El día 11 de octubre, la Organización Comunista Militante realizó un plenario nacional donde puso en balance la situación actual internacional y nacional, y cuáles son nuestras tareas en este momento. Asistieron miembros y simpatizantes de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Santiago del Estero y Misiones, además de Jorge Martin del Secretariado internacional de la Internacional Comunista Revolucionaria.
Cada punto impulsó a debates animados en los que contaron con la participación de trabajadores, trabajadoras, docentes universitarios y estudiantes secundarios.
Cada día que pasa, la escalada dramática de la guerra en la escena mundial pone a la humanidad ante la disyuntiva de Socialismo o Barbarie. Transitamos una época de revoluciones, contrarrevoluciones y guerras. Los imperialistas están dispuestos a arrastrar a todo el mundo a la degradación atroz, en defensa del dominio de los mercados. Después de un año de bombardeos y genocidio brutal en Gaza, Netanyahu está aún muy lejos de cumplir sus objetivos declarados: la liberación de los rehenes y la destrucción de Hamas. Para enmascarar su “fracaso”, Netanyahu apuesta a la expansión del conflicto en nuevos frentes, contra Hezbollah en Líbano, y otros aliados iraníes en Siria y Yemen, fundamentalmente buscando un enfrentamiento con Irán, su principal enemigo en la región. Netanyahu y varios de sus ministros han amenazado con transformar a Beirut y al sur de Líbano en “otro Gaza”, mostrando su indiferencia completa para las vidas de millones.
Provocaron esta escalada con una campaña que incluyó ataques terroristas, asesinatos de líderes y bombardeos en los territorios de Líbano, Irán, Siria y Yemen. Tras cada ataque, los personeros mediáticos del imperialismo advierten a Irán que no aproveche la situación para escalar las tensiones regionales. Sin embargo, ante los ojos de los trabajadores de todo el mundo, queda claro quién es la fuerza de “desestabilización” en la región.
Mientras tanto, las potencias imperialistas, y sobre todo EE.UU, muestran su firme e inamovible apoyo a Israel. Aunque los imperialistas temen los efectos de una escalada regional, tienen las manos atadas para parar cambiar el rumbo ya que no pueden abandonar su único aliado confiable en la región. Aunque EE.UU sigue siendo de lejos el poder imperialista más fuerte a nivel mundial, su poder está en una fase de declive relativo, lo que significa que no puede dictar sin más los términos a los pequeños Estados.
Este conflicto no ocurre en un vacío, sino en el contexto de una enorme crisis global del capitalismo, con contradicciones que se acumulan desde 2008, y que impactan en el mercado mundial. Cuando hay crisis económica los imperialistas se ven forzados a defender aún más violentamente sus fuentes de ganancias en mercados extranjeros. Mientras que la clase dominante en cada país declara que “no hay plata” ante los reclamos de la clase trabajadora, se contrapone cada vez que Netanyahu y Zelenski pasan la gorra y les proporcionan cantidades exorbitantes de dinero y armas. Además, la extensión de la guerra imperialista en Oriente Medio amenaza la producción y transporte del petróleo, y ya ha provocado una subida de su precio en las bolsas de valores. La clase trabajadora terminará pagando el precio de este conflicto en varios sentidos. Esta es una receta acabada para agravar la lucha de clases a nivel mundial. En este sentido realizaremos un ciclo de charlas en varias provincias sobre la situación actual de guerra y cómo los comunistas podemos luchar contra el imperialismo.
En Argentina, la crisis de la economía mundial que agudiza las tensiones interimperialistas creó las condiciones para que un demagogo de la extrema derecha cómo Milei pudiera captar la bronca de las masas. En la segunda charla y discusión, analizamos la situación política nacional que en este momento está marcada por la creciente bronca y pérdida de paciencia con el Gobierno nacional en los lugares de trabajo y en las calles. La clase trabajadora viene soportando un ajuste brutal, junto a la pérdida de derechos, durante los últimos 10 meses, y al contrario de lo que prometió el presidente, no hay perspectiva de una recuperación económica ni de una subida de los salarios, sino de recesión, pobreza, indigencia y hambre galopante.
