Proyecto Sur ante la convocatoria electoral

Hoy la coyuntura electoral nos pone a prueba, pero debemos apreciarla en su justa dimensión. Las elecciones son apenas un medio, un jalón, un termómetro y no más que eso. Si Proyecto Sur no quiere ser más que un intento "progresista" ya gastado e inútil deberá revolucionarse y dar un salto en calidad.

Luego de años con tasas de crecimiento al 8/ 9%, en el año 2008 fue apenas por encima del 5% (aunque el INDEK diga 7,1%). Para el 2009 los más optimistas pronostican el 2% y lo más  probable es que Argentina entre en recesión. Ante este panorama económico y el debilitamiento político, el gobierno, adelanta las elecciones, y además de hacerle "pito catalán" a Macri le sirve para transitar de la manera menos riesgosa la contienda.

El kirchnerismo nunca pretendió convertirse en un nuevo movimiento popular de masas, sino utilizar a las masas para disciplinar a los sectores mas parásitos y podridos de la burguesía y del aparato de Estado por un lado, y al activismo de izquierda por otro, para sostener los intereses de conjunto del capitalismo argentino. La oposición política, dividida, viene por derecha. Es reaccionaria y nos quiere devolver a los 90.

El hecho que Proyecto Sur haya nacido en el 2007, cuando todavía el gobierno K tenia cierto consenso y la crisis económica mundial no había eclosionado, sumado al surgimiento el año pasado de la "Constituyente Social" con base a una Central obrera, nos señala que por lo bajo algo grande pugna por nacer. Ahora es cuando necesitamos la herramienta política, y si Proyecto Sur quiere ser una fuerza que aspire a ser tenida en cuenta por las masas debe girar a la izquierda en su discurso y programa y dotarse de una base de clase trabajadora.

En la medida que los trabajadores ven bloqueado su camino hacia la lucha reivindicativa sindical como consecuencia de la crisis económica y de los obstáculos que le ponga la burocracia sindical verán en la acción política una manera de cambiar la realidad que los rodea.

Por ello, Proyecto Sur debe confiar mas en sus bases y atraer luchadores reconocidos o dirigentes de movimientos de masas, mas que a carreristas políticos sin base social, y exigir a todos aquellos que hasta ayer nomás recalaban en la política oficial realicen la critica pública del kirchnerismo y de su propio papel en esa fuerza..

Hoy la coyuntura electoral nos pone a prueba, pero debemos apreciarla en su justa dimensión. Las elecciones son apenas un medio, un jalón, un termómetro y no más que eso. Si Proyecto Sur no quiere ser más que un intento "progresista" ya gastado e inútil deberá revolucionarse y dar un salto en calidad.

Tenemos a Pino Solanas, un referente de talla, a la altura de las circunstancias. Los discursos y las posiciones políticas de Proyecto Sur con su denuncia de los ricachones y las desigualdades sociales, a favor de los reclamos obreros y de otros sectores sociales oprimidos, a favor de los sectores importantes de la economía, de solidaridad con la revolución bolivariana y su denuncia fuerte del imperialismo le darán una proyección mayor, particularmente si la implicación de la CTA o de sectores importantes de la misma, toma un contorno claro y preciso.

Importantes definiciones se escucharon en el Plenario de la militancia celebrado en el Hotel Bauen el domingo 29 de marzo, donde Jorge Cardelli de la CTA señalo que Pino nos regaló una definición que no escuchábamos desde los años 60: "los objetivos de Proyecto Sur, son los objetivos del Socialismo latinoamericano". Respecto de las alianzas, de la necesidad de ser amplios, sin resignar una coma del Programa, valorando la implicación mayor con la Constituyente Social y la necesidad que De Gennaro sea candidato en la Provincia de Buenos Aires; denostando al mismo tiempo al carrerismo político, el progresismo sin principios, y a aquella concepción que dice que a la izquierda del Kircherismo no hay nada.

Es la hora de construir con fuerza la alternativa que necesitamos, para recuperar nuestras riquezas y vivir de acuerdo a ellas. Es la clase capitalista, parasitaria, que se chupa los recursos que debieran ser del disfrute de toda la sociedad, que lleva a la degradación de las familias obreras para sostener sus ganancias y nivel de vida. Por ello el Programa a levantar debe incluir la nacionalización de la banca, los monopolios y latifundios sin indemnización; y los reclamos obreros como la inmediata suba de salarios equivalentes a la canasta familiar ($3.800), aumento de jubilaciones (82 % móvil), reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, y la eliminación del IVA.