OEA: Nuevos intentos de consolidar la dominación imperialista

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A principios de junio se reunió en Florida (EEUU) la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), con la presencia de 34 cancilleres de los países miembros. A principios de junio se reunió en Florida (EEUU) la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), con la presencia de 34 cancilleres de los países miembros.

El objetivo fundamental de los EEUU fue forzar la aprobación de una “Carta Democrática” por la que supuestamente deberían regirse todos los países miembros. Y cuyo incumplimiento implicaría todo tipo de sanciones diplomáticas y comerciales, y hasta la posibilidad de una intervención militar. Este nuevo instrumento estaba pensado y dirigido contra el gobierno venezolano, que lo denunció como una nueva maniobra del gobierno de Bush.

Pero la oposición de Brasil y México (temerosos de dar nuevas atribuciones a los EEUU) hizo que este plan fracasara, aceptándose en cambio una propuesta de Argentina consistente en una declaración más general pero sin el acompañamiento de instrumentos coercitivos, que fue apoyada por todos. El gobierno argentino buscó una vez más congraciarse con el imperialismo de los EEUU, manteniéndose a una distancia conveniente de Brasil, México y, por supuesto, Venezuela.

Fue nombrado el chileno Insulza como secretario general de la OEA, que era segunda opción, después del candidato mexicano preferido por los EEUU. Y no se lograron las condenas abiertas, en el grado que pretendía Bush, a Cuba y Venezuela.

De esta manera, la contradicciones entre los sectores dominantes de cada país y las prevenciones ante la inestabilidad social interna hacen que los planes imperialistas no se puedan implementar sin problemas.

La Asamblea también se pronunció por encauzar la crisis boliviana “preservando las instituciones” de la democracia burguesa y la constitución, que asegure la continuidad del saqueo de los recursos y la explotación de nuestros hermanos bolivianos.

En los últimos días pudo observarse otra maniobra del gobierno imperialista. Tratando de explotar las divergencias en el Mercosur, el presidente Duarte, de Paraguay, fue invitado a Washington donde fue tentado a firmar acuerdos de libre comercio y colaboración en seguridad regional con EEUU.

Como vemos, la creciente intensidad de la agresividad política y comercial imperialista complementa la de su accionar militar. Es necesaria la mayor firmeza y unidad de los trabajadores latinoamericanos para enfrentar estas políticas y a sus socios locales, la oligarquía, los empresarios y los políticos burgueses. Los únicos que pueden enfrentar consecuentemente al imperialismo son los trabajadores, con el apoyo de los pobres urbanos y rurales, expropiando política y económicamente a sus podridas burguesías subordinadas a los dictados del imperialismo.