Finalmente, casi sin discusión los diputados y senadores aprobaron la nueva Ley de Reforma Laboral del gobierno. Pero este absurdo (un parlamento que casi no debate una ley tan importante) tiene su lógica, ¿qué interés pueden tener los senadores y diputados, en discutir las duras condiciones laborales, que van a sentenciar las acciones, privaciones y humillaciones que seguiremos sufriendo millones de trabajadores argentinos?
Nueva estafa contra los trabajadores
Finalmente, casi sin discusión los diputados y senadores aprobaron la nueva Ley de Reforma Laboral del gobierno.
Pero este absurdo (un parlamento que casi no debate una ley tan importante) tiene su lógica, ¿qué interés pueden tener los senadores y diputados, en discutir las duras condiciones laborales, que van a sentenciar las acciones, privaciones y humillaciones que seguiremos sufriendo millones de trabajadores argentinos, si todas las medidas más o menos "progresistas" (cosméticas sí) las ha impuesto el gobierno por decreto o presión al Congreso? La falta de discusión desnuda además, que tanto las cámaras de senadores como diputados, que dejaron pasar la anterior Reforma Laboral antiobrera (coimas mediante), aún siguen con sus manos manchadas de corrupción.
¿Se animarían estas mismas instituciones tan desprestigiadas a ser "opositores", ya sea por izquierda o por derecha, al proyecto oficial? Claro que no.
De esta manera, el gobierno K, se sacó de encima un embrollo, sobre el que no tenía pensado modificar un ápice, cosa que efectiva y cosméticamente consiguió por ahora.
Pero vayamos a la ley en sí. Usted, yo, cualquier trabajador ¿podemos poner esperanzas en que mejoren las condiciones en nuestros trabajos, o que acaso estas "reformas parciales" nos ayuden en el camino a volver a tener un puesto de trabajo, como asegura el ministro Tomada? Para nada.
Y las respuestas hay que buscarlas en lo que se está aprobando en esta nueva pseudoreforma, las señales propatronales que sigue dando este gobierno y las perspectivas macro y microeconómicas a mediano plazo.
QUÉ DICE LA NUEVA LEY
Veamos los puntos más importantes de la Reforma Laboral:
-Mantenimiento del período de prueba
Aquí no ha cambiado casi nada ya que se mantiene en 3 meses, con un preaviso, en caso de ser despedido, de 15 días. Antes también era de 3 meses solo que se podía renovar por otros 3 más, y una vez allí, hasta otros 3 meses más. Señores: aquí no ha cambiado casi nada.
-Indemnización
Se fija un sueldo por año, o fracción mayor de tres meses, con un piso de un sueldo, y un techo de hasta tres veces el promedio de los sueldos de convenio.
Qué cambia: que antes el piso fijado era de 2 meses, y ahora se fija en uno; y que antes la fracción a tener en cuenta era menor a tres meses.. Aquí los cambios han sido para peor.
-Reducción de los aportes patronales
Aquí reside uno de los puntos más repudiables. Se reducen los aportes patronales a las empresas de hasta 80 trabajadores (antes eran hasta 40); es decir, el 95% del total de las empresas existentes. Se reducen un 33,3% los aportes por contratar a un trabajador y un 50% si es un beneficiario del Plan Jefes de Hogar.
Hemos podido leer o ver en los noticieros, que las empresas exportadoras de soja y otros productos agrícolas, han tenido ganancias megamillonarias. También sabemos por índices oficiales que ha repuntado la actividad industrial. Aerolíneas, Telefónica y otras empresas han reportado grandes ganancias. Y la mayoría de las empresas han incrementado las tarifas levemente, y más temprano que tarde, tendrán nuevos aumentos.
La mayoría de ellas no incorporaron el aumento a privados de $200, y las pocas que sí lo hicieron fue porque se lo arrancaron los trabajadores. Además muchas de ellas, reciben grandes subsidios estatales.
O sea que para que ellos hagan negocios, todos con nuestro esfuerzo somos los que tenemos que subsidiarlos.
Se podría alegar que la rebaja de aportes patronales, es sólo para pequeñas y medianas empresas que generen nuevos empleos.
Pero también se podría decir, que se peca de grosera ingenuidad, si se ignora que las patronales son expertas en fraudes, evasiones, y el aprovechamiento máximo de resquicios legales. Qué son si no los testaferros, las "empresas controladas", las sociedades, las contratistas, subcontratistas, etc, sino figuras creadas por las empresas para evadir impuestos, y hacerse de beneficios otorgados por ley que no les corresponden.
Es decir, cuando las cosas estaban realmente mal, nos pedían soportar a los trabajadores, el mayor esfuerzo; ahora, si las cosas mejoran, los beneficios son para otros, y nosotros a seguir poniendo el hombro.
Pero no terminan ahí las consecuencias de estas rebajas en los aportes patronales. Las mismas están condenando al mayor de los desamparos a todo el sistema de jubilaciones y pensiones: cientos de miles de trabajadores tendrán ingresos miserables o nada por cobrar cuando se jubilen.
– Procedimiento preventivo de crisis
Este punto va muy unido al anterior, ya que otorga concesiones vergonzosas a favor de los empresarios. Bajo esta figura, una empresa puede ampararse legalmente, para ser excluida temporariamente de los convenios.
Es la forma de cubrirse para tener un amparo legal, para que no pasen nuevos Bruckman, Zanón, Grissinopoli, etc.