Los últimos ataques de Milei en particular generaron una fuerte corriente de resistencia. El veto presidencial sobre la educación, y el desfinanciamiento de las universidades públicas impulsó a una inmensa segunda marcha educativa y la toma de más de 60 facultades por sus estudiantes y los trabajadores universitarios a lo largo del país. El desfinanciamiento de la salud pública y el intento de cierre del hospital Laura Bonaparte provocó una fuerte resistencia donde los trabajadores de salud tomaron el hospital, apoyados por los trabajadores del Hospital Garrahan. Estas últimas instancias de lucha lograron una victoria parcial y forzaron al Gobierno a tomar paso atrás con el cierre del Bonaparte.
En cada instancia que es convocada, la clase trabajadora demostró su voluntad de lucha. La barrera principal que impide que la clase trabajadora salga en ofensiva contra el Gobierno del ajuste son sus direcciones sindicales . La burocracia de la CGT sólo convoca a la clase trabajadora si la necesita para reforzar su posición en las negociaciones para conservar sus privilegios millonarios. El Kirchnerismo ha impulsado la candidatura de CFK para el PJ nacional con la operación clamor que plantea, en definitiva, que los y las trabajadores tendrán que soportar los ataques de Milei hasta las elecciones legislativas de 2025 y de 2027 a las presidenciales. Todas estas formaciones buscan más que nada contener a la clase trabajadora, blindando la gobernabilidad para asegurar la viabilidad del sistema capitalista. Con la ausencia de una alternativa de masas de la izquierda, es probable que el nacionalismo burgués pueda reciclarse, pero esta posibilidad aún queda muy lejos, ya que el abismo entre las masas y los “opositores” de la Unión por la Patria se agiganta día a día. Y siendo el caso que se llegue, una victoria en las elecciones sería un triunfo, que lleva en sí mismo el germen del fracaso, porque el Peronismo, en el marco de la crisis capitalista mundial, no puede ofrecer una alternativa real al ajuste y a la ofensiva capitalista momentáneamente encabezada por Milei.
¿Qué hacer?
Lo que queda claro es que la tarea urgente para la clase trabajadora es poner en pie un partido revolucionario de masas que pueda quebrar el impasse histórico que es el capitalismo. La historia demostró que la clase trabajadora siempre irrumpirá en la escena de la historia, tarde o temprano, antes de permitir que la clase dominante destruya completamente sus condiciones de vida y los derechos conquistados. Pero la historia también ha mostrado que la resolución definitiva de estos problemas sólo es posible con la destrucción del capitalismo cuando existe el factor subjetivo: el partido revolucionario que puede dirigir a la clase trabajadora en una revolución triunfante, cómo hicieron Lenin, Trotsky y el Partido Bolchevique en Rusia en 1917.
En la tercera parte de la discusión, abordamos cuáles son nuestras tareas en este momento político concreto. Nuestras tareas son claras. No contamos aún con las fuerzas necesarias para hacer llegar nuestro programa a las masas de la clase trabajadora. Es irremplazable continuar, con paciencia, en nuestras tareas básicas de construcción, reclutamiento y formación teórica en el marxismo.
Tenemos que seguir interviniendo en el movimiento de masas para hacer llegar nuestras ideas a las capas más lúcidas y avanzadas de los y las que luchan. En este aspecto definimos editar folletos con el Manifiesto de la Internacional Comunista Revolucionaria que adoptamos con el lanzamiento de la misma el junio pasado, junto con con la reciente declaración de ICR, ¡Combatir el imperialismo y la guerra! Trabajadores del mundo, ¡uníos! Declaración de la Internacional Comunista Revolucionaria
Vamos a intervenir para impulsar una Corriente en Defensa de la Educación pública gratuita y laica. La lucha de la comunidad educativa está cobrando gran protagonismo en la lucha contra los ataques de Milei, pero actualmente no cuenta con instancias mayores de organización y proyección política a nivel regional y nacional. Lo que no avanza retrocede, y sin un camino marcado hacía delante, la energía de miles de compañeras y compañeros se puede disipar cuando la lucha inmediata se agota.
Si querés luchar por la verdadera libertad para la humanidad, para un mundo sin guerras, explotación y opresión, sumate a la construcción de la Organización Comunista Militante y la Internacional comunista revolucionaria para forjar la herramienta que necesita la clase trabajadora en su lucha contra el capital.