "Creo que la situación actual es mucho más incomprensible y mucho menos
predecible de lo que dije en el momento del pico de la crisis financiera."

La economía mundial está lejos de ser una ruta estable. La recuperación es débil y anémica.
El sector financiero es frágil. La deuda pública se está acercando a niveles sin precedentes
después de la guerra. Existe la probabilidad de la cesación de pagos de sus deudas de
los países en mora y que caigan los bancos. El capitalismo está en una crisis grave. La
posición fiscal de EE.UU. no es más que la primera en la serie de riesgos que enfrenta el mundo
capitalista. Incluso antes de que se hayan recuperado de esta crisis, en los próximos años nos
enfrentaremos de nuevo a una recesión mundial.

El sistema puede continuar a pesar de todo durante los próximos años, siendo azotado por
profundas crisis repentinas. Sin embargo, la resistencia va en aumento en todo el mundo
en contra de los programas de austeridad de los diferentes gobiernos. El capitalismo se ha
vuelto profundamente impopular. Esto aumentará. Es hora ya de que el movimiento obrero
y los sindicatos canalicen esta oposición, no en parchear el capitalismo, sino en derribarlo.
Sólo entonces puede terminarse de una vez por todas con la variedad de crisis que estamos
enfrentando.


Fuente: Socialist Appeal (Gran Bretaña)