O sea: vaciar empresas sin que los trabajadores puedan enfrentarlo legalmente, ya que lo único que queda es someterse a la mediación, conciliación o arbitraje, algo que nunca sirvió para beneficio de los trabajadores.
-Convenios
Este punto corrobora el grado de contuinuidad con la anterior reforma. Se mantienen todos los tipos de convenios, incluidos por supuesto, los convenios por empresa. Además nuevos convenios pueden modificar el anterior, "en cualquier sentido" (leáse por peores convenios; mejores convenios solo se ganarán con la lucha de los trabajadores).
Las empresas pactarán sólo con los sindicatos con personería gremial. Lo que equivale a decir, que con la actual dirigencia burocrática en nuestros sindicatos, los trabajadores quedamos momentáneamente atados de pies y manos. El derecho a negociar convenios lo debería tener cualquier sindicato o colectivo de trabajadores que esté inscripto y que tenga una presencia real en cualquier empresa o actividad, debiendo ser los trabajadores en las empresas o sector quienes decidieran democráticamente en asamblea la aprobación de los convenios.
-Ultraactividad
Si bien es cierto que se restituyen (con vigencia aunque venzan), convenios de vieja data muy favorables para los trabajadores, también es cierto que no son muchos los trabajadores que gozan de estos convenios, ya que a lo largo de estos años, se firmaron muchos convenios desfavorables.
Aquí también como decíamos antes con respecto a la situación en la dirección de los sindicatos, el trabajador queda sin muchas chances, todo lo cual no hace sino más que reforzar la tarea que los gremios antiburocráticos, las listas opositoras combativas, y las agrupaciones políticas de izquierda nos debemos dar al interior de los sindicatos.
-Recortes al derecho de huelga
Y para el final una perlita antiobrera: la exigencia de garantizar prestaciones mínimas en los servicios esenciales, en caso de conflictos. Por servicios esenciales se entiende servicios sanitarios y hospitalarios, producción y distribución de agua, energía eléctrica y gas, y el control aéreo, y esta exigencia puede extenderse a otras actividades si el conflicto se extiende.
LA LUCHA RECIEN HA COMENZADO
Con las repercusiones del 19 y 20 de diciembre de 2001, aún sonando en la cabeza del espectro propatronal y en la memoria de miles de empleados, pequeños comerciantes, jóvenes y ancianos, desde EL MILITANTE consideramos que los trabajadores nos aprestamos a retomar y redoblar nuevas batallas, aún cuándo esta nueva reforma laboral antiobrera ya sea un hecho. Con los anuncios de comprometer más pagos para el pago de la Deuda Externa, la posibilidad de ampliar el pago a los bonistas, una solapada pero constante escalada de precios, por un lado, y el congelamiento de los salarios, fuerte desempleo, sueldos miserables, duras condiciones y precarización laboral por otro lado, los trabajadores estamos empujados a luchar más temprano que tarde por nuestras reinvindicaciones, desde las más pequeñas, hasta las más trascendentales.
Las marchas realizadas el 19 y 25 de febrero fueron un primer paso importante, pero insuficiente para presionar al gobierno, ya que no fueron el reflejo de una participación activa y masiva por parte del grueso de los trabajadores.
Ahora más que nunca, es necesario armarse de paciencia, y emprender un trabajo que no caiga en el consignismo estéril, y que quizá no se caracterize durante un lapso de tiempo por medidas espectaculares, aunque tal vez sí más maduras.
Revalidamos lo que sosteníamos en diciembre, adecuados al hecho de que la ley ahora ya está aprobada :debemos impulsar una campaña nacional de lucha por la recomposición salarial, y contra el empleo en negro y precarizado (el gobierno habla que va en serio contra el trabajo en negro, pero no dice en qué condiciones se legaliza a los trabajadores).
Esta campaña nos ofrecería oportunidades únicas, para que una oposición de izquierda en el interior de los sindicatos, coordinada y unificada, se desarrolle y acreciente su influencia entre el movimiento obrero organizado, frente a las direcciones burocráticas que frenaron y malograron durante años las luchas de los trabajadores por sus derechos.
Y esta campaña puede empezar hoy mismo: allí donde se levanten en lucha los trabajadores, movilizarse y solidarizarse con los compañeros; conformar fondos de huelga; comités de lucha; charlas o asambleas abiertas en los barrios; no sectorizando las luchas; unificándolas sin discriminar entre efectivos y contratados, y presionando a la burocracia sindical mediante resoluciones votadas en asamblea, exigiéndoles que se pongan a la cabeza de los reclamos.
Y al calor de estas luchas, creemos que nos urge crear las condiciones para llamar a la conformación de un PLENARIO ABIERTO DE ACTIVISTAS SINDICALES, GREMIALISTAS, ORGANIZACIONES DE DESOCUPADOS, para poder materializar un Frente Único de trabajadores ocupados y desocupados, organizaciones populares y la izquierda, que pueda orientar y unificar todas estas tareas.
-Salario mínimo de $800, con indexación según aumento de la canasta familiar!
-No al empleo en negro, blanqueo inmediato bajo convenios colectivos de todos los trabajadores en negro!
-Reparto de las horas de trabajo, en cada rama de la producción sin rebaja salarial!
-Seguro de desempleo universal a todos los desocupados de $500, sin obligación a la contraprestación!
-Basta de despidos, expropiación bajo control obrero, de toda empresa que cierre, provoque un vaciamiento económico, o no cumpla sus compromisos con los trabajadores!
-Basta de subsidios para los empresarios!
-Por un plan de obras públicas que atienda las necesidades de vivienda e infraestructura del pueblo trabajador!