Nuestra posición ante el “paro nacional” del 10 de octubre de la CTA opositora

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Este miércoles 10 de octubre el sector de la CTA que dirige Pablo Micheli ha convocado a un “paro nacional” que tendrá el apoyo moral, aunque no efectivo, del sector de la CGT que dirige Hugo Moyano, quien comprometió la presencia del sindicato de camioneros en la marcha convocada a la Plaza de Mayo. También adhieren y marcharán la Federación Agraria, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y la Organización de Trabajadores Radicales (OTR), estas dos últimas organizaciones dirigidas por la Unión Cívica Radical (UCR). Además, se sumaron organizaciones de desocupados como la CCC, Teresa Vive y Barrios de Pie, y partidos que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), como PO e Izquierda Socialista.

Aunque el reclamo inicial fue exigir un salario mínimo de 5.000 pesos y la derogación del impuesto a las ganancias a los salarios más altos, con el discurrir de las semanas se fueron agregando otros pedidos contra el empleo en negro, la jubilación con el 82% móvil, por la eliminación de las ART, elimnación del IVA de los productos básicos, libertad sindical, o la derogación de la Ley Antiterrorista.

En realidad, el paro afectaría fundamentalmente a los trabajadores estatales enrolados en ATE y en el sector salud, con la participación de sectores del activismo de izquierda y de la CTA que dirige Micheli, insertos en los sindicatos de la CTA que dirige Hugo Yasky, fundamentalmente en docentes. A estos se suman sectores y sindicatos más pequeños (visitadores médicos, sectores de trabajadores judiciales, empresas y comisiones internas individuales como los ferroviarios de Línea Sarmiento, etc.).

La protesta abarca un conjunto de sectores más limitado que el que protagonizó el “paro general” de la CGT de Moyano el pasado 27 de junio por reclamos similares, y por lo tanto su impacto será mucho menor.

En realidad, lo que está movilizando a muchos trabajadores públicos en la protesta de mañana 10 de octubre son reclamos no contemplados en la convocatoria oficial, como atrasos en los sueldos (como sucede en muchas provincias) y las políticas de ajuste en los gastos que están llevando a cabo las provincias y la Nación contra los empleados públicos, más acusadas en las primeras.

La Corriente Socialista Militante acuerda con los reclamos que se plantean, pero no escapa a nuestra atención que la convocatoria al paro del 10 de octubre obedece a motivaciones políticas con las que estamos en desacuerdo, y se hace a partir de una caracterización general de la política del gobierno que no compartimos. Más aún, la convocatoria al paro no deposita ningún reclamo en los empresarios ni en ninguna organización patronal (sea la UIA o la Mesa de Enlace agropecuaria). Tampoco delimita expresamente con la oposición de derecha, sólo ubica al gobierno nacional como enemigo de los trabajadores.

En realidad, nada es ingenuo. No lo es la participación en esta protesta, y particularmente en la movilización a Plaza de Mayo, de sectores vinculados a las patronales y a la oposición política ubicados a la derecha del gobierno (UCR, derecha peronista, Federación Agraria, el FAP de Binner, Proyecto Sur). Tampoco lo es que todos ellos y los dirigentes de la CTA de Micheli, de la CGT de Moyano, y de grupos de “izquierda” como el MST, Izquierda Socialista, PCR o Proyecto Sur, hayan apoyado abiertamente el cacelorazo reaccionario del pasado 13 de septiembre y, previsiblemente, den un apoyo más entusiasta aún al que está convocado para el próximo 8 de noviembre.

Nos parece muy lamentable que se utilicen legítimos reclamos de la clase trabajadora y a sus organizaciones para maniobras políticas no confesadas y que, en algunos casos, van contra los intereses de la misma, en alianza con sectores patronales y políticos reaccionarios. Por esta razón no nos prestamos a la confusión y declaramos que no apoyamos la movilización a Plaza de Mayo ni a otras plazas del país donde participen estos sectores reaccionarios anteriormente mencionados.

No es casualidad que dentro de ATE haya habido un fuerte cuestionamiento interno a la dirección nacional en sectores de base y de direcciones regionales opuestos a las maniobras y enjuagues políticos de su dirigencia. Tal ha sido el caso en ATE Capital, donde un sector muy amplio se negó a marchar a Plaza de Mayo, en la importante regional de ATE Sur del Gran Buenos Aires, en la CTA de Bahía Blanca, en Amsafé Rosario, y en otros lugares. En general, estos compañeros adhieren al paro pero rechazan movilizarse conjuntamente con esos sectores patronales y de derecha. Estas regionales han llamado, como en el caso de capital y Gran Buenos Aires, a marchar de manera separada de la convocatoria oficial.

La Corriente Socialista Militante simpatiza con los miles de trabajadores públicos que adhieren al paro, particularmente en los casos donde ha sido debatido y aprobado democráticamente en asambleas de trabajadores y donde se ha delimitado expresamente con la derecha y sectores patronales, pero no podemos tener una actitud sindicalista de apoyar en abstracto un reclamo gremial justo, sino que debemos adoptar una posición política que tome en consideración los intereses generales de la clase obrera.

Por eso, nuestra posición es la siguiente. Consideramos legítima la protesta y las ganas de pelear de trabajadores estatales disconformes con las políticas de ajuste de los gobiernos provincial, fundamentalmente, y también nacional; pero debemos ser honestos y hablar claramente. Estos reclamos legítimos, algunos de los cuales no aparecen en la convocatoria a este paro (como el reclamo de ningún atraso en los salarios, efectivización de contratados, etc,) han sido manipulados por la dirección de la CTA de Micheli, de la UCR y del FAP, con este paro del 10 de octubre, para desviarlos hacia una protesta política antikirchnerista contra la que se han rebelado incluso sectores de base y de dirección vinculados a la CTA de Micheli. Por esta razón no apoyamos este “Paro Nacional” del 10 de octubre, debido a su alcance limitado en el conjunto de la clase en relación a los reclamos exigidos y por la fundamentación política con que ha sido convocado, inequívocamente antikirchnerista.

No decimos que no hay que luchar contra aspectos de la política del gobierno nacional; por supuesto que sí, ya que no deja de ser un patrón para los trabajadores públicos y también ha demostrado ser susceptible de atender demandas obreras sobre la base de la presión que le hacen los mismos trabajadores. Lo que decimos es que la lucha debe ser convocada de manera honesta, deslindando de las maniobras políticas de la oposición de derecha, y tratando de sumar y de unir a la mayor cantidad posible de trabajadores, y no dividiéndolos entre sectores kirchneristas y antikirchneristas, como la han planteado desde el principio Micheli y Moyano. Bajo esas condiciones, apoyaríamos esa lucha con todo el entusiasmo posible, y estamos seguros de que también sería seguida por cientos de miles de trabajadores que apoyan a este gobierno y simpatizan con su política.

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